Andalucía, con su rica herencia cultural y su profundo legado histórico, es un territorio donde la danza y la música no son solo expresiones artísticas, sino también rituales llenos de significado y tradición. Exploramos algunas de las más emblemáticas danzas rituales de Andalucía, que no solo entretienen, sino que también sirven como pilares de la identidad cultural en sus respectivas localidades.
Danza de Las Lanzas en El Cerro del Andévalo (Huelva): Esta danza es una mezcla vibrante de música, movimiento y color.
Danza ritual en honor a San Benito Abad, patrón de El Cerro de Andévalo, realizada en distintos actos dentro del contexto de la Romería de San Benito y, más concretamente, en los preámbulos de la romería (en el Aviso General o mañana de Albricias, el jueves de Lucimiento o día de Faltas), durante la romería propiamente dicha (el sábado, domingo y lunes) y en el epílogo de ésta (miércoles y jueves del Dulce), durante el primer fin de semana del mes de mayo.
Sus intérpretes (lanzaores y las jamugueras, la mayordoma y los «silletines») forman parte de la mayordomía que ese año se encarga de organizar la romería.
En esta danza, los lanzaores portan una lanza de hierro gracias a la cual permanecen siempre unidos en dos filas de tres. Con ella también dibujan círculos en el aire o trazan una línea en la tierra, en distintas secuencias de la danza. Los danzantes como señalábamos anteriormente, bailan en varias ocasiones a lo largo del ciclo festivo, participando de igual modo en la procesión de la Virgen de Albricias y el Aviso General, en la fiesta de San Benito el once de julio, en varios momentos en los días de romería del santo, en el día de Lucimiento y en el del reparto del dulce.
Por su parte, la folía y el fandango son danzas en la que los lanzaores bailan junto a las mujeres de la Mayordomía. Se trata de la única danza en todo el Andévalo en la que la presencia de las mujeres adquiere una centralidad exquisita, capaz de transportar la danza de las espadas al juego sutil de las miradas y del deseo entre lo masculino y lo femenino.
Danza de los Cascabeleros en Alosno (Huelva): Conocida por los cascabeles que adornan los trajes de los bailarines, esta danza crea un ritmo hipnótico que acompaña los movimientos precisos y coordinados del grupo. La Danza de los Cascabeleros es una manifestación cultural que ha pasado de generación en generación, manteniendo viva la historia y las tradiciones de la comunidad y se puede ver durante la fiesta de San Juan Bautista.
El «fandango parao» es una variante del fandango tradicional, típica de Alosno en Huelva, Andalucía. Es conocida por su interpretación estática, donde los danzantes realizan un despliegue de habilidad y estilo sin moverse del sitio, retándose en una suerte de duelo bailado. Este tipo de fandango es un elemento distintivo del folclore andaluz y parte del patrimonio cultural de la región.
Al igual que la anterior, se baila en las fiestas de San Juan Bautista. También se le llama fandango reñío o fandango de desafío. Esta danza tiene significación guerrera, por lo cual no se baila dentro de la Iglesia, sino en la plaza del pueblo, cuando terminan los actos religiosos. Baila un hombre frente a otro, como si se tratara de un reto o una provocación, hasta que al final se abrazan en señal de reconciliación.
Danza de «Los Locos» de Fuente Carreteros (Córdoba): Esta peculiar danza se lleva a cabo durante las celebraciones del dia de los Inocentes y es famosa por su naturaleza satírica y festiva. Los participantes, vestidos con trajes coloridos y máscaras, representan personajes del folclore local y realizan una serie de actos y danzas que satirizan aspectos de la vida cotidiana y eventos históricos.
Son Bien de Interés Cultural (BIC), dentro de la tipología de Actividad de Interés Etnológico, la Danza de los Locos y El Baile del Oso en Fuente Carreteros, la Danza de San Isidro Labrador en Fuente Tójar y la Danza de las Espadas, en Obejo, todas en la provincia de Córdoba.
La Danza de San Isidro Labrador de Fuente Tójar comarca de la Subbética cordobesa, relacionada con los verdiales malagueños, con lo que comparte algunas características técnicas, así como el espacio geográfico donde son ejecutadas.
La Danza de las Espadas de Obejo, por último, forma parte del desarrollo de las celebraciones festivas en torno al culto de San Antonio Abad y de San Benito, advocaciones que constituyen el foco devocional e identitario de la población de Obejo. Es ejecutada por los danzantes con ocasión de las festividades de ambos patronos, ofreciendo su repertorio durante las salidas procesionales y en algunos eventos vinculados a las mismas. El acto más significativo es el ahorcamiento o degüello simbólico del maestro que dirige el baile, conocido popularmente como ‘Patatú’.
Danza de los Palos en Villablanca (Huelva): Esta danza es una impresionante exhibición de habilidad y coordinación, donde los bailarines, armados con palos, realizan una serie de formaciones y movimientos al ritmo de la música. La Danza de los Palos es un ritual que representa la fuerza y la unión de la comunidad, siendo un punto destacado en las festividades del pueblo.
La Fiesta de los Verdiales es una celebración tradicional de la provincia de Málaga, en Andalucía, España. Se trata de una forma antigua de fandango que se interpreta en las zonas rurales de Málaga. Es especialmente conocida por su música vibrante, el canto y el baile, acompañados de instrumentos como violines, guitarras y platillos. Los participantes suelen vestir trajes típicos y sombreros decorados. La fiesta se celebra principalmente el 28 de diciembre, aunque también hay eventos a lo largo del año.
Fotos: IAPH-Junta de Andalucia