Historia
En 1831 se reabrieron los baños de Marchena, uno de los pocos de la provincia de Sevilla

El 1 de Julio de 1831 se abrieron los baños o balneario de Marchena, después de ser reconstruidos, ubicado hoy bajo el Hotel Ponce cuya temporada duraba hasta mediados de setiembre. Hay referencias escritas a estos baños desde los turdetanos.
Los manatiales y baños se empezaron a explotar desde tiempos grecoromanos observando los beneficios de los barros termales en los caballos que se revolcaban en ellos aunque los romanos ponen los baños de moda. Del periodo romano datan los baños de Carratraca en Málaga o los de Archena en Murcia. Los árabes continuaron la tradición balnearia existente en Andalucía con los baños de Alhama o Sierra Alhamilla. Actualmente todos los baños en explotación están en Andalucía oriental, (Málaga, Granada y Almería).
Foto: Manantiales de Andalucia. Junta de Andalucia, 2008.
La memoria de los baños de Marchena se ha perdido hasta el punto de que en los mapas y estudios de la asociación de termalismo en Andalucía no aparecen. En el barroco y siglo de oro los baños estuvieron mal vistos por temas morales y resurgen en el XVIII y XIX, para volver a decaer en el XX y renacer en nuestros días gracias al auge del termalismo turístico.
Foto: Manantiales de Andalucia. Junta de Andalucia, 2008.
La temporada de baños era de julio a septiembre ya que sus aguas estaban a una temperatura de 14 a 15 grados. (El Correo (Madrid). 20/7/1831, n.º 473, página 2).
Las aguas contenían diversos minerales y sales disueltos a baja temperatura que eran buenas para enfermedades cutáneas y nerviosas.
Foto: Manantiales de Andalucia. Junta de Andalucia, 2008.
Entre esos minerales estaba el ácido carbónico, Carbonato de magnesio, Hídroclorato de sosa, magnesio, alúmina, sulfato de cal, Cada libra contiene 543 pulgadas de gas ácido carbónico, mas 307a granos de agregados salinos.
Las aguas eran beneficiosas en el tratamiento de enfermedades como úlceras, las tinas rebeldes, dispecpcias, diarrea crónica, y otros efectos dependientes de alteración en las funciones del sistema digestivo, temblores, debilidad muscular, convulsiories, manía, y enfermedades peculiares del sistema nervioso.
Enfermedades del sistema sexual femenino, como clorosis, retencines menstruales, leucorreas, dolores histéricos , histerismo y hemorragias, teniendo virtud privilegiada para toda clase de flujos y erupciones cutáneas.
Se usaban las aguas en forma de baño general, aplicaciones tópicas, varias formas de inmersión, riego, o inyección. Principalmente venían a los baños personas de las provincias de Sevilla y Cádiz.
No es el único baño que existió en Marchena. El arroyo del Lavadero tiene restos de un gran balneario romano con grandes cisternas que podían dar culto a la diosa Salus según publica Maria Luisa Ottomano Queraltó en el estudio Cultos Salutíferos de la Bética Romana. Además Juan Luis Ravé Prieto advierte de la presencia de baños árabes bajo el convento de Capuchinos, de la Plaza Ducal.
Historia
Cuando la iglesia perseguía a los «Iluminados» que decían comunicarse directamente con Dios

Durante siglos la Iglesia persiguió a las personas que decían que se comunicaban directamente con Dios sin intermediarios porque al no haber intermediarios la Iglesia Católica dejaba de tener sentido y utilidad. Se les llamaba «recogidos», que buscaban el diálogo interior «dejados» o «alumbrados» porque se dejaban pasivamente en manos de Dios.
Según Joseph Pérez, Miembro de Real Academia de la Historia los alumbrados o iluministas, «preconizan un abandono sin control a la inspiración divina y una interpretación libre de los textos evangélicos».
Para la iglesia de hoy en día «El Iluminismo nunca fue un peligro dogmático doctrinal. Se trataba de métodos de reforma de costumbres, de modos de vivir la vida cristiana y piadosa con mas sinceridad. Pero los Inquisidores las temieron» según expone Fray Román de la Inmaculada, fraile Carmelita, en su estudio «El fenómeno de los alumbrados».
