En busca de la Baraka de Shams de Marchena, una maestra sufí
José Antonio Suárez López
A pesar de ser perseguido por el poder y los puristas del Islam, la religiosidad popular sufí, tuvo muchos seguidores entre el pueblo de Al Andalus y aún hoy día mueve grandes masas en Marruecos buscando la Baraka de los santos sufíes como el que tuvo Shams de Marchena.
Marchena tuvo una gran tradición sufí como explica la investigadora Salma Al Farouki, palestina propietaria de la Casa de Al Andalus en Córdoba. Ella misma ha venido a Marchena buscando la tumba de Shams (Sol) Um Al Fuqara (Madre de los Pobres) que es la maestra y referente de Ibn Arabí, (1.165-1241).
Cada primavera en la costa atlántica de Marruecos, miles de personas salen en romería en busca de la Baraka (bendición) de los santos sufíes enterrados en Morabitos y zawiyas. La ruta tiene 500 kilómetros y 44 santuarios, todos relacionados con la leyenda de que cuatro seguidores de Jesús que llegaron a la zona. Con el tiempo sus descendientes conocieron a Muhammad (Mahoma), abandonaron el cristianismo y se convirtieron al Islam.
Desde el 883 el sufismo -la rama mistica del islam- se extendió por Andalucía traída de sus viajes por Ibn Masarra, y se organizó en tariqas u órdenes, las más populares, la Shadhiliyya que hoy se extiende por el Magreb y Suramérica. Hoy día se sigue practicando el sufismo en los templos o tariqas de Orgiva, Granada y Arcos de la Frontera, Cádiz.
Como los franciscanos reaccionaron contra las riquezas de la iglesia, los fuqara (pobres), sufies reaccionaron contra la corrupción del Islam.
Faqir es el que ha abandonado la futil búsqueda de este mundo y ha salido a la búsqueda de lo Real, es decir, el secreto de su propia existencia. (Shayj Abdalqadir As-Sufi, Los cien pasos).
En una de sus obras el Maestro Ibn Arabi nos dice «entre los santos hay ciertos hombres y mujeres que se llaman implorantes, encontré uno de estos en Marchena de los olivares. Se llamaba Shams y era ya muy anciana. Esta santa mujer ocultaba su estado espiritual y estaba bajo el dominio simultáneo del miedo y la alegría vital, lo cual era sorprendente y casi imposible de imaginar. Tenía el poder de expresar los pensamientos de los demás y una baraka inmensa y manifiesta».
En el libro los sufíes de Andalucía (Editorial Sirio Málaga, 2007) se recogen notas biográficos extraídos de Ibn Arabi referente a 69 maestros sufis de los siglos XII y XIII en el entorno de Sevilla y Andalucía.
Tanto Ibn Arabi como Shams de Marchena tuvieron como referente a Ibn Masarra, que hacia el 912-914, con unos treinta años, predicaba un sufismo gnóstico, mágico y mistérico en una ermita en la Sierra de Córdoba en compañía de sus discípulos. Tras ser acusado por los puristas, su obra fue quemada y sus alumnos perseguidos.