Alumnos de Santa Isabel recaudarán fondos para luchar contra la esclavitud infantil

Preparan actividades para concienciar sobre la explotación infantil a través de  campañas de concienciación online.

«Esta es una forma de canalizar su rebeldía» explica Africa Labella, una de sus profesoras, «rebeldía es luchar por una causa justa» dentro de sus posibilidades. «Ellos han tomado conciencia y les gustaría que al menos los jóvenes, de nuestra localidad y los mayores, reflexionen sobre este tema y que tomen sus decisiones». Han realizado un vídeo que han subido a redes sociales denunciando la cuestión.

Hoy han salido a la calle para expresar su postura contra la esclavitud infantil, en medio de una clase al aire libre en el Parque de la Cigueña donde han reflexionado sobre su papel en la sociedad, el uso de las redes sociales, el capitalismo, los valores y el futuro que les espera.

«El valor de la vida y del ser humano es algo que se cuida en nuestro centro desde que son pequeños. Ellos han entendido la importancia de reflexionar en una sociedad rápida y  que se basa en imágenes y no profundiza» indica Africa Labella.

«La tercera actividad, tras la realización de material audiovisual y la clase al aire libre, para protestar, es recaudar fondos para una asociación llamada Alboán, fundada por jesuitas que ayudan a niños de las minas de coltán de Guinea».

«A los países ricos nos interesa que estos países pobres estén explotado para obtener este mineral barato y poder venderlo caro con grandes beneficios».

La profesora Africa Labella explica que «ellos han enganchado con la actividad viendo los puntos en común que tienen, ven que el temario habla de algo que ocurre en la actualidad. Los niños explotados son de su edad y el coltán está en sus móviles. A partir de ahí han reflexionado, y esto es una parte práctica del temario. A los países ricos nos interesa que estos países pobres estén explotado para obtener este mineral barato y poder venderlo caro con grandes beneficios».

Muchos tablets y teléfonos móviles que tienen en sus manos, los fabrican niños esclavos del Congo, que extraen el coltán, en medio de guerras fronterizas, alentadas por mafias que comercian con gobiernos y multinacionales, dejando miles de muertos, deslazados y refugiados que sueñan con venir a Europa, pasando por Ceuta y por un centro de menores.

«No todas las marcas usan mano de obra esclava pero Apple sí es una de ellas» explica  Cristina Núñez, de 14 años, explica que llevan semanas trabajando contenidos y vídeos, para denunciar esta explotación infantil. «No podemos permitir que esto siga ocurriendo, por eso prestamos la voz a esta causa justa. Me siento mejor al poder dar mi propia opinión».

«Ahora cada vez que cojo el móvil pienso en esos niños esclavos, antes no lo pensaba porque no lo sabía. Como consumidores tenemos la libertad de elegir y poder así influir a las grandes empresas.  Lo del coltán, nos ha hecho ver que estamos en un mundo en el que hay injusticias en la que nosotros como adolescentes podemos ayudar» explica Marina Coronado, de 15 años. Han descubierto que también hay abusos y daños ambientales, detrás del aceite de palma y otros productos.

«Podemos usar las redes sociales para denunciar la esclavitud infantil. Si tuviera la certeza de que una determinada marca fomenta la esclavitud, no la compraría. Las modas y la presión social nos lleva a comprar móviles caros Iphone, etc, sin saber que fomentan la esclavitud».  «Hay gente de todas las edades que no le da importancia a la pandemia, incluso personas mayores, que son los más vulnerables, tal vez por creer bulos, etc», expresa  Manuel Andrés Carmona Rodriguez.

«Nos preocupa también el impacto ambiental de las minas de coltán porque la R.D. del Congo es el segundo pulmón del mundo donde se están talando muchísimos árboles. Creemos que es algo que debe conocer la sociedad igual que nosotros hemos conocido» indica Macarena Casado Ponce.

«Tendemos a vivir en la ignorancia. A los gobiernos y poderosos les interesa que pensemos todos igual, y que creamos que no hay nada más allá de nuestras vidas» explica Mencía García Moreno «para ellos poder manipularnos e imponernos su ideología y forma de pensar».  Ella piensa que hay que «tener humildad y empatía y saber que no somos los únicos en el mundo» en relación a la inmigración que llega desde Africa. Teniendo en cuenta la pulsión  humana de «rechazo a las personas diferentes. Quizá, no sé la historia de esta persona pero voy a informarme. No se trata de cambiar de país para encontrar una situación mejor, hay que encontrar la situación mejor en ese país». Además abogó por «un capitalismo con valores».

 

Javier Martín, expresa que hay que tener un equilibrio entre el capitalismo y los valores, «porque sin capitalismo un país no se desarrolla y sin valores no seríamos personas». «Ya no solo son niños sino mujeres, incluso embarazadas, cobrando 20 euros por kilo, ese kilo luego se vende a 300 euros, pero ellos no saben cuánto cuesta el coltán para que no haya una revolución» recordó Martín. «Ellos piensas que viven bien aunque estén arriesgando la vida por una miseria».  «Se trata de un país controlado por las multinacionales, donde la corrupción es un problema grave».

Samuel Sarabia expresó que la corrupción en estos países empeora el problema, «hay que tener humanidad y no obligarlos con unos condiciones injustas, no tienen porqué manipular a los demás, mi conciencia no me permitiría actuar así. Con nuestra edad, la forma de ayudar es difundir esta información para que la gente tome conciencia. Cuando vi la esclavitud infantil me pareció algo impactante y mas cuando ellos no conocen el verdadero valor del coltán».