Córdoba, Sevilla y Málaga fueron las ciudades andaluzas más cantadas en el primer encuentro de poesía e historia celebrado en Marchena ayer sábado 30 de Noviembre en Marchena organizada por la profesora de literatura malagueña afincada en Marchena Ana Castillo Andrade con el apoyo de Marchena 100%.
Participaron Lola Zamudio Sierra, Jesús García Solano, Antonio Llamas Ordóñez, Miguel Ángel Matamala, Emilio Sánchez de Pedro, Lázaro Alfredo Jurado, María Pizarro, Manoli Santillana, Jorge Colmenero Jurado, Estela Cuadrado Morgado, Juan Orozco Ocaña, Lola caballero López, Agustín Hervás Cobos, Juan Pan García, Raquel Gil Espejo, José Antonio Pozo Cruzado. María Ángeles Castillo Romero, José Antonio Fernández, Belén Olavarría, Tomás Vicente. Laura Villanueva y Francisco Torres.
Participaron veinticinco poetas venidos de toda la geografía andaluza y Madrid,y concluyó con la conferencia sobre Proto Andalucismo Histórico de Juan Fernando Sánchez.
Para abrir boca desayuno marchenero y ruta de los escritores por las calles de la localidad realizado por Marchena Secreta partiendo del convento de Santa María donde los asistentes pudieron ver el Códice de San Juan de la Cruz, uno de los pocos conservados en España.
En la plaza de Miguel de Cervantes se habló de la relación entre Miguel de Cervantes con Marchena y la familia Ponce de León, plasmada en el episodio de los leones del Quijote.
En la Casa del Ave María los visitantes conocieron la relación entre Marchena y el escritor de Pepita Jiménez, Juan Valera, tío de Lorenzo Coullaut Valera que hizo el monumento en Madrid a Pepita Jiménez de la mano del propietario de la vivienda Don Juan Coullaut además de la historia de dicha vivienda datada en el siglo XVI.
A las cuatro de la tarde comenzó el recital presentado por Ana Castillo Andrade que de esta forma pudo así cumplido un sueño que se hizo realidad durante cuatro horas. Este primer encuentro histórico poético de Marchena a quedado plasmado en un libreto que recoge todas las poesías recitadas. Contó con la colaboración de Jesús García Solano al piano y recitando.
Agustín Hervás hizo en sus poemas un canto a la los labradores andaluces «a los que pintan la tierra con sangre» a la guitarra flamenca y a las gitanas «gitana de pelo oscuro de piel morena, gitana de talle de vuelto alto como la condena».
Ana Castillo Andrade cantó a Ronda su pueblo natal «al borde de tu abismo me asomo al mundo, mecen los árboles el silencio verde», y reivindicó «la grandeza de mi tierra Andalucía porque ha pasado mucho tiempo y no hay mutaciones, olor a olvido, a tierra mojada tierra y olvidada al escuchar los gritos de tierra oprimida».
Antonio Llamas Ordóñez le escribió al sol «el beso tibio de una tibia mañana, la caricia del Sur que vuelve crecida de una noche de sueño, de un sueño verde, el sueño de un andaluz que se fue y no vuelve».
Belén Olavarría Muñoz cantó a Sevilla «como un velero navegando en la incertidumbre a ras de suelo» y a Málaga «todo duele, nada duele, respirar Málaga, vivir Málaga, sentir Málaga». A Córdoba le dijo Estrella Cuadrado Morgado «a dónde vas, allí donde suspira la guitarra, allí donde llora la saeta, allí donde aprenden en los patios a dibujar sus versos los poetas».
Francisco Torres Cordero dijo que es Andalucía tierra de rimas y versos de luz y torres, de murallas que rodean alcazabas, catedrales juderías y mezquitas». Jesús Solano se inspiró en la primavera para decir «por favor déjame quererte, déjame quererte y no amarte. O déjame amarte aún si no puedes amarme, tal vez prefiera un amor falso que un desamor verdadero».
José Antonio Fernández Marchena recitó poemas sobre el muelle uno de Málaga y la torre de la Mezquita de Córdoba, José Antonio Pozo Cruzado le cantó al barrio de la Coracha malagueña, junto a la caleta y el limonar y a los barrios malagueños como el Palo, Huelin, o Pedregalejo.
«Anoche soñé contigo, con ese embrujo, te sentía mía, anoche soñé contigo y te llamé Andalucía» dijo el toledano sefardí afincado en Málaga José Emilio Sánchez de Pedro Lázaro. «Son los andaluces las luces que se alzan al final del tiempo, vestidos por la luz que luce, su longevo conocimiento, ya que venimos de Tartessos».