Fallece Diego Colchero vestidor de la Virgen de la Palma durante 30 años
José Antonio Suárez López
Diego Colchero Barba, vestidor de la Virgen de la Palma durante más de 30 años y de otras vírgenes como la Virgen del Rosario o la de las Lágrimas, falleció ayer 6 de septiembre a los 82 años de edad. Una representación de la hermandad de la Borriquita de Marchena. También fue vestidor de la Virgen de la Merced de la Hermandad de Pasión de Sevilla.
La Hermandad de la Soledad de Pilas ha vestido de luto a la dolorosa, portando en su mano derecha la medalla corporativa de la corporación, que perteneció a Diego Colchero.
Escaparatista profesional, Diego fue miembro de varias Juntas de Gobierno de su pueblo y de su Hermandad de la Soledad de Pilas o de la Borriquita, a la que ayudó a dar sus primeros pasos. Se unió al grupo de camareras de la Virgen y propició el enriquecimiento de su ajuar, dándole más luz y realzando la imagen con colores más claros. como símbolo de «la claridad y alegría del Domingo de Ramos», y eligiendo el blanco y oro.
Durante 30 años venía a Marchena cada vez que había un cambio de vestimenta o en los días previos de cada Domingo de Ramos, sin cobrar nada ya que lo que le daba la hermandad lo donaba a proyectos benéficos. Además escribió la Salve a la Virgen de la Palma.
«Su personalidad sencilla, amable, servicial y de amor por nuestra Virgen, hizo que fuera querido por muchos hermanos anónimos, por nuestros costaleros, capataces, miembros de junta, colaboradores… a los que incluso llegó a enseñar a quererla como se quiere a la madre de Dios en San Agustín, a pesar de ser de fuera de Marchena destaca Rafael Pérez Becerra hermano de la Borriquita.
«Para el recuerdo quedarán los pequeños conflictos por «la escoba», el poyero, los tocados más estrechos… Sin embargo, son anécdotas que se suman a los tantos momentos vividos junto a Ella. Destacando su trabajo incansable, entrega, donaciones, enseñanzas… Y sobre todos aquellos, los momentos de gloria en la calle Sevilla, dónde disfrutábamos como niños cuando el sol relucía con más fuerza cada tarde de Domingo, «Ea! Ya está la Niña en su calle, a disfrutar y dar gracias un año más» lo más esperado de cada Semana Santa» señala Pérez Becerra.
«De las dificultades económicas, el trabajo, valentía, éxitos, fracasos y sacrificio, surgió la hermandad que hoy conocemos. Y de éstos, muchas y verdaderas amistades e incluso matrimonios, que bajo el amparo de nuestros titulares, han ido floreciendo en grandes familias de hermandad y de las que me siento, particularmente orgulloso de compartir. Por supuesto entre ellos estaba nuestro eterno vestidor. Gracias Diego por todo lo que nos has dado, por tu amistad y cariño, por tu enseñanza en el arte de vestir, de hacer hermandad y por tu derroche de amor hacia Ella» reza el escrito realizado por Pérez Becerra.