Inicialmente fueron inspirados por los franciscanos, y apoyados por los nobles como el Marqués de Villena mientras que nacía el movimiento de las beatas en busca de una religión mas intima y personal. Proceden de la Devotio moderna movimiento espiritual con origen en Alemania, que busca la “imitación de Cristo”-
En 1559 tras los acuerdos de paz entre España, Inglaterra y Francia y aún reciente el concilio de Trento, -1563- se recrudece la “caza al luterano” encontrando una fuerte presencia luterana en Sevilla, entre las familias nobles como los Ponce de León o los clérigos Agustín de Cazalla y Constantino de la Fuente (canónigo de la catedral de Sevilla y confesor y capellán de Carlos V), frailes de San Jerónimo y monjas de Santa Paula que acabaron quemados como Juan Ponce de León.
Juan Ponce de León, condenado a muerte por defender las ideas de Lutero en 1559
PERSECUCION CONTRA LOS ILUMINADOS
Desde 1511 las persecuciones contra los «iluminados» se extiende por Castilla, Extremadura, -Llerena- y a en Andalucía Córdoba, Jaén, Úbeda, Baeza y Sevilla, el último foco que da paso a la lucha contra los molinosistas o quietistas.
En una carta de 1558 dirigida a Paulo IV, el Arzobispo de Sevilla e Inquisidor General
Fernando de Valdés cree que la herejía luterana, se relaciona con los círculos
alumbrados. «Los herrores que vinieron los quales llamavan alumbrados o dexados naturales de Guadalaxara y de otros lugares de Toledo y de otras partes heran la simiente destas herexías lutheranas».
Damiana de las Llagas, la mística a la que los poderosos pedían consejo
EL GRUPO DE LOS ILUMINADOS DE SEVILLA
Hasta 1622, se busca en Sevilla y una treintena de pueblos alrededor a los alumbrados
con grupos secretos, amparados por la aristocracia con dos líderes, la Madre Catalina de Jesús, y el cura Juan del Villalpando. En la casa de todos los alumbrados de Sevilla
se hallaban las obras de San Juan de la Cruz. Los acusan de fingimientos místicos: visiones, revelaciones, instintos divinos.
PERSECUCION A LOS MOLINOSISTAS
Miguel de Molinos fue el “chivo expiatorio” de un conflicto entre el poder eclesiástico y el civil —que puso en peligro la supervivencia de la unidad católica italiana.
El molinosismo-quietismo daba cabida a una libre expresión de la religiosidad, por lo que cualquiera podía convertirse en intermediario entre Dios y el mundo de los fieles, y por ello resultó una herejía subversiva que, hasta la condena oficial, se propagó en la Iglesia romana.
Seguidor de los iluminados y quietistas, Miguel de Molinos fue condenado a la abjuración y a la cárcel, y fué prohibido la Guía de Meditación “por contener doctrinas peligrosas, proposiciones malsonantes, ofensivas y alguna errónea». Sin embargo después de encarcelado no consiguieron probar estas acusaciones y murió en la cárcel.
EL MOLINISMO EN SEVILLA
El Obispo que fuera de Palermo y luego de Sevilla Jaime Palafox fue el principal defensor de Molinos, publicando en Sevilla y Palermo su obra y predicando en el púlpito de la catedral de Sevilla, con la Guía de Molinos en la mano. Poco después fue obligado por la Inquisición a retractarse condenando las tesis del hereje Molinos. Escribió entonces que era «un pérfido que, con infernal malicia, supo esconder sus execrables errores y abominables obscenidades» y que no había dudado en ocultarse detrás de los enunciados teológicos de Santa Teresa y San Juan de la Cruz.
En Sevilla y provincia hubo numerosas condenas por molinismo durante cien años como la beata Dolores López, última persona quemada por la Inquisición o el clérigo de San Sebastián de Marchena Juan de los Ríos. Aunque fuesen casos de índole carnal, también se les acusaba de molinistas ya que la Inquisición tenía potestad sobre la ortodoxia católica.
