El Consorcio de Aguas “Plan Écija” ha actuado tarde, mal y confundiendo a la población, según los ecologistas
José Antonio Suárez López
Nuestro medio de comunicación lleva cinco años informado con independencia de lo que más te importa. Lo más cercano. No recibimos financiación alguna de ningún organismo público o privado y nos mantenemos con la publicidad. Ahora añadimos un enlace para que los lectores aporten la cantidad que deseen, cuando lo deseen de forma segura y sencilla. Si quieres que sigamos investigando nuestra cultura y tradiciones. Si quieres que se mantenga este nexo de unión con la tierra de tus ancestros, apóyanos donando fondos. HAZ CLICK AQUÍ.
El Consorcio de Aguas del “Plan Écija” ha actuado tarde, mal y confundiendo a la población durante varios días en los que las concentraciones de benceno superaron los niveles permitidos por la normativa según comunicado de Ecologistas en Acción.
El comunicado íntegro dice lo siguiente:
En plena crisis, con preocupantes consecuencias económicas, ambientales y sociales derivadas de la pandemia mundial, con las restricciones impuestas y donde se ha puesto de manifiesto la importancia de los servicios públicos, entre ellos la garantía en el acceso al agua, los más de 180.000 habitantes de los pueblos abastecidos por el Consorcio de Aguas “Plan Écija” se han visto privados del consumo humano por detectarse en los análisis rutinarios concentraciones de benceno superiores a lo permitido por norma.
En una semana de comunicados confusos y ambiguos se ha pasado, desde restar importancia al problema hasta la prohibición de su uso para beber y preparar alimentos. Esto ha provocado la incredulidad e indignación ciudadana por la falta total de transparencia y la información poco clara, tanto del origen del problema como las causas o el tiempo que la población ha estado consumiendo agua no apta.
No se entiende que desde mediados del mes de noviembre, donde el Consorcio tuvo conocimiento de las primeras muestras contaminadas, y que según su propia investigación, tiene su origen en una partida defectuosa de carbón activo que se localiza en la Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) situada en Écija, no se advirtiera a los distintos municipios que no se debía consumir agua para consumo humano.
No es lógico que si el problema está en la planta desde donde se distribuye el agua a los distintos municipios del Consorcio, solamente se le prohibiera usarla a Marchena y La Luisiana y luego a Écija, cuando todos desde el principio han recibido esa agua procedente de la ETAP, que es donde supuestamente estaba el origen de las muestras contaminadas.
Como mínimo se ha mentido a la población, que en menor o mayor medida ha consumido agua con concentraciones superiores de benceno de las permitidas por norma durante al menos 15 días, aunque no haya existido riesgo real para la población. Además esa agua se ha empleado en la elaboración de materias primas y en los procesos productivos de las industrias agroalimentarias ubicadas en las poblaciones abastecidas. Otra cuestión a estudiar será revisar los niveles mínimos exigidos en la normativa, ya que una cantidad mínima no garantiza que sea adecuada, tal y como pasa con las sustancias prioritarias. Si no se protege el agua no se puede proteger la salud.
Por ello, exigimos que se dé respuesta clara y transparente a las dudas que han quedado por resolver, teniendo en cuenta el carácter público del Consorcio y las palabras de la propia Presidenta en la página web, donde se afirma que “la garantía y la calidad en la prestación de los servicios públicos del agua, constituye un principio fundamental y un objetivo inequívoco de su gestión”. La aportación ciudadana es “imprescindible para alcanzar los fines previstos de este importante proyecto, juega un papel relevante, tanto en la explotación de forma digna de los servicios, como en la responsabilidad y protección medioambiental”.
Por ello urge a responder a cuestiones como conocer la fecha exacta desde que se detecta concentraciones de benceno por encima de lo permitido, el por qué no se declara no apta desde el primer momento a todos los municipios abastecidos por el Consorcio, si se está ahorrando en gastos comprando material más malo para compensar la pérdida de ingresos debido al cese de actividades no esenciales o saber si el origen del problema es la partida defectuosa de carbón activo u otro distinto.
Por último, desde Ecologistas en Acción queremos reivindicar que el agua es un bien de primera necesidad y como tal debe garantizarse una calidad y un mínimo vital que asegure la dignidad de toda persona, por ello hacemos un llamamiento a la ciudadanía para que, una vez levantada la restricción, se consuma agua del grifo. Se trata del consumo que mayores garantías ofrece al ciudadano, tanto por los continuos controles de calidad que se realizan como por evitar la contaminación cruzada al no tener que emplear envases para su transporte, así como por tener una huella ecológica baja al no generar residuos sólidos urbanos y no emplear combustibles fósiles para su distribución.
Ecologistas apoya y defiende el control y la gestión pública de los servicios de abastecimiento y saneamiento, para ello demanda al Consorcio que permita la creación de un órgano de participación y asesoramiento como garantía de éxito a la hora de abordar los importantes retos presentes y futuros relacionados con la gestión del agua.