En el año de la coronación canónica la Hermandad de nuestra Señora y Madre de la Soledad, ha realizado un altar efímero para el Septenario en el que destaca el descendimiento de Cristo y la Soledad ataviada al estilo de la corte de los Austrias.
En él, se ha querido represerntar los orígenes de la «Hermandad y Cofradía del Traspaso y Soledad de Ntra. Sra.» Para ello se presentan los titulares como los primeros hermanos los conocieron haciendo un homenaje a sus más 450 años de historia, representando el sexto dolor, «Jesús es entregado a María», donde el Cristo Yacente, atrobuído a Jerónimo Hernández aparece descendido de la cruz por dos ángeles pasionistas tallados por Pedro Duque Cornejo disicpuilo de Roldán. Porta sudario, corona de espinas y potencias de plata del siglo XVIII.
La Virgen de la Soledad, ataviada a la época de los austrias, es rodeada por seis pinturas de los seis dolores restantes, realizados para la ocasión. En su peana y dominando la escena, otra filacteria similar a las que rodean a las pinturas de la que se lee «Stabat Mater Dolorosa, iuxta crucem lacrimosa» «Estaba la Madre dolorosa, al pie de la cruz llorosa».
Se suman a éstos, las armas Christi de Cristo, que flanquean los laterales del altar efímero. Del mismo modo, el grupo de costura, ha realizado diferentes colgaduras que exornan las columnas del templo, que, junto con las del altar mayor, hacen un hermoso y sobrio conjunto que eleva nuestra oración en esta semana preparatoria de Pasión.