La primera condenada por molinismo en Sevilla fue Ana Ragusa, italiana vecina de Sevilla en 1692 condenada por hereje y secuaz de la secta de Miguel de Molinos y de los alumbrados, en auto de fe en la iglesia de Santa Ana en Triana que dijo no aceptar la obligatoriedad de las prácticas religiosas diarias, los sacramentos, ni la oración vocal. Prefería la forma de oración interior, dirigiendo sus palabras directamente al Señor sin la intermediación del sacerdote.
Historia
Juan de los Ríos, perseguido por solicitante y molinista

Juan de los Ríos Baeza, confesor, vicario y natural de Marchena sufrió proceso de fé en el Tribunal de la Inquisición de Sevilla, por solicitante y molinista en 1748 por los tocamientos a que sometía a las feligresas de San Sebastián en la misma iglesia y en las casas.
PARTE PRIMERA DE TRES
Fue interrogado y torturado por la Inquisición en Sevilla y los calificadores del santo Oficio lo vieron culpable de molinosismo o molinismo, solicitación y lo acusaron de ser sospechoso «de levÍ» aunque no de «vehementi» según el documento «Alegación fiscal del proceso de fe de Juan de los Ríos Baeza, originario de Marchena, seguido en el Tribunal de la Inquisición de Sevilla, por solicitante y molinista». INQUISICIÓN,3736,Exp.192
Tras las denuncia fue apresado en las cárceles de la Inquisición y se le secuestraron los bienes ya que era rico y poderoso y el 15 de Enero entró preso en Cádiz. Según este documento el vicario Juan de Los Rios había fomentado en Marchena los rezos públicos del Rosario para mujeres.
Se abrió la causa el uno de septiembre de 1748 por delación espontánea de Bárbara Alvarado de 31 años viuda que dijo que «inmediatamente después de la confesión le tomaba su cara, y tocaba sus pechos» continuaba el reo «en la casa de la testigo tocando su ropa y amagando a meter su mano por la abertura de las enaguas» si bien nunca hubo acto carnal con ninguna mujer, dice el documento.
Advertida la testigo de que estas acciones eran pecado, advirtió al reo «que sus cosas la alteraban» y el reo le respondió que lo hacía «por encenderla más en el amor de Dios». Tras irse con sus padres a vivir a Sevilla la declarante reconoció los hechos al prepósito de San Felipe Neri junto con su hermana Sebastiana, «han venido juntas a delatarse».
Las tres hermanas Alvarado y las tres hermanas Acevedo eran el círculo de amistades del sacerdote junto con Petronila la beata. «A las tres hermanas Alvarado muchas veces abrazaba y también a las Mayorga aunque no tanto» cuando iban a San Sebastián a rezar el Rosario en la capilla de la Virgen de los Desamparados o en la del Dulce Nombre.
«Acabado el Rosario se iba el reo con todas a un pollo de la Iglesia o a la capilla del Dulce Nombre» donde hablaban de cuestiones espirituales.
La declarante dice que vio a las hermanas Josefa y Antonia Mayorga, Maria Azevedo y la viuda Petronila,»y las vió abrazarse al reo en la iglesia». Petronila la beata ya difunta y natural de Arahal afincada en Marchena en una casa frente a la del reo, que la mantenía a su costa en una casa frente a la suya. En esta casa se reunían las mujeres con el sacerdote.
Juan de Los Ríos afirmaba que lo hacía sin mala intención «y haciéndose así nada importaba porque no era pecado». Además Bárbara de Alvarado dijo que el reo «abrazó y besó a su hermana María Alvarado en su casa y que estando enferma en una o dos ocasiones la testigo este reo se echó en su cama «la abrazó y osculó».
Sebastiana de Alvarado de 25 años «dijo que siendo este reo confesor de la declarante en dicha villa de Marchena la abrazó y aún la metía su mano por la abertura de las enaguas estando enferma se echó encima de su cama» con el fin de que tuviese «mucho amor de Dios» y que «le tomaba la boca en la suya chupándola hacia adentro».
