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Los pozos de nieve de la Sierra de Cádiz de donde venía el hielo a la campiña sevillana

El hielo llegaba a Marchena y Sevilla cada noche -especialmente en las épocas de más calor- desde los pozos de nieve propiedad del Duque que existían al menos desde 1629 en la  Sierra del Pinar, y San Cristóbal en Grazalema con 1654 metros, dentro del Señorío de Villaluenga máxima altura de la provincia de Cádiz y también de Andalucía occidental.
60 cargas de nieve al año valoradas en 16.000 reales anuales se enviaban al Palacio Ducal de Marchena y el resto se vendía en Morón, Arahal, Olvera, Carmona, Sevilla, Jerez y Cádiz.
«La recogen aquí con parihuelas, que llevan dos hombres, puesta encima una estera. En San Cristóbal en los harapos de las mantas o la cargan al hombro; aquí todo son balsas, que llaman sin embargo pozos. Las hacen en cualquiera parte cerca de las ventiscas, levantando mucho en ellas el montón de nieve que cubren solo con las ramas de pinsapo y tierra encima. Así es que se les derrite mucha cantidad», informa Simón de Rojas Clemente Rubio en 1809.
Pozo de la Nieve del Real de San Vicente | San vicente, Ciudad de ...
El hielo se usaba además con fines alimentarios y medicinales, para rebajar la fiebre, como calmante en procesos de congestión cerebral, con el fin de detener hemorragias o como antiinflamatorio.
«Al Duque de Arcos, dueño de la nieve, le vale ésta 20.000 reales anuales (…) habiendo sucedido pagar en un día hasta mil y quinientos jornales» (…) No se permite a los vecinos de Grazalema que recojan nieve para su consumo, por el derecho que cree tener sobre ella el Duque» decía el mismo autor.
En 1629 Alonso de Cabrera, miembro del Consejo y Cámara y General de la Inquisición, dona por privilegio real los cuatro pozos de nieve de Grazalema a Rodrigo Ponce de León a cambio de su ayuda para reclutar soldados para las guerras de Italia y Flandes.
El Rey necesita dinero por lo que pide en 1670 a Francisco de Vargas, corregidor de Ronda, administrador de rentas reales que cobre el «quinto» real de los pozos de nieve del Duque, pero éste se niega, el Rey los embarga y Don Rodrigo comienza un largo pleito con Hacienda alegando que eran de su propiedad y que tenía escrituras donde se le libraba del pago del quinto real.
En los sucesivo los arrendatarios, naturales de Ronda se niegan a pagar tributos al Rey alegando que ya pagaban al Duque 19.200 reales a razón de 3.200 reales anuales.
Los neveros de Benaoján tenían  pilas excavadas en la roca en las que se congelaba el agua en años de nieves escasas.
En 1685 Hacienda ordena al Duque a pagar los impuestos desde el año 1629, fecha en que se le concede la merced de los pozos, “por ser notoria traición y fraude a la Real Hacienda”. El total del débito, transcurridos unos 51 años, sumó 163.200 reales.
Se transportaba en serones que se cerraban por arriba, por donde se introducía el hielo envuelto en un aislante térmico compuesto de paja menuda y polvo obtenido de la trilla del cereal, llamado tamo.
Al final del XVIII se produce un nuevo pleito entre la Casa Ducal y los municipios de la Sierra de Villaluenga que habían empezado a explotar los pozos de nieve sin consentimiento del Duque lo que éste consideraba una agresión a su propiedad sobre los mismos.
Durante el invierno y el inicio de la primavera, los neveros acumulaban la nieve y la compactaban con pisones hasta convertirla en hielo. La nieve se cubría con una capa de arbustos, y  por último, con una capa de tierra.
Los pozos se cubrían con una cubierta que formaba una cámara de aire que impedía que el calor estuviera en contacto con el hielo.
Fuente: Documentación relativa al pleito mantenido entre el [VI] duque de Arcos, Manuel Ponce de León y la corona sobre el uso de cuatro pozos de nieve ubicados en la Sierra del Pinar y de San Cristóbal, en el término de las llamadas «cuatro villas» situadas en la sierra de Villaluenga del Rosario (Cádiz). Fecha creación: 1678.
Fuente: Simón de Rojas Clemente Rubio – Viaje a Andalucía – Historia natural del Reino de Granada (1804-1809),