Ayer se estrenó en Prime Video el documental sobre el crimen de Los Galindos, que incluye una dedicatoria final a Pepe Zapico, funcoinario del juzgado de Marchena recién fallecido, que jugó durante toda su vida un papel clave en la investigación conservando una copia digital del expediente mientras, el documento original desaparecía, en un traslado del archivo judicial de Marchena a Sevilla. «Que el sumario haya desaparecido es una barbaridad» expone Ildefonso Arcenegui.
El Alcalde de Paradas, manuel Cobano expresa que tras siete años solicitando a los juzgados y a la autoridad judicial andlauza una copia del sumaroi, el problema es que no lo encuentran». No solo el sumario desapareció, también las armas con las que fueron cometidos los asesinatos según el juez de Paz de Paradas. «Alguien tendrá que
Prescrita la vía judicial, el documental que sigue la línea trazada por Juan Mateo Fernández de Córdoba, hijo del Marqués, en su libro, y finaliza concluyendo que solo la investigación periodística mantiene la esperanza de arrojar luz al caso de los Galindo, uno de los crímenes más enigmáticos y violentos de la historia reciente de Andalucía, que vuelve a la luz pública gracias al documental «Caso Los Galindo: Caso Abierto». Por otro lado, Mediaset también está emitiendo los Miércoles una serie de ficción inspirada en los hechos reales del caso Los Galindos, en colaboración con Unicorn Content, la productora de Ana Rosa Quintana.
En el documental participan las voces más autorizadas en el caso como Pepe Zapico e Ildefonso Arcenegui, el ex juez de Marchena Heriberto Asensio, o el forense Luis Frontela.
El propio Juan Mateo Fernández de Córdoba explica en el documental el contexto de los crímenes, con la separación de sus padres, el final del franquismo, y el marqués de Grañina Gonzalo Fernandez de Córdoba y su esposa Mercedes Delgado en plena disputa conyugal.
La disputa por el control del vasto patrimonio familiar, que incluía no solo varios cortijos en Andalucía sino también una valiosa mina de oro en Sudáfrica, y sobre todo el desfalco económico de parte de los bienes del cortijo fue el catalizador de los asesinatos que fueron luego cubiertos por las autoridades judicial y policial. Esto da lugar a que se hable de una auténtica mano negra que llega hasta nuestros días, que hace que desaparezcan las armas o el sumario del caso en su traslado de Marchena a Sevilla.
La declaración de su Madre Mercdes Delgado de que ella misma limpió una mancha de sangre dentro de la casa de los Marqueses, donde no entró nadie, ni la Guardia Civil a su hijo Juan Mateo Fernández de Córdoba, poco después de la muerte del Marqués, motivó la escritura del libro, primero y la realización de este documental después, con la opinión en contra de sus cuatro hermanos. Esa declaración quiere decir para Juan Mateo, que en la casa señorial, se escondieron, envueltos en mantas, algunos cadáveres que fueron luego cambiados de sitio.
Según el hijo del Marqués era «una mancha reciente» y se debe a que «esa noche se quedaron dos personas, Antonio y mi padre a dormir allí, que inexplicablemente la Guardia Civil accedió». «Esa mancha se produjo al sacar el cuerpo de Zapata» para hacer creer que Zapata «estaba desaparecido tres días «hasta que lo sacaron y lo pusieron allí». Es la teoría que maneja Juan Mateo Fernandez de Córdoba, el hijo del Marqués y así lo expresa en el documental.
No consentían que nadie ajeno a la familia entrase nadie en esa casa de la que solo la Marquesa y el Marqués tenían llave. Cuando ocurren los cinco asesinatos ninguna autoridad registró la casa.
El periodista Paco Gil Chaparro, conocido por su trabajo en «El Correo de Andalucía», revela en el documental detalles importantes como la visita que hizo el Marqués de Grañina al Capitan General Pedro Merry Gordon para supuestamente protestar porque se había interrogadoi al Administrador del cortijo, su empleado justificfando asi una mano negra que frenaba una y otra vez los avances de la investigación del caso. Asi lo expone Juan Mateo, el hijo del Marqués. «Que la investigación decayera en noviuembre cuando los crimenes fueron en Julio es demasiado fuerte». Otras fuentes confirman que hubo órdenes desde Capitnía de frenar la investigación.
