Amarillo cadmio para resaltar la alegría y realeza de la Divina Pastora
José Antonio Suárez López
El sábado 15 de septiembre procesionará de nuevo por las calles de San Juan la Divina Pastora cuyo cartel anunciador mantiene el colorido juvenil y la calidad acostumbradas.
Ayer se presentó en San Lorenzo el cartel anunciador de la Divina Pastora pintado por el sevillano Antonio Díaz Arnido, conocido por sus trabajos en cartelería cofrade y pinturas para palios y enseres de hermandades especialmente en el levante español.
El recorrido de la procesión es Plaza Cardenal Spínola, Coullaut Valera, Doctor Salvador Gallardo, San Francisco, Jamalla, Plaza San Isidro, Majón, Carrera, San Francisco y Padre Marchena. Estará acompañada por la Banda Villa de Marchena.
«Siempre se orlan las imágenes marianas con colores aúreos y dorados para representar la realeza de la Virgen, y el amarillo además de su color dorado, como artista plástico me transmite mucha alegría este color. Lo uso poco en mi paleta pero quería que en esta obra a parte de Ella el color amarillo fuera protagonista» explica el pintor Díaz Arnido.
El formato es innovador, algo más estrecho de los habitual en cartelería, y en él, la composición de la imagen central aparece desplazado hacia abajo, no está centrada, para dejar más espacio al fondo amarillo. Sobre el amarillo en el cartel aparece la frase Divina Pastora y en la inferior, Marchena.
«Preferia insertar los rótulos digitalmente. En el cartel se le da sentido al espacio que ocupa el color amarillo».
Desde que se recuperó la salida procesional de esta imagen en 2015, los mejores pintores y cartelistas jóvenes han realizado carteles que apuestan por la juventud, la innovación y la calidad. Rafael Laureano, Naranjo Ferrari, David Payán y Antonio Díaz Arnido este año han firmado los cuatro carteles de esta procesión.
«Yo quiero que mis carteles, gusten o no gusten, funcionen, que sirvan como soporte publicitario a un evento, o a una procesión como es éste caso. No me preocupa que guste más o menos. Hay que afrontar con respeto la critica y el elogio. A veces el elogio hace mas daño que una crítica, por lo menos en mi caso. En el caso de Rafael Laureano que fue primer cartelista de la Divina Pastora de Marchena. Laureano es uno de los mejores artistas creativos que hay en este momento y sus obras son brillantes en cuanto a concepto, sentido y respeto a lo que está tratando». Explica el autor.
«Yo en mis carteles soy escueto, doy pocas explicaciones, soy concreto y directo. Rafael Laureano en sus carteles tiene mucho más contenido iconográfico y él cuida mucho sus explicaciones, le gusta dejar bien claro lo que quiere representar y el proque de cada elemento».
«Lo que yo he creado no es una obra de devoción, no arte sacro, sino un cartel donde resalta la belleza de la Divina Pastora de Marchena y la he utilizado, entre comillas, lo de utilizar, como reclamo publicitario».
Un grabado de 1799, propiedad de la Hermandad de la Divina Pastora de Cantillana, representa a la Divina Pastora de Marchena con una leyenda que dice: “La Divina Pastora de las Almas, patrona de las Misiones de los Padres Capuchinos sita en el Convento de Marchena. A Devoción del Padre Fray Juan María de Sanlúcar. Año de 1799”.
El Inventario del Convento de Capuchinos realizado en el 1850 , que fue realizado por D. Teodomiro de Carmona, capellán y custodio de los bienes del Convento, aparece entre los datos de la Iglesia el “altar de la Divina Pastora”.
En torno a 1889 la imagen fue llevada a San Juan por el cierre del convento capuchino. retablo y camarín fue posteriormente desmontado. La Virgen procesionaba en el corpus siendo portada por la Hdad de la Veracruz. La devoción se recuperó en 2015 por un grupo de jóvenes de la parroquia de San Juan.
José Angulo, devoto de la Divina Pastora, fundó su congregación en la iglesia del Convento de Capuchinos, tambien llamado de Angeles Custodios en 1833.
Llevaba el nombre de congregación de la Divina Pastora y Cristo Amarrado a la Columna. Las dos imágenes de la congregación fueron encargadas y pagadas por su fundador José Angulo que también costeó el altar en el que se encontraban dentro del desaparecido convento Capuchino. También redactó las reglas y las presentó al Consejo de Castilla pero no le fueron aprobadas.