Esta semana se inaugurará en Montilla la Exposición Bibliográfica «Santos y Judeoconversos en la España del Siglo de Oro» con la conferencia del día 29 de junio en la Casa de las Aguas (Montilla) a las 20:00 horas del profesor Enrique Soria Mesa “Los judeoconversos en el santoral español del Siglo de Oro».
La Exposición está organizada por la Cátedra Espiritualidad en el Siglo de Oro «Álvaro Huerga» y la Fundación Biblioteca Manuel Ruiz Luque en colaboración del Laboratorio de Estudios Judeoconversos y el Proyecto I+D «La Mesocracia en la Andalucía de los siglos XVI y XVII. Poder, familia y patrimonio», (PDI2019-109268GB-100) financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación del Gobierno de España.
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La muestra reúne más de una veintena de libros impresos sobre santos de orígenes familiares judeoconversos procedentes del extraordinario fondo antiguo de los siglos XVI-XIX que atesora la Fundación Biblioteca Manuel Ruiz Luque de Montilla. Entre ellos encontramos varias vidas de santos, en las que se ocultan sus orígenes espúreos y se ensalzan su nobleza, virtudes y limpieza de sangre por encima de todo, así como algunas de sus principales obras. La nómina incluye a destacadas figuras de la espiritualidad castellana del Siglo de Oro como Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz o San Juan de Ávila, entre otros.
El 14 de julio de 1573 declara contra el poeta agustino Fray Luis Ponce de León Valera, ante la Inquisición el padre Agustín de León de 32 años natural de Marchena, Sevilla, abad de San Saturnino de Medina del Campo, profesor del monasterio de la Retuerta, maestro de arte y Teología en Oñate.
El poeta nacido en Belmonte y de padres conversos es considerado uno de los mejores poetas y escritores en español, siendo maestro de Juan de la Cruz y Teresa de Jesús también conversos.
Sus padres eran de Belmonte y se llamaban Inés Varela y Lope Ponce de León, letrado de Corte, ambas líneas, estaban llenas de perseguidos y condenados por judaísmo. Pasaron la mayor parte de su vida viviendo entre Granada y Sevilla. Su tio Francisco Ponce de Leon era catedrático en Salamanca y lo orientó en la misma dirección.
Antonio de San Agustín fraile limosnero del convento mercedario de Santa Ana de Osuna era conocido como «el judío más obstinado» ya que nunca ocultó su judaísmo y sus propios padres eran judíos portugueses, pero al final de su vida se hizo famoso por una serie de milagros que aparecen representados en estampas, cuadros y hasta en un palio de una virgen de Córdoba.
El cronista Pedro de San Cecilio cuenta que el día 26 de julio de 1620 fray Antonio sacó de un costal de cien panecillos, para repartir entre los pobres que habían ido la fiesta de Santa Ana, al convento mercedario de Osuna, pero el pan se acabó y pidió mas al hermano despensero que le respondió que no había mas pan. Pero fray Antonio respondió que Dios proveería y, cuando, el hermano despensero abrió el armario para mostrarle que nada más quedaba el pan de la comunidad, ante su asombro estaba casi repleto de pan reciente. Sacaron ocho canastos y, aún así, sobraron seis panecillos.
El fraile mercedario Antonio de San Agustin se llamó en realidad Antonio Tomaso Correa o Antonio Rodríguez Correa, era portugués de Celorico do Bedado (Byera, Portugal) nació en 1571, hijo de los portugueses judíos Manuel Tomás y Ana Correa, aunque en el propio testimonio de fray Antonio para la causa de beatificación de sor María de la Antigua, en Marchena dice que se llamaron Manuel de Saraiva y Ana de Almeida.
Eran una familia de judíos conversos que le instruyeron en las prácticas religiosas hebreas, a las que seguían perteneciendo de corazón. Como consecuencia, el padre fue castigado por la Inquisición española y la madre huyó a Italia.