Su hermana María Alvarado de 40 años declaró que el vicario venía a su casa de tarde y mañana y algunas veces de noche. «Había cinco años estuvo enferma la declarante y estando sentado el reo junto a la cama hablando con la madre, para que no advirtiese lo que hacía fue arrimando su mano hacia los pechos de la declarante lo que ésta no le permitió».
JUAN DE LOS RÍOS BAEZA, MECENAS EN SANTA ISABEL
Según Manuel Antonio Ramos, en su obra sobre el Colegio de la Encarnación (Santa Isabel) Juan de los Ríos Baeza, pagó el tejado del templo jesuíta, el coro, las puertas del costado, los retablos de la Virgen del Pópulo, de San Joaquín y Santa Ana, de San Ignacio y San Francisco Javier, un púlpito de jaspe y las pilas de agua bendita hoy en San Sebastián. Murió el 30 de agosto de 1763, su lápida se conserva en el templo de Santa Isabel donde está enterrado.
Era hijo de Martín de los Ríos Baeza y Francisca de los Ríos Carmona, ambos vecinos de Marchena. Hermano de Diego, rector del colegio Jesuita de Carmona, de Nicolás fraile dominico. Su prima María de Jesús de los Ríos, vivió en el colegio jesuita de Marchena seguidora de Damiana de las Llagas, como beata.
Cultura
28-F: José Salvador Gallardo, uno de los marcheneros más brillantes del siglo XX

José Salvador Gallardo.- (1880-1966) nació en Marchena para convertirse en académico de Medicina, profesor universitario, Presidente de la Sociedad sevillana de Dermatología y concejal del Ayuntamiento de Sevilla.
Fundador de la revista Juventud Médica, Presidente del Ateneo de Sevilla. Presidente del Colegio de Médicos. Profesor Adjunto de Patología General. Profesor de Dermatología. Concejal del Ayuntamiento de Sevilla (1924).
Orador, escritor, amante de las artes e impulsor del andalucismo histórico. Tiene calles en Marchena y Sanlúcar de Barrameda. Comenzó a ejercer la medicina en Sevilla en 1910 tras aprobar su tesis doctoral en 1909 acerca de la etiología de la sífilis.
El Ateneo de Sevilla y el Ayuntamiento de Marchena crearon un premio de creación literario con el nombre de José Salvador Gallardo en los años 40 que desapareció por el desistimiento del propio Ayuntamiento. Fue un impulsor de las artes en todas sus formas especialmente la literatura.
Como Presidente del Ateneo de Sevilla publicó numerosas obras literarias con las mejores firmas del momento tal y como recoge la Revista Bética, órgano de expresión del Ateneo y motor del andalucismo histórico en la que escribió el propio Blas Infante. En 1913 dirigió la primera edición en castellano de Poemas dramáticos de Maeterlinck con ilustraciones de Alfonso Grosso.
Su tesis doctoral la dedicó a la Sífilis y fue nombrado auxiliar de la Facultad de Medicina de la Universidad de Sevilla en 1910 (El Pais, 7 de mayo de 1910).
En 1914 era secretario del Ateneo de Sevilla como informa La Revista Bética impulsando presentaciones de libros médicos o literarios. El 8 de abril de 1915 participa en los actos más importantes del Ateneo junto a figuras históricas como Sorolla, Gonzalo Bilbao o Blas Infante.
Participó en la creación de la cabalgata de Reyes de Sevilla, ya que era vicepresidente del Ateneo en 1916 y 17 y la cabalgata de Reyes se estrenó en 1918.
Tuvo un papel activo en el nacimiento de la actual identidad histórica del andalucismo, apoyó a Blas Infante en el estreno del himno de Andalucia en Sevilla en 1933 y participó en la Asamblea Regional Andaluza, como Presidente del Ateneo según recoge la revista Nuevo Mundo. (3-2-1933).
