Este barrio toma su nombre del Arco de la Macarena, una de las puertas de la antigua muralla de Sevilla, que originalmente se llamaba en árabe «Bab-al-Makrina». Este término evolucionó al nombre actual y también se utilizó para nombrar a la imagen de la Esperanza Macarena y por extensión a la Basílica donde se custodia. Además, hay quienes asocian el origen del nombre a la palabra griega «makarios», que significa «feliz, dichoso».
La Macarena es conocido por ser un barrio popular y castizo, casi un pueblo dentro del centro de Sevilla, con sus monumentos, leyendas y tradiciones. Está formado por los barrios de San Gil, Feria – Alameda, San Luis – San Marcos y San Julián. Se encuentra al norte del casco histórico, rodeado por las rondas y extendiéndose hacia el sur hasta el centro de la capital y hacia el oeste hasta la Alameda de Hércules.
El Barrio de la Macarena en Sevilla es uno de los más antiguos y emblemáticos de la ciudad, con un origen que se remonta a la época romana. Se cree que su nombre proviene de un lugar o finca donde aún se conserva una torre y que conducía a una de las puertas de la ciudad, conocida con el tiempo como la Puerta de la Macarena.
CERRO MACARENO
El cerro Macareno es un asentamiento Fenicio-Tartésico que remonta al siglo octavo y sabemos que al menos desde el Siglo cuarto después de Cristo existen en las fuentes el llamado Camino de los Macarenos que iba por la actual calle Don Fadrique hasta La Rinconada.
Según Andrés Luque Teruel, doctor en historia del arte por la Universidad de Sevilla «Bab Al Macarna, la puerta de la ciudad, estaba entonces en la zona del Mercado de La Encarnación. La muralla crecerá después en tiempo almohade. No sabemos por qué se llama Cerro Macareno, lo que sí sabemos es que el nombre del barrio existe mucho antes que el barrio». Probablemente, el nombre de Macarena venga del cerro Macareno.
YACIMIENTO FENICIO DE CERRO MACARENO
Junto con el Carambolo y Carmona, cerro Macareno es el mayor yacimiento de la zona montículo artificial producto de la acumulación de restos arqueológicos de unas civilizaciones sobre otras.
El yacimiento abarca una superficie aproximada de 50.000 metros cuadrados y se encuentra en la base de la terraza baja del Guadalquivir. Durante su ocupación, el río pasaba muy cerca, lo cual pudo influir en la historia del asentamiento. El Cerro Macareno fue un poblado con más de 600 años de existencia en el I Milenio a.C., y sus vestigios más antiguos corresponden a la época del Bronce Final, lo que indica que fue uno de los asentamientos urbanos del reino de Tartessos.
A lo largo de su historia, se pueden distinguir varias épocas, incluyendo la tartesia precolonial y colonial, la protoibérica, la ibérica inicial y plena, la ibérica final y la iberorromana. Cada una de estas etapas dejó su huella en el yacimiento, desde influencias fenicias y griegas hasta el comercio con cartagineses y la presencia romana.
El Arrabal de la Macarena, como se le conocía, fue un lugar importante y extenso durante el asedio de Fernando III a Sevilla en 1248, siendo destruido durante el combate. Posteriormente, tras el «repartimiento», se otorgaron pequeños lotes de terreno a varios personajes destacados, los cuales con el tiempo se transformaron en huertas. Estas huertas fueron adquiridas más tarde para la construcción del Hospital de las Cinco Llagas, promovido por doña Catalina de Ribera. El barrio no sufrió cambios significativos hasta el siglo XIX, cuando se añadieron tramos a la calle Perafán de Ribera y se nombraron las calles con sus nombres actuales.
El crecimiento de la muralla desde la Encarnación hasta al actual Arco de la Macarena se va a producir a finales del siglo X «porque tiene agua bajo tierra, terrenos que permiten plantar y tener animales, eso permite aguantar un asedio durante años, por ese motivo se amplía la ciudad por este sector Pero esto va a ser que sea una zona no poblada sabemos» según Andrés Luque Teruel.
Siempre fue una zona rural. Cuando se funda la Hermandad de la Esperanza solo hay 12 casas en el barrio, no pasan de 80 a finales del siglo XIX con amplios corrales y huertos que dan nombre aún a calles del barrio como, Calle Huerto, calle Parras por el huerto de las Parras El corral del perdón, el huerto de Los Toribios, la huerta del Zapote ya fuera de de muralla. Eso hace que fuese una población muy distinta a la del resto de Sevilla.