¡Broche de oro! en el cierre del año de la Peña Flamenca de Marchena. Un joven llamado David Fernández, heredero de una de las savias, con fluido vital intergeneracional con mayúsculas, viene a renovar y dar continuidad a una gran estirpe flamenca, la de casa de los Fernández.
Con el duende generacional de su parte, que diría Don Fernando Quiñones, unido a la disciplina y el rigor del estudio de los cantes, hizo disfrutar, en la más esencia flamenca, demostrando sabiduría y saber estar, a la exquisita afición de nuestra peña, residente en la cueva magna de Graná en Marchena, inmersa en el histórico barrio gitano de San Juan.
Hoy quiero manifestar y poner en valor, al margen de contar lo que sucedió, el pegamento fundamental, que desde su origen tiene este arte universal. “Los gitanos le dieron desde sus inicios a este arte tan especial, una forma singular y genuina, que, si no la hubieran generado, a esto que le llaman flamenco seria otra cosa…los gitanos son el corazón del flamenco”.
Desde hace muchos siglos, nuestra Andalucia, que ha sido un crisol ancestral de culturas, no sería la misma, si el pueblo gitano no hubiera aportando su cultura, que la ha llevado a que nuestra identidad andaluza no se pueda separar de lo gitano, ni lo gitano de lo Andaluz.
El flamenco, fruto de la convivencia intercultural Castellana, Musulmana, Judía y Gitana, nace de una mezcla de ingredientes que se unen en una olla infinita de buen gusto, que da como resultado el mejor potaje de olor y sabor que se puede degustar. Todo ello, es un todo imperecedero, que es hoy seña de identidad de nuestra Andalucia, de España y del mundo.
Las peñas flamencas, entre otras cosas, tienen la difícil misión de apoyar y proyectar a la juventud flamenca. El futuro prometedor de este cantaor de 19 años, y de tantos otros, es el fondo de la razón de ser de las Peñas Flamencas. Cuando esta juventud lo hace con tanta verdad y entrega, sabiendo lo que hace, el flamenco solo puede darle las gracias a cantores como David Fernández, que tienen una vida por delante y que la consagran a la conservación, a la promoción, y porque no, a la innovación del flamenco.
¡Créanme!, David Fernández, no es solo alguien que pisa un escenario, llenando y agradando…., es un cantaor que se entrega diciendo y proyectando verdad. Hoy no solo es necesario la receta del duende que decía Fernando Quiñones, también es de vital importancia la formación y el conocimiento del gran universo flamenco. Pero no es menos cierto, que al que le acompaña el duende, lo tiene mucho más fácil para bucear en la gran diversidad de los cantes, que el que solo tiene disciplina y rigor en este arte.
Yo hoy quiero expresar alto y claro que el duende con disciplina es imparable, y la disciplina sola no puede sustituir al corazón cuando quiere expresarse libre. En David se dan ambos componentes, tiene todos los ingredientes para ser figura del cante.
David estuvo acompañado por Juan Anguita, un joven guitarrista que asegura el futuro del excelente nivel de la guitarra flamenca, acompañó maravillosamente al cantaor en todos los cantes. ¡¡¡Un gran ole para los dos!!!
David comenzó su actuación a lo grande, salió al escenario solo para abrir por martinetes y tonás, algunas tonalidades de su abuelo Curro Fernández afloraron desde su garganta. Cante bien ejecutado dejando buen sabor, magnifico prologo para lo que vendría después. Siguió su actuación habiendo ya convencido en el primer cante.
Siguió por tientos llenos de clasicismo gaditano.
Juan Reyes
Peña Flamenca de Marchena
17 de diciembre de 2021