El 7 de Enero se cumplirán tres meses de la extraña desaparición de un militar americano de la base de Rota
José Antonio Suárez López
El 7 de Enero hará tres meses de la desaparición de su casa de Chipiona del militar norteamericano de la base de Rota Eric Adam Caldwell, tras un año y medio viviendo en España con su mujer e hijo de dos años. Trabajaba en el hospital de la base naval de Rota era teniente y tiene 31 años.
El 7 de octubre de 2022 saliera corriendo de su casa tras una pequeña discusión con su mujer —Kelly—, según la versión que ha ofrecido ella misma. Kelly su mujer fue tras él, pero no pudo alcanzarle porque tenía al niño pequeño. El pueblo de Chipiona y sus compañeros de la base se volcaron en la búsqueda participando 150 voluntarios en cada una de las batidas de búsqueda. Se le ha buscado por tierra, mar y aire, participando Guardia Civil, la Policía Local de Chipiona, Protección Civil y SOS Desaparecidos han hecho lo imposible por localizar a Eric.
Veteran Doe, plataforma de búsqueda de veteranos estadounidenses desaparecidos, se le reconoce porque tiene una bandera con un águila tatuada en la espalda, entre los omóplatos. En una de las garras, se puede leer la frase «El Reino de Dios no conoce fronteras», una pequeña cicatriz bajo del ojo derecho y el día de su desaparición vestía: pantalones cortos de color azul, camisa blanca de lunares azul marino, cinturón de cuero marrón con hebilla de bronce y cartera marrón marca Fossil.
El teniente Eric Adam Caldwell, médico militar de la base naval de Rota (Cádiz), es natural de la ciudad de York (al sur de Pensilvania), tiene 31 años y está casado. Mide 177cm y pesa 79kg. Es de constitución atlética, tiene el cabello color castaño y los ojos azules.
En caso de tener alguna información sobre el desaparecido, pueden contactar con la Guardia Civil, la Policía Local de Chipiona o cualquiera de los teléfonos de asistencia 24 horas de la asociación SOS Desaparecidos: +34 649 952 957 / +34 642 650 775.
Márquez indica que se le ha buscado con drones, rastreado el pueblo y su entorno, se ha buscado desde el aire, en los barcos del puerto sin pistas. Tras la hipótesis del suicidio ahora se baraja la «la huida voluntaria, y posiblemente bien planificada». Se encontraron dos notas de despedida, que estudió la Guardia Civil y Policía Local, un estudio grafológico «que indica que no había una intención suicida real» lo que lleva a la idea de una huida planeada.
Extraña que dos meses después no haya aparecido el cadáver ni ninguna pista y que «dos meses después no sepamos nada», señala Rafael Márquez. «Las posibles pistas que nos han ido llegando la hemos ido descartando con la investigación. Así que «va tomando más fuerza la hipótesis de que ha sido una cosa voluntaria, planificada y bien ejecutada».
