Álvaro Cabeza Andrés, historiador y nativo de Marchena, ha presentado su obra «La II República en Marchena: Socialistas, Republicanos y Derechistas», un estudio detallado de la vida política y social de Marchena durante la Segunda República Española (1931-1936).
El libro, fruto de un profundo trabajo de investigación, se basa en documentos escritos de distintos tipos, incluyendo archivos locales y registros civiles.
En su análisis sobre la historia de Marchena, Álvaro Cabeza Andrés destaca 1930, este año marca la descomposición de las fuerzas monárquicas y el auge de los republicanos en Marchena.
El autor señala la sucesión de alcaldes monárquicos y las tensiones políticas intensas entre ellos. Paralelamente, la concienciación obrera y la actividad sindical estaban en aumento, con amenazas de huelgas y negociaciones tensas entre trabajadores y patronos. Este período también vio un crecimiento significativo del Partido Socialista en la región, impulsado por figuras como Mariano Moreno y marcado por una crisis económica y de desempleo. Se observaron cambios en la alcaldía y tensiones entre líderes monárquicos, que ejemplifican la inestabilidad política del momento.
En Marchena, el 14 de abril de 1931, se proclama la II República. El Ayuntamiento anterior, de mayoría conservadora, había intentado boicotear las elecciones mediante una candidatura única, pero esta medida fue invalidada por el Gobierno provisional.
En mayo de 1931 se celebran nuevas elecciones, en las que el Partido Republicano Radical y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) obtienen la mayoría absoluta. El Ayuntamiento republicano, presidido por Mariano Moreno Mateo, se compromete a llevar a cabo una serie de medidas de cambio.
Según el autor el Ayuntamiento republicano de Marchena representa un periodo de cambio y progreso para la localidad. Sus políticas, centradas en la educación, la economía y la justicia social, son bien recibidas por la mayoría de la población. Se crean una serie de escuelas nuevas, se reforman las existentes y se introducen mejoras en la formación del profesorado.
Se sube la presión fiscal a los propietarios para recaudar fondos que permitan atender las necesidades sociales. También se intenta impulsar el desarrollo económico, fomentando la industria y el comercio.
En el ámbito social, el Ayuntamiento se compromete a defender los derechos de los trabajadores. Se aprueban una serie de medidas para mejorar las condiciones laborales, como la jornada laboral de ocho horas, el salario mínimo y la prohibición del trabajo infantil.
Marchena en el Ojo de la Tormenta Educativa y Laica Durante la II República
Marchena, en la época de la Segunda República Española, fue escenario de una intensa batalla ideológica centrada en la educación. El cambio hacia una educación laica generó conflictos significativos, especialmente cuando el colegio San Juan Bautista, dirigido por Manuel Calderón Oviedo, perdió su subvención tras una inspección. Calderón reaccionó refundando el colegio con un enfoque laico, eliminando las enseñanzas religiosas.
Paralelamente, los sectores conservadores trabajaban en establecer un colegio confesional, mientras Mariano Moreno Mateo, representante del sector progresista, intentaba obtener un instituto público estatal. Además, en este periodo, se creó la primera biblioteca municipal en Marchena, inaugurada en octubre de 1933.
Imágenes religiosas fueron retiradas de edificios públicos y entregadas a parroquias o particulares. Se cortó el suministro gratuito de agua a conventos y se eliminaron los párrocos de las comisiones municipales. Los nombres de calles con referencias religiosas se cambiaron por otros como «Calle Libertad» o «Calle Pablo Iglesias».
La resistencia a estas políticas incluyó a maestros que rechazaban las normas laicas. El ayuntamiento, en una medida controvertida, impuso un impuesto al toque de campanas, aunque este no fue aprobado finalmente.
La oposición a la República se organiza
En Marchena, la proclamación de la II República en abril de 1931 fue recibida con gran rechazo por las fuerzas conservadoras. En abril de ese mismo año, se celebraron una serie de reuniones clandestinas para coordinar la oposición al nuevo régimen.
En julio de 1932, se fundó Acción Popular, el partido que aglutinaría a los elementos conservadores de la localidad. Sin embargo, a los pocos días de su constitución, el golpe de Estado de Sanjurjo provocó el encarcelamiento de los directivos del partido.
En paralelo, las fuerzas conservadoras comenzaron a penetrar en las parroquias, utilizando las sacristías como punto de encuentro. En octubre de 1932, cuando se incendió la capilla de la Virgen de los Desamparados.
En abril de 1932, los sanitarios municipales, encabezados por Manuel Aguilar Galindo iniciaron una protesta contra el ayuntamiento. Los sanitarios mantuvieron el conflicto durante dos años, lo que generó un malestar en torno al funcionariado.
En julio de 1933, se creó el Partido Republicano Conservador, encabezado por José Enrique Calderón Serrano. En el mismo año, se fundó la Comunión Tradicionalista, el partido carlista.
En noviembre de 1933, se creó el Colegio Católico Centro Cultural Marciense impulsado por los principales grupos conservadores de la localidad.
A principios de 1936, Acción Popular entró en crisis por el desinterés de sus concejales. En octubre de 1934, la huelga de Asturias supuso un duro golpe para el movimiento obrero de Marchena.
En febrero de 1934, se fundó Falange Española en Marchena, siendo su primer jefe local Juan Martínez.
En 1934, las fuerzas conservadoras lograron hacerse con el control del ayuntamiento. El nuevo alcalde, Vicente Andrés, inició una serie de medidas de signo contrario a las del anterior gobierno. Se recortaron las becas y ayudas sociales, se restituyeron las tradiciones religiosas y se promovieron los valores tradicionales.
En enero de 1936, el ayuntamiento fue nuevamente controlado por las fuerzas progresistas, lideradas por Luis Aríspón que reanudó las medidas progresistas de la primera etapa republicana. Sin embargo, la situación política se había deteriorado considerablemente, y el estallido de la Guerra Civil en julio de 1936 puso fin a la experiencia republicana en Marchena y los miembros de la corporación asesinados junto a mas de 200 personas.
Incidentes del 1 de mayo de 1936
El 1 de mayo de 1936, un grupo de trabajadores intentó ocupar la iglesia de Santo Domingo para convertirla en un centro obrero. La Guardia Civil y la Policía Municipal se desplazaron al lugar para impedirlo, y se produjeron enfrentamientos entre los dos bandos.
Los trabajadores lanzaron piedras a la iglesia y a los guardias civiles, que respondieron con disparos. Como resultado de los enfrentamientos, hubo varios heridos, tanto por parte de los trabajadores como por parte de los agentes de seguridad.
La experiencia republicana en Marchena se vio truncada por el estallido de la Guerra Civil, que llevó a la victoria de las fuerzas conservadoras y a la instauración de la dictadura franquista.
Una de las ultimas medidas del alcalde de Marchena, Luis Aríspón antes de ser asesinado fue crear una asamblea de alcaldes de la provincia para solucionar el problema del paro.
Incidentes previos a la Guerra Civil en Marchena
En el ámbito local, los incidentes protagonizados por falangistas y miembros de partidos de izquierdas aumenteron en los dias previos a la guerra y el 10 de julio, un falangista fue detenido por la Policía Municipal tras tirotear a un militante de izquierdas. El alcalde de Marchena condena los incidentes y pide a las fuerzas de seguridad que tomen medidas para garantizar el orden público.
La situación en Marchena y en toda la provincia de Sevilla es cada vez más tensa. El paro, la polarización política y los incidentes violentos amenazan con provocar un estallido social y llego la Guerra Civil y las postguerra que será el tema central del próximo libro de Alvaro Cabezas Andres.