Rosalía Vinuesa Herrera ha localizado en el Arzobispado los datos de once capillas urbanas y cinco rurales, la mayoría desaaprecidas en Marchena.
La Plaza de San Andrés tenía cuatro templos y capillas, San andrés, Santa Isabel, la Inmaculada de Puerta Osuna y la capilla de San Gerónimo.
Juan Félix de Clarebot tenía en su cortijo de Jarda una capilla con altar dedicado a San Francisco de Asis que era usada por los trabajadores de la aceituna en tiempos de verdeo a dos leguas de Marchena según el visitador Gaspar de Fuentes el 21 de Octubre de 1701.
Tambien tenia una capilla la casa de Nicolas Diez de la Cortina presbitero, que la compró a Juan de Alfonseca, cuyos hermanos habían sido declarados recientemente por el Ayuntamiento como Hidalgos en 1755.
En 1675 tenia oratorio la casa de Juan de Ayllon e Ines de la Fuentes, que solicitan al obispado por enfermedad que le impedía ir a misa según el visitador Felipe Gutierrez.
El oratorio público de la Inmaculada Concepción estaba en la Puerta de Osuna y tenia licencia de Gaspar de Borja y Velasco en 1640 en tiempos del obispo Ignacio Espinola.
Juan Antonio Orbaneja Briones tenia un oratorio en su casa de la calle Estudio en 1714.
Antonio de Paz, vecino de la villa de Marchena y Patrono del Colegio del señor San Gregorio o San Herónimo de la misma villa en 1775 afirma que en dicho colegio hospital de incurables habia un altar dedicado al Descendimiento de la Cruz de Cristo.
En 1669 el Caballero de la Orden de Santiago Pedro Mateo de Pobes y Aguilea solicita para su casa aprobación para un oratorio.
En La Cobatilla habia una capilla en 1642 cuando era propiedad de Ldo. D. Gaspar Requena.
Martin de Trujillo Abarca Caballero de Alcántara y su mujer Paula Salmón solicitan licencia para su oratorio en su casa en 1679 ubicada en la Plaza Pública de la Villa de Marchena con un Altar lienzo de la Virgen de Atocha.
El cortijo de Luchena propiedad del convento de San Agustín Casa Grande de la ciudad de Sevilla tenía en 1773 una capilla con un portal descubierto, dos arcos y reja de hierro, donde los labradores oían misa sin necesidad de entrar. Tenía un altar con la Divina Pastora y una campana con la que se avisaba a los labradores.
Luis de Molina y Prado vecino de Marchena y descendiente de los coinquistadores de la ciudad de Baeza solicitó en 1650 licencia para abrir una capilla en La Matilla ubicada entre Marchena y Morón. Lo mismo hizo Diego de Maraver para La Matilla del Maestre tambien en Morón.