Toros, danzas, fuegos artificiales y carros alegóricos: así era el Corpus del siglo de oro
José Antonio Suárez López
El Corpus era la principal celebración religiosa del año, y a ella se sumaban la iglesia, el Duque y el Ayuntamiento, que no reparaban en gastos y medios para realzar la fiesta.
Era tradicional contratar encierro de vacas, toros de cuerda, toros de fuego y toros enmaromados que terminaban con capeas improvisadas y el sacrificio de los animales y reparto y venta de carne.
En las vísperas salía la Tarasca acompañada de diablillos y mojarrilas, también hubo carros alegóricos, arcos efímeros que se instalaban en las calles, que se empedraban, por donde pasaba la procesión, fiestas de toros, fuegos artificiales y luminarias, meriendas y reparto de pan, grupos de danzas de gitanos, música de ministriles, etc. Todo esto hacía del Corpus la principal fiesta de Marchena.
Los grupos de danzas, la tarasca, los diablillos y mojarrilas y los toros quedaron prohibidos por el Rey en toda España en 1765 al considerarse que restaba devoción y era poco serio para esta fiesta.
Esto nos cuenta la investigación realizada por Ramón Ramos sobre datos del Ayuntamiento que pagaba dichos gastos, que se sumaba a lo que gastara la iglesia y el propio Duque.
La Tarasca, que era una especie de dragón que simbolizaba el pecado, salía la víspera del Corpus. Era una talla también efímera porque se pagaba cada cierto tiempo por hacer una nueva.
Cristóbal Díaz hizo una Tarasca en 1603 y en 1667 el carpintero Francisco Martín cobró 600 reales por hacer otra. Salía acompañada de diablillos y mojarrillas, vestidos con trajes grotescos de colores. Los diablillos iban haciendo ruido con unas vejigas llenas de piedras. En 1656 el sastre Hernando Padilla hizo sus trajes.
Para la víspera las luminarias se colocaban en las plazas públicas y en las calles arcos y en altares y se gasta mucho dinero en el cera.
Las luminarias alumbraban las calles y plazas en la tarde noche de las Vísperas, consistían en barriles y lebrillos con pez y virutas, hachas.
También era tradicional contratar encierro de vacas, toros de cuerda, toros de fuego y toros enmaromados que terminaban con capeas improvisadas y el sacrificio de los animales y reparto y venta de carne.
En 1656 en Marchena ya hubo corrida de toros en el Corpus . También en Marchena hubo procesiones de carros alegóricos una especie de teatro en carros en los que venían comediantes con un rico y complejo aparato escénico. Los pasos representaban escenas de las Sagradas Escrituras.