El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número uno de Marchena (Sevilla) ha tomado este lunes declaración como testigo al maquinista del tren de media distancia descarrilado el pasado 29 de noviembre en Arahal con el resultado de 37 viajeros heridos, quien habría defendido que aquel día marcado por las inclemencias meteorológicas no había recibido ningún aviso sobre el estado del tramo de vía ferroviaria concreto en el que ocurrió el accidente.
El abogado Fernando Osuna, que representa a varias de las personas heridas en este siniestro ferroviario, ha explicado a Europa Press que el maquinista del convoy accidentado ha testificado durante algo más de una hora ante la juez instructora del caso, rememorando los aspectos técnicos de aquella jornada del 29 de noviembre de 2017.
Aquel día, recordémoslo, el alcalde de Arahal, Miguel Ángel Márquez, informada de que entre las 00,00 y las 7,00 horas de la madrugada previa al accidente, la localidad habría registrado lluvias que habían dejado unos 110 litros de agua por metro cuadrado, extremo que había ocasionado el desbordamiento de arroyos y otros incidentes que habían obligado a cerrar al tráfico varias carreteras.
Al respecto, el maquinista ha defendido que cuando dirigía el tren accidentado, no contaba con ningún aviso previo respecto a incidencias relacionadas con el tramo concreto de vía donde aconteció el siniestro, con lo que tampoco contaba con instrucciones de reducir la velocidad en dicho tramo del trazado ferroviario. Según el maquinista, el «parte» con el que contaba contenía un aviso respecto a las consecuencias de las inclemencias meteorológicas, aunque con relación a otro punto diferente de la vía ferroviaria.
En ese sentido, recordemos que el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) y Renfe sostenían ese mismo día que el accidente aconteció en el punto kilométrico 19,500 de la vía ferroviaria, a unos ocho kilómetros de la estación de Arahal y a unos «seis kilómetros del tramo afectado a primera hora de la mañana por los efectos de las lluvias».
El accidente se saldó con 37 heridos, dos de los cuales fueron ingresados en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla con heridas de gravedad. Se trataba de un empleado de Adif que sufrió una fractura de pelvis y fue intervenido, así como una mujer que sufrió un traumatismo en la columna.
A raíz del accidente, y según informaban entonces a Europa Press fuentes del caso, el Juzgado número uno de Marchena recabó varios informes de Renfe y Adif, para esclarecer el estado del convoy y la influencia en éste de la situación meteorológica, interesándose además por el visionado de la caja registradora jurídica del tren, al objeto de averiguar aspectos técnicos como la velocidad a la que circulaba cuando aconteció el accidente.