Patrimonio en Disputa
La madre de Juan Mateo Fernández de Cordova heredó un significativo patrimonio de su padre, que el Marqués intentó controlar tras el matrimonio. Sin embargo, al no lograr el control total, incluyendo la mina de oro en Sudáfrica, el Marqués decidió abandonar el matrimonio con cinco hijos adolescentes. Esta separación no solo marcó un punto de inflexión en la vida de los cinco hijos sino que también desencadenó conflictos económicos y legales que escalarían a niveles peligrosos.
Desfalco Económico y Advertencia
En el centro de la trama se encuentra el Cortijo de Los Galindos, cuya producción de trigo estaba vinculada a un desfalco económico que afectaba a la cooperativa Coduva que gestionaba la Caja Rural de Utrera. Zapata, uno de los encargados del cortijo, al descubrir irregularidades, trató de advertir al abuelo materno de José Juan Mateo. Esta advertencia cllegó a oídos del administrador del cortijo, don Antonio, quien al descubrir las intenciones de Zapata, tomó medidas drásticas y avisó al Marqués. Ambos decidieron disuadir a Zapata, contratando a Curro.
El asesino fue Curro nombre ficticio, un experto en sobornos, contratado por el Marqués de Grañina, y el Administrador Don Antonio para silenciar al capataz Manuel Zapata, quien había descubierto el fraude y planeaba revelarlo al padre de Mercedes Delgado, esposa del marqués y propietaria de las tierras.
La Figura de «Curro»
«Curro» es descrito como agresivo y con rasgos violentos y aunque su identidad real no ha sido desvelada, su presencia fue crucial para la escalada de violencia que culminó en los brutales asesinatos. Mayó a las primeras víctimas delante del Marqués y el Administrador y los obligó a trasladar los cuerpos. Según los expertos el tal Curro, el asesino era una persona conocida por los empleados.
Caso prescrito
Cuando el juez Agustín del Río confirma el auto de conclusión del sumario quedaban varios años hasta su prescripcion el 21 de Julio de 1995. En ese tiempo los investigadores lucharon por conseguir pruebas. Como el caso de las huellas halladas por el forense Luis Frontela en la escopeta. «Había una serie de huellas sobre todo una que hubiera sido crucial. Entonces yo adquirí en Estados Unidos un aparato útil para hacer estudio de esas huellas que se llaman huellas latentes eh para identificar resaltar su imagen» explica Frontela en el documental, y pidió inversiones e investigar las huellas que hubieran dado con el asesino antes de prescribir el caso pero según el mismo cuenta «nadie me hizo caso».
El propio juez de Paz de Paradas, cuenta como citó a una persona poco antes de la prescripción, pero en el momento en que se iban a reunir llegó una tercera persona y dijo que no tenía nada que decir y ambos se fueron y esa persona que tenía intención de declarar se llevó el secreto a la tumba.
Según Frontela había tres pistas fundamentales sobre el asesino, primero su altura «porque la pude calcular a través de la posición de las lesiones»: Segundo, el asesino era conocido de la víctima: (Zapata): tan difícil no es». Y tercera «quien estaba mintiendo cuando estaba declarando, teníamos tres indicios muy importantes para tirar del hilo por eso me decepcionó mucho que el crimen quedase impune» explkica Luis Frontela.
José A. Lorente, coklaborador del FBI y catedrático de la Universidad de Granada exporesa que se podría haber hecho más antes de la prescripción del caso. «Había manchas de sangre que estaban conservadas todavía se podían haber vuelto a estudiar el ADN». Para otros expertos este tipo de delitos o deberían prescribir hasta que no apareciera el culpable. «Hay muchos países donde los delitos no prescriben como EEUU por ejemplo» exoplica Lorente.