España – Inglaterra 1-0 . La selección española femenina ya es Campeona del Mundo.
Los primeros partidos internacionales femeninos fueron de forma extraoficial y esporádica en los 70 y 80, ya que no estaban autorizados por la FIFA, y la primera edición oficial de la Copa Mundial de Fútbol Femenino se disputa en 1991.
Pero el camino del fútbol femenino, no ha sido fácil en España. Se empezó a practicar en Inglaterra a finales del siglo XIX y en España no se popularizó hasta 1920 pero eran extranjeras las que jugaban. Justo cuando empezabab a aparecer equipos femeninos españoles la dictadura paró todo el deporte de mujeres y no se reanudó hasta los 70.
Se consideraba que, debido a la violencia no era un deporte apto para las mujeres. el futbol femenino entró en nuestro país después de la I Guerra Mundial cuando se vieron los primeros partidos femeninos en España, gracias a que la selección nacional consiguio medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Amberes de 1920. El primer partido femenino jugado en España, en 1923.
Antes, en 1920 Irene González, se convirtio en la primera futbolista profesional. Jugaba en un equipo masculino de La Coruña como portera. Llegó incluso a competir por ese puesto con Rodrigo García Vizoso, que después sería un guardameta estrella del Deportivo de la Coruña y del Real Madrid. González comenzó jugando como delantera centro y se cuenta que era muy buena, de hecho, encaraba con mucha valentía a los delanteros y era difícil que perdiera un balón. La coruñesa no se contentó con ser jugadora profesional: formó su propio equipo, el Irene C.F., del que fue presidenta, capitana y portera.
Su padre, que era carabinero, no le hacía ninguna gracia la inclinación de su hija por el balompié e incluso iba a buscarla a más de un partido para sacarla de allí. La sobrina de Irene, Matilde, cuenta que el hombre se presentaba en los campos de fútbol con el bastón para asustarla e Irene se veía obligada a abandonar el partido sin poder evitarlo.
Irene C.F. era reclamado para jugar partidos en las fiestas de los pueblos a lo largo y ancho de Galicia. Eso sí, siempre ponían como condición que ella jugase, porque era una auténtica estrella.
La prensa madrileña hizo un llamamiento para que las españolas jugaran también al fútbol igual que ya hacían las inglesas, francesas o alemanas y poco después hubo un partido que tenía previsto celebrarse el 13 de enero de 1921 entre dos equipos de chicas de la localidad vasca de Irún.
Uno de los primeros partidos lo jugaron las francesas del Sportives contra las inglesas del Stoke a beneficio de la cooperativa de periodistas de Barcelona cuya crónica de este partido en el periódico barcelonés La Jornada Deportiva (15/8/1923) decía que está «sobradamente discutido que el fútbol no entra, ni mucho menos, en la lista de los deportes que puede practicar la mujer; no puede colocarse al mismo nivel del tennis. la natación, el patinaje, etc. porque es demasiado violento y porque se necesita para practicarse un vigor que la mujer no posee… ni poseerá jamás!».
El periódico valenciano, La Reclam publicó: «Esas cosas son, como ciertos espectáculos, solo para hombres. La fuerza, el valor, la destreza, nos las hemos reservado en el reparto. Y a la mujer le hemos dejado el sentimiento, la delicadeza, la belleza y la gracia. El artículo terminaba con la siguiente afirmación: Las señoritas futbolistas fracasarán. Es decir, las haremos fracasar los hombres, porque así nos conviene, en legítimo derecho de defensa».
Las jugadoras extranjeras que introdujeron este deporte en España venían a nuestro país invitadas como si fueran parte de un espectáculo exótico. No ocurría lo mismo con el hockey sobre hierba, que era practicado ya entonces por equipos españoles femeninos de estudiantes.
En 1922 comenzaron a celebrarse en París unas Olimpiadas femeninas como protesta por la exclusión de las mujeres de casi todas las pruebas de los Juegos Olímpicos. Hasta entonces solo podían participar en tenis, golf y poco más.
En Ámsterdam de 1928 se abrió la mano a la participación femenina en esgrima, natación, tiro con arco, gimnasia y varias pruebas de atletismo y en 1924 Lilí Álvarez fue la primera mujer española en unas Olimpiadas, alcanzó los cuartos de final y fue tres veces finalista en Wimbledon. No había entonces deportes femeninos de equipo en las Olimpiadas y mucho menos competiciones de fútbol. Ni siquiera se permitía el balonmano femenino, llamado entonces hand-ball, considerado más apto para mujeres que el fútbol.
En 1928 fue el primer partido público de baloncesto en Madrid entre dos equipos de mujeres.
Habrá que esperar hasta 1930 para ver a españolas jugando al futbol pero no como reivindicaciones feministas sino como artistas de los teatros de variedades jugando.
En 1931, tras el espaldarazo que dio a la mujer la Constitución republicana, es cuando se puede datar el origen del fútbol femenino en España. Dos equipos valencianos fueron pioneros, el España F.C y el Valencia F.C. En la revista Crónica (13/12/1931) se las puede ver posando y en la imagen de abajo en un lance de un partido jugado en Barcelona.
Anna María Martínez Sagi, la primera directiva del fútbol español que llegó a formar parte de la junta del Fútbol Club Barcelona. Tras la guerra (1936-1939) la dictadura franquista frenaron en seco el progreso del deporte femenino en España, que se reanudó hacia los años 70 cuando la transición hacia la democracia permitió a la mujer ganar nuevos derechos y desarrollar sus intereses.
Habrá que esperar a la segunda mitad del siglo XX para que se normalicen y generalicen los partidos femeninos.