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Alfonso Moreno Lebrón: «Sin humanidades no hay futuro, las humanidades nos ayudan a profundizar en el alma humana»

Las «Novelas españolas contemporáneas de Benito Pérez Galdós» es el tema del trabajo de Fin de Máster del marchenero de 25 años Alfonso Moreno Lebrón, presentado en la Universidad de Sevilla el pasado 7 de Julio. Dirigido por Mercedes Comellas, tras concluir el Doble Máster en Estudios Hispánicos Superiores y Profesorado de Educación Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional (2018-2021), fue calificado con Matrícula de Honor. 

«Para mí la Filología es pasión por la cultura y la lectura».  Alfonso Moreno reivindica el papel de las Humanidades y, en concreto, de la Filología Hispánica en la sociedad actual y se prepara para coger el testigo de sus padres como docente . 

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Es hijo de Marisol Lebrón Cruzado y José Moreno Hierro, este último falleció el pasado febrero,  homenajeado póstumamente junto a José Manuel Sevillano en el IES López de Arenas, donde  fue profesor y director.

Alfonso Moreno estudió en el colegio Santa Isabel entre 1999 y 2012,el Bachillerato de Humanidades en el IES Isidro de Arcenegui (2012-2014) acabando con Matrícula de Honor y fue asiduo ganador de su Certamen literario Rosario Martín. Su Trabajo de Fin de Grado en 2018 fue sobre José Concha, actor-dramaturgo del siglo XVIII «tutorizado por Piedad Bolaños, Catedrática en Literatura española».

Sobre su futuro de momento prefiere «no hacer planes, he aprendido a vivir el presente y a saber donde estoy, pienso en el futuro a corto plazo. La pandemia nos ha hecho volver a nuestros hogares». 

Con 25 años, se siente como un extraterrestre entre los de su generación digital e «influencer», que el devenir histórico y la propia evolución educativa del país ha alejado de la formación de las humanidades.  «Las humanidades son la esencia del ser humano y en esta época estamos apartados más que nunca de nuestra esencia por un ritmo de vida vertiginoso, que se aparta por completo de lo espiritual, de la reflexión y de pensar» opina Moreno.

La falta de reflexión se premia incluso socialmente. «Cuando en una reunión de amigos,  proponen un plan y alguien responde que se lo tiene que pensar.  Queda hasta mal, queremos que las personas decidan rápido y veloz, como la forma de vida que llevamos». 

«Para mí sin humanidades no hay futuro, las humanidades nos ayudan a profundizar en el alma humana, a entender lo que pasó en el pasado, y saber qué rumbo llevamos como civilización» expresa.  «El humanismo global debería ser la única ideo0logía que deberíamos tener en este tiempo», expone.  

Hoy, otras disciplinas parecen más útiles para trabajar, pero no podemos dejar atrás las letras, «el griego y el latín son muy importantes, igual que la historia y la filosofía». 

Defiende las humanidades como apoyo fundamental y guía en la sociedad de la postverdad, cuando «nos han tocado los peores políticos, en el peor momento posible» donde el engaño y la propaganda «de guerra» son la moneda cotidiana. La cultura «no recibió el año pasado el apoyo que debería haber recibido, los actores, los museos etc» añade. «Hoy todo el mundo tiene acceso a la misma información pero no todo el mundo puede discernir lo que es racional de lo que no» expresa.  Además, la multiculturalidad es «lo que nos hace fuertes», frente al enfrentamiento localista. 

Tiene claro que «el hispanismo tiene futuro siempre que sepa responder a la leyenda negra, que es una propaganda anglosajona. En Hispanoamérica no se está respondiendo bien a las falacias que se están extendiendo sobre el pasado imperial español. Un discurso que triunfó dentro del imperio de EEUU y a eso hay que responder desde artículos, con argumentos, más que nada porque el prestigio del hispanismo y del español dependerá de si la leyenda negra triunfa o no» expone. Una leyenda negra que tiene como base la incultura del pueblo llano español.   

«Ya Galdós denunciaba la falta de interés por la cultura y por hacer un examen personal y crítico de cada uno, de ahí viene el monólogo interior en sus personajes».

Le interesa de Galdós y Cervantes su «tolerancia; que no todo es blanco o negro, hay muchos grises. En el capitulo 25 del Quijote, se produce un debate sobre el yelmo de Mambrino y ahí Cervantes habla del perspectivismo, en que unos lo ven de una forma, otros de otra» como algo enriquecedor, y luego «Galdós con sus grandes novelas, La Desheredada y Fortunata y Jacinta, se preocupó por los desterrados de la sociedad, incluyendo a los locos. Muchos de sus protagonistas son Quijotes, gente demasiado soñadora que se choca con la realidad» expone.   

Galdós, que fue diputado y periodista, le interesa por su realismo heredero de Cervantes. «En el Siglo XX las ideologías llegaron a ser patológicas, nos llevaron al absurdo del enfrentamiento, y todo eso se preparó durante el XIX con golpes de estado y pronunciamientos monárquicos y republicanos» indica. 

«Galdós llega a tal nivel que llega a escribir como las personas hablan, estudia a las personas de los barrios, lo cual lo hace más verosímil, hoy es raro el escritor que lo hace». Galdós se considera el heredero de Cervantes, que bebía del realismo de su tiempo y planteaba el conflicto entre idealismo y realismo, que degeneraba en la locura entreverada del personaje de Alonso Quijano.

«En su tiempo el Quijote se vio como una novela humorística y no es hasta el XIX, cuando los extranjeros se dieron cuenta de la profundidad y múltiples lecturas del Quijote y Galdós le toma la mano a Cervantes. «La novela española no despierta hasta mediados del XIX con Galdós y otros escritores», explica Alfonso Moreno Lebrón.