Unas 150 personas participaron ayer en una marcha reivindicativa organizada por la Asociación Cultural por el Patrimonio de Marchena (ACUPAMAR), recorriendo la distancia entre Marchena y las ruinas de la ermita de Santa Eulalia, una antigua ermita franciscana que permanece en estado de deterioro progresivo. Este evento buscó visibilizar la importancia patrimonial de Santa Eulalia y solicitar una intervención para preservar lo que queda de su estructura antes de que sufra daños irreparables.
Las ruinas de Santa Eulalia, situadas en el paisaje cultural de Marchena, son un vestigio significativo del pasado religioso y social de la región. La ermita, mencionada en documentos desde 1868 como «en ruinas,» todavía conserva parte de sus muros, aunque amenaza con colapsar debido al desgaste y la falta de mantenimiento.
.Para ACUPAMAR y la Asociación de Amigos de Santa Eulalia, que apoya la preservación de este patrimonio, estas estructuras no solo tienen valor arquitectónico, sino que también son un símbolo de la historia de Marchena y un atractivo cultural que podría revalorizarse con su restauración.
Ambas asociaciones planean impulsar el reconocimiento de Santa Eulalia como Bien de Interés Cultural (BIC), lo cual podría facilitar recursos y apoyo institucional para su rehabilitación y conservación.
La ermita de Santa Eulalia de Mérida en Marchena es un vestigio de relevancia histórica y cultural que data de una época en la que el fervor religioso impregnaba la vida social y espiritual de la región. Se cree que la ermita estuvo vinculada a la orden franciscana, y aunque los documentos del siglo XIX ya se referían a ella como «en ruinas», en su época activa era un centro espiritual y cultural destacado. Las ruinas actuales muestran los restos de una estructura religiosa que, aunque deteriorada, aún conserva parte de sus muros y permite entrever su antigua relevancia arquitectónica.
La importancia de Santa Eulalia radica en varios aspectos. Primero, es un ejemplo del patrimonio religioso de Marchena, una zona con una rica tradición en arquitectura e historia sacra. Además, la ermita está asociada con la figura de Santa Eulalia de Mérida, una mártir del cristianismo. La ubicación de las ruinas en el entorno rural de Marchena también contribuye a su valor como elemento del paisaje cultural andaluz.
Las asociaciones locales, como la Asociación Cultural por el Patrimonio de Marchena (ACUPAMAR) y la Asociación de Amigos de Santa Eulalia, están impulsando la revalorización de este lugar con el objetivo de conservarlo como Bien de Interés Cultural (BIC), lo que podría asegurar su restauración y darle un nuevo sentido como atractivo histórico y cultural en la región.