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Embajadas, pregones, sentencias y sermones de Semana Santa

El origen de las sentencias, sermones, y pregones del Ángel en las Semanas Santas de Archidona, Puente Genil y Marchena se enraíza profundamente en la tradición y la historia de la religiosidad popular andaluza, reflejando no solo la devoción religiosa sino también la riqueza cultural de estas localidades.
En Marchena, Sevilla, la Semana Santa cuenta con una serie de actos y tradiciones únicas, como las sentencias, sermones, y pregones. La tradición del Pregón del Ángel, por ejemplo, es un acto distintivo donde ytas la lectura de la sentencia de Pilatos, un angel trata de reconfortar a Jesus reflejando la importancia de la oralidad y la teatralidad en la celebración de la Semana Santa.

La representación de la Sentencia de Pilatos en Puente Genil tiene raíces que se remontan a varios siglos atrás, siendo parte integral de la Semana Santa y sus ceremonias desde tiempos antiguos. Esta práctica se inscribe dentro de las representaciones vivas de la Pasión de Cristo que se realizan en muchos lugares de España, las cuales buscan recrear los eventos bíblicos del juicio, condena, y crucifixión de Jesús.

La imagen del Dulce Nombre de Archidona de la escuela de Pedro de Mena (1628-1688) oculta en su pecho un hueco horadado, usado como relicario y en el Jueves Santo se coloca la Custodia para la exposición del Santísimo. Se trata de una hermandad fundada por los Dominicos bajo el patronazgo de los Tellez Girón, Duques de Osuna alrededor de 1585. Aunque la hermandad fue fundada con el nombre del Nazareno de Santo Domingo luego absorbe a la Hermandad del Dulce Nombre del mismo convento, asimilando la hermandad el nombre del niño para el propio nazareno.

Los dominicos pretendían así instruir al pueblo en el mensaje evangélico, desarrollando un ciclo sacramental, que iría, desde la adoración al Santísimo en la noche del Jueves Santo, expuesto, en la cavidad citada del Nazareno del Dulce Nombre, hasta la procesión del Viernes Santo, pasando por el sermón de «madrugá», y el desfile, en el que se representarían todas estas tradiciones buscando un efecto narrativo.

La salida de la Hermandad es anunciada previamente por las calles por seis campanilleros que anuncian la salida de esta y todas las cofradías y que el Viernes Santo despuierta al pueblo. Su origen está en la llamada, de las ordenes religiosas a los actos organizados por el convento.  Así anunciaban el sermón del Huerto o el del descendimiento en la tarde del Viernes Santo, como los oficios del Jueves Santo y la salida del Nazareno y el sermón de «madruga» y la salida de la cofradía del Dulce Nombre.

Formando parte de la predicación de la pasión y muerte de Cristo, que se realizaba en la Iglesia de Santo Domingo de Archidona, se encontraban las sentencias y las embajadas. Usaban un sonido repetitivo y cadencioso que simulaba los pregones y sentencias que antiguamente se cantaban en las calles y plazas de los pueblos.

Antes de la procesión de la cofradía de la Oración del Huerto de Archidona, a las siete y media de la tarde, tiene lugar la representación de la «Embajá del Ángel» en la iglesia de la Victoria, sede canónica de esta cofradía. La «Embajá del Ángel» de la cofradía del Huerto es una representación sacra del momento evangélico en que un ángel reconforta a Jesús en el Huerto de los Olivos. En cada Miércoles Santo se representa en la iglesia de la Victoria. Justo antes de la procesión, un niño vestido de angelito, desde un balcón engalanado en el interior de la iglesia, recita el «Canto del Santo Dios» de Los Escolapios.
Según el Instituto de Patrimonio Histórico de Andalkucía su procedencia es una canción de siega que los escolapios recuperan. La peculiar entonación monocorde del «Santo Dios» está compuesta por una serie de versos que anuncian la Pasión y Muerte de Cristo. Es una supervivencia de otras representaciones similares que se celebraban desde el barroco, conocidas como los Sermones «de madrugá» y «del Descendimiento».