Murió el martes 1 de marzo de 1966 y fue enterrado en el cementerio de San Fernando, Sevilla. Tuvo un hijo, José Salvador Valois. Su hermano fue Luis Salvador Gallardo y tuvo como hijo adoptivo a José María Conde presidente de la Real Academia de Medicina de Sevilla. Al entierro asistieron los Alcaldes de Marchena y Fuentes de Andalucía.
Muchos de sus nietos aún mantienen la tradición médica iniciada por su abuelo. Maria Isabel Salvador Luna es Médico especialista en Radiología. José Luis Salvador Luna es Médico especialista en Traumatología. Maria del Carmen Salvador Luna es Diplomada Universitaria en Enfermería y Técnico Superior de Riesgos Laborales.
Adolfo Maria Salvador Luna es Médico especialista en Medicina Legal y Forense.
Rosario Salvador Luna es Graduado Social y Técnico Superior de Riesgos Laborales.
Actualidad
La beata ciega y Miguel de Molinos

El escritor Antonio Miguel Abellán acaba de dar a la luz la novela histórica La Beata Ciega, sobre los excesos eróticos y místicos de Dolores López, una beata joven y ciega que vivió unos años en Marchena, y levantó un gran escándalo al descubrirse que mantenía relaciones íntimas con su confesor.
Fue una mujer compleja y fuera de su tiempo, que vivió y murió rodeada del escándalo. Era muy guapa, ciega y su padre cometió el error de entregarla a la persona equivocada, su confesor Mateo Casillas, demasiado joven, con doce años.
COMPRAR LA BEATA CIEGA
En el beaterío de Santa Isabel de Marchena, mantuvo escarceos con otras beatas y con su confesor, antes de escaparse de nuevo con él a Lucena para luego volver a su Sevilla natal, donde se encontraría con su destino. Convertirse en la última persona quemada por la Inquisición en España en 1781.
Mantener relaciones íntimas en el seno de instituciones religiosas o ser molinosista o iluminista, -quietista- seguidora de Miguel de Molinos, -por mediación de su primer confesor- que -cien años antes- defendía que a través de la contemplación interior el ser humano podía comunicarse con Dios, sin la mediación de la iglesia la hizo ser perseguida y morir quemada por hereje.
Al fondo, la Sevilla – y la España del XVIII-. «El pueblo sevillano era dócil, analfabeto, y estancado donde no podías leer apenas libros extranjeros que entraban por el puerto, porque acababas en el castillo de San Jorge. Con el traslado de la Casa de Contratación todo el movimiento comercial y el aperturismo de los extranjeros pasó a Cádiz, que era más abierta».
Saber Mas. La nada como ejercicio creador. La Guía espiritual de Molinos.
«El problema de Dolores López es que era muy poco discreta, se relacionaba abiertamente de forma íntima con sacerdotes y eso no se podía tolerar. Ella pedía que la azotaran sus confesores. Ella les decía que cada azote libraba a un alma del purgatorio. En la actualidad esa actitud de la beata tal vez podría tacharse de masoquismo. Hay mucha documentación al respecto, sobre solicitantes, muchísimos casos de confesores que, mediante la confesión auricular, como la llamaban, seducían a toda mujer que bajara la guardia».
Al mismo tiempo mostraba un «desequilibrio místico también presente en Santa Teresa o San Juan de la Cruz claro que ellos tuvieron más suerte aunque Santa Teresa estuvo a un paso de ser quemada».

Guia espiritual de Miguel de Molinos publicada en 1575
Llegó a las beatas de Santa Isabel de Marchena huyendo del convento de Nuestra Señora de Belén de Sevilla de donde fue expulsada. En Sevilla fue pareja de Mateo Casillas, su confesor al que lo entregó su padre a la edad de doce años tras morir su madre.
Declaró que «Cuando en el sesto precepto leía no fornicar, entendía no murmurar; que por este motivo ignoraba por qué parian las casadas y no las doncellas, y que cuando hizo voto de castidad fué para ella voto de no casarse».
