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El Sermón de las Siete Palabras: historia, tradición marchenera y legado musical

la Hermandad del Santísimo Cristo de San Pedro y María Santísima de las Angustias ha hecho propio el Sermón de las Siete Palabras con un estilo muy particular. Esta cofradía – cuyos orígenes se remontan al siglo XVI, con reglas aprobadas hace casi 500 años​– celebra el Sermón no el Viernes Santo, sino el Viernes de Dolores (el viernes anterior al Domingo de Ramos). De este modo, convierte dicho viernes en el broche de oro de la Cuaresma marchenera​, marcando el inicio extraoficial de la Semana Santa local. Año tras año, es uno de los actos más sobrecogedores y esperados por los fieles de Marchena​.

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La tradición de realizar el Sermón de las Siete Palabras en esta hermandad está profundamente arraigada; se trata de un acto con mucha idiosincrasia y tradición en la corporación​.

Si bien no se conoce con exactitud la fecha de inicio, hay indicios que apuntan a finales del siglo XVII o comienzos del XVIII. Esto se deduce de la aparición en aquella época de las “quintas”, un tipo de saeta propio de Marchena vinculado a esta hermandad​. Las quintas son saetas flamencas de cinco versos, de tono sobrio y recitado llano, cuyo texto versa sobre la muerte de Cristo en la Cruz​. Representan un riquísimo legado inmaterial: se cree que surgieron alrededor de 1700 y se han transmitido por generaciones de saeteros locales.

Actualmente, el Viernes de Dolores al anochecer, la Hermandad del Cristo de San Pedro convoca a hermanos, fieles y devotos en el templo de Santo Domingo para este acto singular. La estructura litúrgica combina elementos de culto interno con participación popular. Primero, a las 20:30 aproximadamente, se realiza el traslado solemne de la imagen del Santísimo Cristo de San Pedro desde su capilla hasta su paso procesional (el paso donde procesionará días después)​. Este traslado dentro del templo, con cirios y oraciones, crea un clima de intensa devoción y marca “el inicio del tiempo de Pasión más íntimo y profundo”.

Seguidamente tiene lugar el Sermón de las Siete Palabras como tal. A diferencia del modelo tradicional donde un solo orador (sacerdote) desarrolla todo el sermón, en Marchena son siete hermanos de la hermandad quienes participan activamente. Uno a uno, van subiendo al atril para hacer la lectura del texto bíblico correspondiente a cada Palabra de Jesús y ofrecen una breve reflexión o meditación personal sobre esa frase​.

Tras cada meditación, el silencio es roto por una saeta “quinta” entonada desde algún lugar del templo​.

Composiciones musicales sobre las Siete Palabras

Paralelamente a la predicación, las Siete Palabras de Cristo han inspirado numerosas composiciones musicales a lo largo de los últimos siglos bien como piezas de concierto con profundo contenido espiritual desde Joseph Haydn (finales del XVIII) hasta nuestros días.

Joseph Haydn compuso en 1787 siete sonatas lentas más un preludio y un “Terremoto” final encargada en 1786 para el servicio de Viernes Santo del Oratorio de la Santa Cueva de Cádiz.​Cada movimiento musical corresponde a una de las Palabras, y se interpretaba entre las meditaciones.

Cabe señalar que, antes de Haydn, ya existían notables composiciones sobre este tema, como la cantata alemana Die sieben Worte Jesu Christi am Kreuz (1645) de Heinrich Schütz, escrita en plena época luterana​. Sin embargo, ha sido a partir del periodo clásico y romántico – desde finales del XVIII – cuando proliferó un verdadero corpus musical en torno a las Siete Palabras de Cristo en la Cruz.

La devoción a las Siete Palabras – las últimas siete frases pronunciadas por Jesús en la Cruz, según recogen los cuatro evangelios – tiene sus raíces en la espiritualidad cristiana desde la Edad Media. Ya en el siglo XII, el monje cisterciense Arnaud de Bonnevaux compiló y analizó estas frases, y más tarde San Roberto Belarmino (1542-1621) impulsó su difusión con un famoso tratado teológico sobre ellas​. A partir de entonces, se extendió la costumbre de predicar sermones especiales meditando cada una de las Siete Palabras, generalmente en la mañana o el mediodía del Viernes Santo. 

El formato que hoy conocemos como Sermón de las Siete Palabras – también llamado el Sermón de las Tres Horas – tuvo su origen específico en Lima (Perú) en el siglo XVII. Según la tradición, el padre jesuita Alonso Messia (de la Compañía de Jesús) instauró hacia 1660.

Esta práctica se hizo muy popular y se propagó desde Lima a otros lugares de América (Chile, Panamá, México, etc.) y finalmente a España​.

Para el siglo XVIII el Sermón de las Siete Palabras ya formaba parte de la liturgia popular de Viernes Santo en la península. De hecho, comenzó a celebrarse en ciudades como Cádiz y Sevilla, entre otras​.

Un ejemplo notable es Cádiz: allí el Oratorio de la Santa Cueva solía organizar un extenso sermón meditatitivo en Viernes Santo. En 1786, el canónigo de Cádiz encargó a Joseph Haydn una obra musical para intercalar entre cada meditación; el compositor austriaco cumplió componiendo siete adagios instrumentales (más un preludio y un final).

La obra de Haydn – estrenada en Cádiz y publicada en 1787 – se difundió por Europa, lo que atestigua cuán arraigado estaba ya el Sermón de las Siete Palabras en la tradición de la Iglesia de entonces​.

A lo largo de los siglos XIX y XX, el Sermón de las Siete Palabras evolucionó adaptándose a cada contexto: en algunas ciudades se mantuvo como una prédica clerical solemne dentro de los templos; en otras, se convirtió en un acto multitudinario al aire libre vinculado a cofradías de Semana Santa.