Cuando los investigadores se llevaban a su casa los legajos de Marchena
José Antonio Suárez López
En abril de 2006 dos valiosos legajos del Archivo de Marchena volvieron a nuestra localidad después de que se los llevara a su casa para consultarlos el investigador Hernández Díaz.
Fuente ABC 6/4/2006.
Ya en 2006 se creyó necesario restaurar la talla de San Roque entoces recién recuperada. La imagen de San Roque de Marchena atribuida a Jerónimo Hernández (autor del Santo Entierro) desapareció de la capilla del mismo nombre en el cementerio de Marchena y apareció en un anticuario de Sevilla. Desde 2006 está en un almacén del archivo municipal y el Ayuntamiento quiere devolverlo a la Capilla del Cementerio.
DOS LEGAJOS DE IDA Y VUELTA
Los dos legajos más antiguos de las actas capitulares de Marchena volvieron al Archivo Histórico de Marchena en 2006. Uno de ellos estaba datado en 1517 y tenía sus datos más antiguos fechados en 1489. En los años cincuenta se los llevó a su casa en Sevilla el prestigioso investigador Hernandez Díaz y cincuenta años después su familia los devolvió tal y como publica el diario ABC 6/4/2006.
José Hernández Díaz (Sevilla, 1906 -1998) catedrático de Historia del Arte en la Universidad de Sevilla y alcalde de Sevilla. Centró sus investigaciones en el barroco sevillano. Fue miembro de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras. Regentó la Dirección General de Enseñanza Universitaria.
El primero de los volúmenes fue entregado al archivo de Marchena por la familia de Hernández Díaz tras pasar por el Archivo General de Andalucia y ser luego restaurado por el IAPH antes de restituirlos al Ayuntamiento de Marchena debido a la gran cantidad de humedad y microorganismos que presentaban los primeros cuadernillos. Fue lavado y secado por el IAPH realizando una limpieza superficial a base de humedad controlada realizando después injertos de papel japonés.
El segundo archivo también estaba en muy mal estado cuando lo entregó la familia Hernández Díaz. En los años 50 José Hernández Díaz llegó al Archivo de Marchena para consultar dichos expedientes y como era costumbre común en la época entre los escasos investigadores se lo llevó a su casa para estudia rla documentación detenidamente. Otra costumbre de la época era que los investigadores marcasen con su nombre o iniciales las páginas que leían.
Uno de los documentos más importantes que faltaban del Archivo Municipal desde hace décadas son los siete volumenes del catastro de Ensenada.