«Su confesor mantuvo relaciones con ella muy joven a la edad de doce años en Sevilla cerca de la parroquia de San Pedro. Se aprovechó de la confesión auricular y no era un caso aislado, estaba a la orden del día en Sevilla las relaciones de los sacerdotes con sus hijas espirituales» indica el autor.
Mateo Casillas, su confesor le metió en la cabeza las ideas de Miguel de Molinos. «Cuando muere su confesor, ella pasa al convento de Belén de Sevilla en la Alameda, pero estuvo poco tiempo. La echaron porque tuvo varias relaciones con novicias» explica el autor.
De allí vino a Marchena «donde tuvo escarceos con las internas e inició una relación con su confesor, natural de Lucena» explica Antonio Miguel Abellán. «Con él tuvo una relación seria y prolongada a la vista de todos, lo que provocó el lógico escándalo en Marchena. El escándalo fue tal que antes de que fuera denunciada a la Inquisición el confesor de marchó a Lucena y ella junto a otras amigas se fueron a Lucena con su confesor. En Marchena fue un escándalo y se le conoció como la beata diabólica».
De Lucena vuelve a Sevilla, donde vuelve con Mateo Casillas su primer confesor, que decide declarar ante la Inquisición todos sus pecados en un remordimiento. Sus pecados eran haber yacido con la Beata Ciega, Dolores López siendo su confesor.
«Para evitar ser quemada viva, pidió confesarse, lo que se le concedió. Tras tres horas de confesión completa en la Cárcel Real, fue llevada al quemadero, del Prado de San Sebastián, donde a las cinco de la tarde se le dio garrote, y su cadáver fue dispuesto en la hoguera, donde se estuvo consumiendo hasta las nueve de la noche».
«Al momento la detienen a ella y comienzan los interrogatorios en la Inquisición en el Castillo de San Jorge. La condenan por hereje y por molinosista, por ilusa, pero no por bruja a pesar de que sus vecinos la acusaron de bruja y curandera. Fue una víctima de su época en realidad. La Inquisición ya había eliminado a casi todos los judaizantes y protestantes que quedaban en Sevilla. Y la quema de la Beata hacia ya cuarenta años que no se quemaba en Sevilla a nadie. Por blasfemar te podían mandar a galeras».
«En esa época en Sevilla había instalado un ambiente de terror en la ciudad donde tu mismo vecino te podía denunciar a la Inquisición, no te podías fiar de nadie ni del vecino ni de la familia. Al reo lo metian en una mazmorra pero no te decían porqué. Sevilla era un templo enorme donde estaba todo controlado» expone Antonio Miguel Abellán.
Especial Dia de Andalucia
El 28 de Febrero se celebran 539 años de la toma de Alhama por Rodrigo Ponce de León

El día 28 de febrero se celebrará el 539 aniversario de la toma de Alhama por las tropas castellanas como reacción al ataque y conquista de Zahara por los granadinos, hito que dio comienzo a la que se denomina Guerra de Granada (1482-1492).
Muchas ciudades andaluzas fueron llamadas a participar en el conflicto aportando medios económicos y humanos, pero los marcheneros tuvieron un papel protagonista en este hecho gracias a la astucia de Rodrigo Ponce de León y su escalador Juan Ortega del Prado.
La conquista de Alhama de 1482 fue posible gracias al capitán de escaladores Juan Ortega de Prado, vecino de Marchena que fue enviado en secreto por Rodrigo Ponce de León para escalar y espiar en secreto la ciudad de Alhama para conocer sus puntos vulnerables.
Juan Ortega de Prado, era natural de Madrid según José Luis de Mena y, según otros de Villabonillos en León.
Tras la sorpresa y toma de Zahara en diciembre de 1481, el rey de Granada pasó a cuchillo a un gran número de sus habitantes y al resto los llevó a las mazmorras de la Alhambra, lo que supuso el inicio de la última etapa de la guerra de Granada.
