Cultura da el visto bueno a la restauración de la muralla de Marchena
José Antonio Suárez López
La Comisión de Patrimonio ha informado favorablemente sobre la memoria final de la intervención de la Fase I de la Murallas de La Alcazaba de Marchena denominada Mirador Almohade.
Este visto bueno se produce tras un dilatado y complejo proceso de trabajo, sobre todo durante la fase previa más que en la propia ejecución de las obras, debido a la cautela arqueológica que la importancia monumental e histórica del elemento intervenido requería, y por la aplicación que una contrastada metodología de actuación exigían.
El documento presentado da cuenta de que durante el trascurso de las obras de rehabilitación del Mirador Almohade se han originado algunas alteraciones sobre lo previsto en el proyecto, debido a la aparición de nuevos elementos constructivos hallados durante los trabajos arqueológicos. Así, los trabajos efectuados, entre otros, en la torre 1 y en los lienzos 2 y 4, han puesto de manifiesto un deterioro de la muralla mayor de lo esperado, lo que ha llevado a intervenir con mayor extensión para poder garantizar la seguridad estructural de los elementos más dañados que ha obligado a consolidarlos con un incremento inevitable del tiempo previsto en la intervención.
En los trabajos de movimiento de tierra aparecieron nuevos elementos de la muralla desconocidos hasta ahora como son, entre otros, una escalera del siglo XVI y torre Islámica que comunica la liza con el nivel de la Alcazaba, además de una segunda torre de traza medieval-cristiana, oculta bajo rellenos posteriores. Debido a la importancia del hallazgo desde el punto de vista arqueológico, se decidió ampliar dichas excavaciones para completar y documentar su alcance e importancia.
Entre algunos de los hitos arqueológicos documentados a lo largo de estos trabajos de excavación que justifican la ralentización de la ejecución y el incremento de los coste, se pueden citar el hallazgo de los cimientos de la torre 4 y de diversas estructuras de edificaciones antiguas a escasos centímetros de la superficie. También se han hallado estructuras de muros próximos a la cerca islámica que demuestran el potencial arqueológico del solar a partir de una cota de menos de medio metro de la superficie. También se ha descubierto una escalera del S. XVI adosada a una torre almohade del S.XIII, ambas desconocidas hasta el momento, además de una torre de mampostería del S. XV.
La finalización de las obras y la presentación de la memoria final se considera el cierre del proceso constructivo, y la culminación de la intervención metodológica que ha supuesto un notable incremento en el conocimiento que sobre este elemento patrimonial supone la correcta ejecución de un proceso de restauración, como es el caso, además de responder a lo expresado en el artículo 21.2 de la Ley 14/2007. Por tanto, con la documentación ahora presentada se asumen las modificaciones que se han producido en el desarrollo de las obras entendiendo que están plenamente justificadas.