La falta de profesionales se ha situado como un grave problema al que se une el envejecimiento de las plantillas, con solo un 9% de empleados menores de 30 años
Andalucía necesita alrededor de 120.000 trabajadores para cubrir la demanda de
mano de obra en el sector de la construcción, un problema que abarca la práctica
totalidad de la cadena -desde ingenieros a profesionales especializados hasta peones-
y que está llevando a muchas compañías a no presentarse a concursos y a frenar sus
planes de expansión ante las dificultades de poder acometer nuevos proyectos.
Esta es la principal conclusión del encuentro-coloquio ‘La problemática del empleo en
la construcción’, organizado por CEACOP (Círculo de Empresas Andaluzas de la
Construcción, Consultoría y Obra Pública) y en el que han participado Rocío Blanco
Eguren, consejera de Empleo, Empresa y Trabajo Autónomo de la Junta de Andalucía;
Juan Manuel Medina Torres, decano del Colegio de ICCP de la Demarcación de
Andalucía, Ceuta y Melilla; Manuel Díaz Ruiz, director general de Dakkos Consultores;
José Antonio Reinoso Cuevas, catedrático de la Universidad de Sevilla; y Arturo Coloma Pérez, gerente de CEACOP.
El propio Banco de España, en su última Encuesta sobre la Actividad Empresarial
(EBAE) correspondiente al primer trimestre de 2024, advierte de que continúan los
“elevados problemas de disponibilidad de mano de obra”, especialmente en la
hostelería, la agricultura y la construcción, donde más del 50% de las empresas
declaran estar viéndose afectadas por este problema.
Durante su intervención, Rocío Blanco ha abogado por abordar “en común y desde un
esfuerzo conjunto” la escasez de trabajadores, un fenómeno que ha atribuido a la
salida de miles de ellos hacia otras áreas de actividad tras el estallido en 2008 de la
‘burbuja inmobiliaria’, a la falta de relevo generacional o a un nivel de cualificación por debajo de la media que impide cubrir perfiles asociados a las nuevas tecnologías o a la edificación sostenible. A ello, se une que la construcción vive actualmente un nuevo ciclo expansivo, lo que complica aún más responder a toda la demanda de personal especializado. Según ha precisado, Andalucía necesita en torno a 120.000 empleados más en el sector.
Ante esta situación, la consejera ha destacado que el reto es “trasladar a la sociedad, y
muy en especial a los jóvenes, que la construcción es una opción de futuro cada vez
más vinculada a la tecnología y a la innovación, y que ofrece unas condiciones
laborales y salarios por encima de la media”, al tiempo que ha defendido la labor de su departamento por adaptar la oferta de profesionales a las necesidades del mercado
laboral, con la puesta en marcha de hasta 126 acciones formativas desde 2019
relacionadas con esta actividad por 5,3 millones. Envejecimiento
Otro de los asuntos que se han abordado es el envejecimiento de los trabajadores del
sector. Así, desde 2008, los menores de 30 años han pasado de representar el 25% de
la mano de obra a poco más del 9% actualmente, según reflejan los últimos datos del
Observatorio Laboral de la Construcción. En paralelo, las personas de más de 50 años
suponían un 17,5% y ahora son un 35%, mientras que los ocupados con más de 60
años se han duplicado y ya representan el 7,4% del total.
En este sentido, Arturo Coloma ha apuntado que “los trabajadores que abandonaron
el sector en la anterior crisis no se reincorporan o cambian de actividad y los jóvenes
no ven atractivo suficiente en la construcción”. Para hacer frente a este problema, ha
reclamado actuar desde una triple vertiente: dignificar el sector, poner en marcha unas condiciones laborales menos estresantes y, por último, aumentar los presupuestos de los proyectos y las obras, un hecho especialmente grave en el caso de las administraciones públicas dado que en numerosas ocasiones se decantan por las
ofertas más baratas dejando en segundo plano el resto de los aspectos. “Pagar más
por el trabajo que realizan las empresas supondría mejorar las condiciones económicas de los trabajadores”, ha asegurado.
Pérdida de atractivo
Por su parte, el decano del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos ha
lamentado que “los últimos años de dura crisis fueron una sacudida para los
ingenieros” y este dejo de ser un “sector atractivo”, lo que hizo que muchos de ellos
tuviesen que salir al extranjero o buscar otras ramas profesionales. No obstante, ha
precisado que, en la actualidad, “con la reactivación de la inversión y las obras, la curva se empieza a corregir”. Eso sí, ha evidenciado que “es necesario revisar las condiciones impuestas, así como los salarios y ofrecer un plan de promoción actualizado”.
Manuel Díaz Ruiz, director general de Dakkos Consultores, ha detallado que los perfiles más demandados por las empresas son jefes de obra (42%), jefes de producción (25%), encargados (15%) y responsables de zona (7%) y ha señalado la movilidad geográfica como la principal causa para no cubrir estos puestos. Además, ha enumerado otros factores que dificultan ocupar las vacantes “a pie de obra”, haciendo hincapié en la imagen obsoleta de la figura del albañil. “Debe producirse un cambio cultural, entender que los operarios son especialistas cualificados”, ha añadido.
Para concluir, José Antonio Reinoso ha incidido en que, aunque se percibe una falta de
vocación, cada año se ocupan todas las plazas ofertadas en la Escuela Técnica Superior
de Ingeniería, si bien es cierto que “por las dificultades de la enseñanza sólo culminan
la formación en torno al 50%-60% de los estudiantes”.
Además, ha defendido la versatilidad de esta disciplina, “que tiene también un carácter tecnológico y social como la gestión de las energías renovables, el agua, la logística o el medio ambiente”, por lo que ha reclamado a los distintos agentes implicados que “hagan un esfuerzo en transmitir esta realidad”. Y ha terminado lanzando un mensaje positivo: “No conozco a ningún estudiante que se haya arrepentido de elegir esta disciplina”.