Juan Ortega de Prado informó al duque de Cádiz y al asistente de Sevilla, de que la fortaleza de Alhama, según el cronista Valera, no tomaban la debida preocupación de vigilancia y defensa, “…por estar tan metidos en el reino e la cibdad ser tan fuerte, puesta en una muy alta peña e çercada de toda parte de un río, sin tener más de una subida para la fortaleza, por una cuesta muy alta e agria”, ratificando Palencia que “…su situación y sus fortificaciones les hacían descuidar la vigilancia a sus moradores, confiados»”.
Ortega del Prado salió de Marchena disfrazado de mercader de diamantes y así pudo entrar en Alhama, para inspeccionar sus muros y el sitio más vulnerable de aquellas fortificacionss. Da vuelta a Marchena e informado el Duque organizó un pequeño ejército de trescientos escuderos que salieron de Marchena para ir a la toma de Alhama.
El cronista Hernán Pérez del Pulgar, quien conoció, trató y compartió hazañas con Ortega de Prado, escribió sobre los mismos, en una carta que envía a Pedro Navarro desde el Salar, quizás inspirándose en Juan Ortega, que “Conosçen a qué tienpo y en qué lugar se ha de poner la guarda, dó conviene el escucha, a dónde es neçesario el atalaya».
Como dice Juan de Mata Carriazo, los expertos en frontera tenían gran experiencia y conocimiento y el marqués de Cádiz, les daba un trato especial, manteniéndolos en sus propios palacios.
Sería el mismo Ortega de Prado quien señaló el itinerario más adecuado para que las tropas llegasen hasta Alhama, y en especial cuando, ya en el mismo reino granadino, avanzaron varias noches, situándose al amanecer del día 28 de febrero de 1482 a una media legua de Alhama, en el llano de Dona.
Ya en Dona, se mandó que “apeasen hasta doscientos escuderos (también dan los cronistas la cifra de trescientos), y que fuesen uno en pos de otro, a distancia de dos lanzas de armas, llevando delante al escalador y los adalides que llevaban los trozos de las escalas”.
Llegados a los muros de la fortaleza de Alhama, Ortega de Prado subió el primero, y tras él quince personas (se afirma también que fueron hasta treinta) entre los que se encontraba Martín Galindo, alcaide de Marchena.
Entraron en la barbacana y, puestas las escalas, subieron al muro principal del castillo, donde sólo encontraron a un soldado que mataron así como a otro que estaba dormido, recorrieron toda la fortaleza.
Abrieron la puerta de la fortaleza que salía al campo, y por ella entró cuanta tropa castellana pudo caber en el castillo, tomándose así la fortaleza e iniciándose la lucha por la ciudad. Tras la conquista, permaneció en Alhama, al menos, hasta el primer socorro a la misma por el duque de Medina Sidonia, en 1482.
El capitán de escaladores del Señor de Marchena volvió a repetir la hazaña en la recuperación de la fortaleza de Zahara, llevando a cabo prácticamente similar estrategia que en Alhama, en octubre de 1483.
Según algunos autores murió en el intento fallido de la conquista de Mijas donde tras ser descubierto mataron a los escaladores incluyendo Ortega del Prado.
-SABER MAS: “Juan Ortega de Prado, el heroico capitán de escaladores”, Andrés García Maldonado, Publicación Anual del Patronato de Estudios Alhameños, febrero de 2012.
Actualidad
Músicas de negros en las partituras de la iglesia de San Juan de 1712

Aún quedan en muchos pueblos y ciudades andaluces familias cuyos abuelos y bisabuelos eran negros, un gen que por ser recesivo, según las leyes de las genética, en pocas generaciones, desaparece.
Desde su inicio a su fin los Duques de Arcos formaron parte del sistema esclavista desde el siglo XV al XVIII y por la documentación conservada, tuvieron mucho trato con esclavos y comerciaron con ellos. Tuvieron centenares de esclavos en sus palacios y son muchas las referencias de esclavos en Marchena; negros, canarios y moriscos.
Según el historiador Esteban Mira Caballos, Sevilla fue «el segundo mercado de esclavos detrás de Lisboa y había pueblos satélite que tenían mercados secundarios de esclavos muy importantes como Carmona o Marchena». Solo en Carmona este investigador localizó 500 cartas de compraventa de esclavos.