Durante la salida en la madrugada del Jueves Santo y tras recorrer los sagrarios son cantados los pregones de la Hermandad del Dulce Nombre de Archidona asi «La Embajada de San Juan», «La sentencia de Pilatos», «La Sentencia del Eterno Padre» y la «Embajada de la Virgen» recuperados en 2017.  Esta Sentenica de Pilatos tiene claras similitudes en el tono con el Pregón del Angel de la Hermandad de la Humildad de Marchena.

EL PREGON DEL ANGEL Y MANDATO DE JESUS NAZARENO DE MARCHENA
El Mandato es un ritual muy antiguo, por lo que son muchos los cambios que han intervenido en su puesta en escena a lo largo de más de cuatro siglos. Sin embargo, existe constancia de que desde los años treinta hasta hoy, el ritual se ha mantenido sustancialmente invariable, contando la hermandad con un texto, compilado por un erudito local, que relata con todo lujo de detalles la escenificación de El Mandato.
Sobre las diez, desde el balcón de las antiguas casas Capitulares, el sacerdote comienza con el sermón del Mandato. Siguiendo el guión argumental de la dramatización declamado por el sacerdote, comienza el lento baile de los pasos. En primer lugar, hace su entrada en la plaza la Centuria Romana a pie y a caballo. Desfilan hacía el paso de Cristo los romanos encabezados por su capitán con estandarte, su cabo, su tropa y caballería, para colocarse sucesivamente en los laterales de la plaza. El capataz del paso del Cristo llama entonces a sus costaleros para que Jesús represente las tres caídas.

En el momento en que los tres pasos giran al unísono sobre sí mismos para sucesivamente disponerse los pasos de la Virgen y de San Juan a los costados del paso del crucificado mirando hacía él, llega la sentencia de Pilatos, que un soldado romano lee desde el balcón de la Casa Capitular. Tras la lectura de la sentencia, acude la Verónica hacía el paso del Cristo escoltada, bajo toldo, por los soldados romanos. Frente a Jesús, sube la Verónica al paso para enjugar su sangre y sudor con un paño en el que quedan impresas las facciones de su rostro. La Verónica muestra a la plaza el rostro de Jesús impreso en el paño.

En respuesta a la sentencia de los hombres, el Ángel entona entonces la sentencia divina, hacía la cual se encamina con serenidad el paso del Cristo seguido por la Virgen y San Juan. Antes de dejar la plaza, Jesús Nazareno, mediante un sistema de cuerdas que permite el movimiento del brazo izquierdo, bendice al pueblo de Marchena que se aglomera alrededor de su imagen. El sacerdote concluye entonces su sermón, retomando el cortejo procesional sus posiciones para volverse nuevamente cofradía tras cruzar la puerta hacia Calle Carreras.

OTRAS TRADICIONES DE ARCHIDONA
LA SUBASTA
Otra costumbre ancestral era que durante la procesión, los devotos y el público solían hacer ofrendas en especie depositadas a los pies del Cristo, que luego eran subastadas por la hermandad el domingo de Resurrección para recaudar fondos, costumbre luego sustituidas por donaciones de dinero en metálico.
HUIDA DE LOS APOSTOLES

La cofradía del Dulce Nombre de Archidona escenifica en los Cuatro Cantillos la huida de los apóstoles momento en que Jesús fue abandonado tras su captura en Getsemani. El Sampedro de campanillas, es decir un cargio de la junta de Gobierno, encargado de los campanilleros, recoge al apostolado de las cruces y los doce, cargando su cruz, salen del recorrido oficial de la procesión a paso ligero, refugiándose en la Parroquia hasta que la hermandad ha pasado, y se incorporan de nuevo al cortejo procesional a la entrada de la calle Carrera.

En la Cofradia del Huerto de Archidona tras el segundo trono, va el grupo del apostolado. Estos son los doce apóstoles que representan la «Huida». Es la «escenificación del apostolado. En ese momento los doce miembros de la cofradía, que forman el grupo de los apóstoles más un San Pedro, realizan huidas simbólicas de la procesión y salen del cortejo refugiándose en el templo más cercano. La representación simboliza el abandono de Cristo en su pasión.