El ingeniero electrónico e industrial Antonio Sánchez Ternero ha creado un prototipo que permite convertir cualquier interruptor elétrico en un interruptor inteligente a través de una placa electrónica, para así evitar el contacto físico con las manos y adaptarse a la nueva realidad impuesta por el coronavirus.
Gracias a sus recientes viajes a China, la última vez en Octubre pasado, ha conocido las tecnologías que se van a imponer en nuestras vidas en la era del Coronavirus, que tienden a evitar el contacto físico, medidores automáticos de temperatura, cámaras térmicas, esterilización por rayos UV o apps móviles.
El módulo se inserta en el interior del cajillo del interruptor, y lo convierte en un interruptor inteligente que obedece al teléfono móvil desde cualquier parte del mundo, compatible con dispositivos Android, iphone, Google Home, etc.
La novedad de este prototipo es que permite encender o apagar la luz a distancia desde un smartphone o desde un interruptor tradicional, saber si en algún momento la luz está encendida, encender la luz en periodos en los que no estés en casa simulando que hay personas dentro o programar la luz para que automáticamente esté encendida en unos tramos horarios deseados. También sirve para controlar circuitos con varios interruptores con un solo módulo.
Aunque ya existen productos similares en el mercado, no son como éste, que permite más control. De momento Antonio Sánchez no piensa comercializar este prototipo aunque no lo descarta hacerlo en el futuro.
«De aquí a unos años estará plenamente vigente el «Internet de las Cosas», que consiste en convertir en inteligentes los dispositivos que tenemos en casa, añadiéndoles un módulo de conectividad, conectarlos a Internet para hacerlos inteligentes, desde enchufes, a muebles, o sanitarios. Por ejemplo un sensor que se coloque en el WC, que detecte si tienes infección de orina y te mande un mensaje al móvil» explica Antonio Sánchez. «Tengo ideas muy buenas pero llevarlas a cabo es complicado», señala.
Este Internet de las Cosas nos puede ayudar también a controlar los alimentos que tenemos en la despensa. «Podemos colocar en la despensa un dispositivo de radiofrecuencia RSID que son etiquetas que pueden indicar la fecha de caducidad y otra información de interés sobre hábitos de consumo» indica Sánchez.
Aunque vive en Marchena Sánchez es desde hace diez años director técnico de la empresa de productos electrónicos e informáticos Approx Iberia, con sede en Gelves, que crea productos informáticos para las principales empresas españolas, con una facturación de siete millones de euros. Su trabajo más común consiste en viajar a la Hong Kong Fair y detectar productos para importar a España mejorándolos y aumentando su calidad y establecer contactos con empresas de Shenzhen ciudad conocida como capital china de la electrónica.
Las cámaras térmicas están entre los productos más cotizados contra el coronavirus. Su función es detectar la temperatura a distancia para saber si una persona tiene fiebre y así dejarla entrar o no en un edificio o o transporte público. «Hay cámaras térmicas desde 300 a 700 euros. Hay escaneos de temperatura manuales y automáticos» explica Sánchez. «Esto es una cosa nueva para nosotros pero en China es algo de lo más común».
Otra tecnología común en China es la esterilización a través de Rayos Ultravioleta. «Tu metes un móvil en una caja con este tipo de tecnología y sale limpio. Supuestamente los rayos ultravioleta destruyen algunos tipos de virus, se desconoce si tiene algún efecto sobre el Coronavirus» explica. También se venden pistolas de infrarrojos para medir la temperatura, etc. «Tampoco está demostrada la efectividad de las máquinas de ozono» afirma Antonio Sánchez.
«Marchena tiene mucha gente válida que ocupan cargos importantes en empresas y que aportan valor a sus empresas y no son conocidos», expresa Sánchez. «Por ejemplo Miguel Cortés trabaja en el CERN acelerador de partículas de Ginebra».