Detenido un grupo criminal que cobraba deudas a través de secuestros y agresiones
José Antonio Suárez López
Desarticulado un violento grupo criminal dedicado al cobro de deudas liderada por un empresario de la construcción. El líder de este grupo violento es un hincha de fútbol, contratado por el empresario de la construcción de la provincia de Sevilla, formado por culturistas con antecedentes policiales. Uno de los detenidos es de Arahal.
Agentes de la Guardia Civil, y Policía Nacional, han detenido a ocho personas en Almonte, Sanlúcar de Barrameda, Benacazón, Espartinas, Arahal y Sevilla como presuntos autores de un delito de pertenencia a grupo criminal, secuestro, lesiones graves, delitos contra la salud pública, tenencia ilícita de armas y robo con fuerza. Se ha recuperado un vehículo de alta gama y se han intervenido varias armas, diverso material informático, teléfonos móviles y tarjetas telefónicas de interés para las investigaciones, entre otros efectos.
Tras un secuestro de un hombre en la localidad sevillana de Gelves, la policía confirmó que dos personas, con armas de fuego, habían introducido a la víctima en un vehículo. Durante cuatro horas y media estuvo retenido en una finca de Benacazón, recibiendo todo tipo de amenazas y agresiones, y no fue liberado hasta que se comprometió a entregar dos vehículos como garantía de pago, junto a las escrituras de una vivienda.
El líder de este grupo violento es un hincha de fútbol, contratado por un empresario de la construcción de la provincia de Sevilla, para el cobro de deudas mediante actos violentos, formado por culturistas con antecedentes policiales. A un abogado sevillano, le llegaron a exigir 79.000 euros por una supuesta deuda y a un hostelero del Aljarafe sevillano lo amenazaron de muerte junto a su familia.
Intervenidos dos vídeos grabados durante el secuestro
Entre los se encontraba el hijo del propietario de la finca de Benacazón a la que trasladaron al secuestrado para su extorsión. Se intervinieron dos videos grabados durante el secuestro por el propio ultra.
Durante los registros se les intervino una pistola de 9 milímetros con el número de serie borrado una pistola simulada, dos carabinas y una pistola de aire comprimido, una defensa extensible, un bate de béisbol, un vehículo de alta gama que previamente había tenido que entregar la víctima como adelanto del pago requerido y que los investigados pretendían vender, diverso material informático, teléfonos móviles, tarjetas telefónicas de interés para las investigaciones y varias nóminas falsificadas que uno de los miembros del grupo utilizaba para adquirir productos de crédito y el alquiler de la vivienda en la que residía.
El jefe del grupo al saberse investigado por las fuerzas de seguridad y otros grupos rivales, se escondió en un piso okupa de Sanlúcar de Barrameda, donde fue detenido junto con otros siete miembros por varios delitos, entre los que se encuentran lesiones, secuestro y extorsión, siendo puestos a disposición judicial y decretándose prisión para el jefe del grupo ejecutor de las extorsiones.