En Carmona existe la familia de los negros, un apodo de una familia que habla a las claras de su origen.
Los esclavos trajeron además, sus propias músicas que se mezclaron con las melodías andaluzas en el ámbito de la música culta, Villancicos y la música popular, el flamenco.
Negros, canarios y moriscos, los esclavos más comunes en Marchena
Gugurumbé es el nombre de la primera referencia musical negra que tenemos en España, dentro de las Ensaladas de Mateo Flecha de 1581, una variedad de villancico llamada Negrilla, o Guinea, villancicos de negros de los que se conserva un ejemplar en la Parroquia de San Juan de Marchena del año 1712. En 1581 hacía más de cien años que venían esclavos negros a Andalucía.
También da título al espectáculo que se estrena en el Festival de Música de Granada 2020 con Fathmi Alquai, Rocio Marquez y Academia del Piacere con el guitarrista flamenco Dani de Morón. Además Ballena Gurumbé es el nombre de un grupo musical y proyecto cultural que pretende resucitar la Sevilla Negra en base a las publicaciones de Jesús Cosano.
En 2016 Jordi Savall presenta el espectáculo «Rutas de la esclavitud», uniendo musicalmente las influencias americanas, europeas y africanas en un espectáculo revelador.
La influencia del África subsahariana está detrás de la revolución armónica y rítmica que en torno a 1600 afectó a la música española infiltrada en los compases y ruedas de acordes desembarcados en Lisboa y Sevilla como zarabandas, chaconas, folías y guineos.
La palabra Cabrón, como insulto, nace de un corsario gaditano al servicio del Señor de Marchena
Los esclavos guanches canarios eran blancos, algunos rubios y se les bautizaba y se les cambiaba el nombre. En Marchena fueron muy comunes en este tiempo los esclavos negros, moriscos y guanches. El Duque tenía en su palacio alrededor de 200 esclavos. Los judíos sefarditas tuvieron el control del comercio de esclavos entre Portugal, España, Africa y Canarias en el XV.
Los esclavos que llegaban por vía marítima en las naves portuguesas traían marcas e hierros puestos por los mercaderes para que no pudieran escapar. Solían echarles argollas en los pies, en el cuello y en los brazos. En ambos carrillos les ponían una S y un clavo -es decir, la palabra «esclavo»- para que todos supieran que era cautivo. Al llegar a Sevilla los marcaban con DSA -que quería decir «De SevillA».
Marchena conserva uno de esos villancicos de negros, impreso en 1712 por orden de la iglesia de San Juan y conservado en la Biblioteca Nacional de España, en donde podemos observar el español «bozal» con el que los maestros de capilla pretendían imitar la lengua africana. Francisco de Quevedo (1590–1645), una de las mayores figuras del periodo, da a sus colegas la fórmula de éxito para dominar el arte de escribir comedias: “Si escribes comedias y eres poeta sabrás guineo en volviendo las RR LL y al contrario: como Francisco, Flancisco: primo, plimo” escribió Francisco de Quevedo.
Se usaba en estos villancicos de negro onomatopeyas y cadenas de sílabas y palabras sin sentido como Gugurumbé, (Mateo Flecha) Tumbucutu cutu cutu” (A silo Flasiquiyo, Juan Gutiérrez de Padilla) o “Zaranguan guan” (Teque–leque, Julian de Contreras) recreando imaginariosdialectos africanos cargados de enerbía rítmica que acompañaba el uso de tambores.
El comercio de esclavos estuvo casi monopolizado por criptojudíos portugueses afincados en España en el XVI, que traían negros del Congo, canarios de las Islas, y los vendían en España o Cartagena de Indias. Entre estas familias de judeo conversos de origen portugués como los Báez, los Enríquez o los Arias estaba la vecina de Marchena Francisca López casada con Diego, hermano del último Rabino de Sevilla, Antonio Rodriguez Arias, juzgado por la Inquisición de México.
Villancicos de Maitines San Juan Bautista de Marchena from Revista Saber Mas
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