El 1 de Julio de 1831 se abrieron los baños o balneario de Marchena, después de ser reconstruidos, ubicado hoy bajo el Hotel Ponce cuya temporada duraba hasta mediados de setiembre. Hay referencias escritas a estos baños desde los turdetanos.
Los manatiales y baños se empezaron a explotar desde tiempos grecoromanos observando los beneficios de los barros termales en los caballos que se revolcaban en ellos aunque los romanos ponen los baños de moda. Del periodo romano datan los baños de Carratraca en Málaga o los de Archena en Murcia. Los árabes continuaron la tradición balnearia existente en Andalucía con los baños de Alhama o Sierra Alhamilla. Actualmente todos los baños en explotación están en Andalucía oriental, (Málaga, Granada y Almería).
Foto: Manantiales de Andalucia. Junta de Andalucia, 2008.
La memoria de los baños de Marchena se ha perdido hasta el punto de que en los mapas y estudios de la asociación de termalismo en Andalucía no aparecen. En el barroco y siglo de oro los baños estuvieron mal vistos por temas morales y resurgen en el XVIII y XIX, para volver a decaer en el XX y renacer en nuestros días gracias al auge del termalismo turístico.
La temporada de baños era de julio a septiembre ya que sus aguas estaban a una temperatura de 14 a 15 grados. (El Correo (Madrid). 20/7/1831, n.º 473, página 2).
Las aguas contenían diversos minerales y sales disueltos a baja temperatura que eran buenas para enfermedades cutáneas y nerviosas.
Entre esos minerales estaba el ácido carbónico, Carbonato de magnesio, Hídroclorato de sosa, magnesio, alúmina, sulfato de cal, Cada libra contiene 543 pulgadas de gas ácido carbónico, mas 307a granos de agregados salinos.
Las aguas eran beneficiosas en el tratamiento de enfermedades como úlceras, las tinas rebeldes, dispecpcias, diarrea crónica, y otros efectos dependientes de alteración en las funciones del sistema digestivo, temblores, debilidad muscular, convulsiories, manía, y enfermedades peculiares del sistema nervioso.
Baño de los caballos de Marchena
Enfermedades del sistema sexual femenino, como clorosis, retencines menstruales, leucorreas, dolores histéricos , histerismo y hemorragias, teniendo virtud privilegiada para toda clase de flujos y erupciones cutáneas.
Se usaban las aguas en forma de baño general, aplicaciones tópicas, varias formas de inmersión, riego, o inyección. Principalmente venían a los baños personas de las provincias de Sevilla y Cádiz.
No es el único baño que existió en Marchena. El arroyo del Lavadero tiene restos de un gran balneario romano con grandes cisternas que podían dar culto a la diosa Salus según publica Maria Luisa Ottomano Queraltó en el estudio Cultos Salutíferos de la Bética Romana. Además Juan Luis Ravé Prieto advierte de la presencia de baños árabes bajo el convento de Capuchinos, de la Plaza Ducal.