Según dicho investigador el dato del origen del Cristo de San Pedro aparece por escrito en el libro de reglas de la Vercaruz de Carmona que se conserva en el Palacio Arzobispal de Sevilla sin que ningún investigador haya decidido consultarlo para comprobar la veracidad del mismo.
El investigador de Carmona Fernando Villa Nogales mantiene que «el Cristo de San Pedro de Marchena vino de un taller de Puebla de los Angeles, México» donde fue tallado en el seno del taller de Fray Pedro de Gante, fraile franciscano, primer evangelizador de América y traído a España a principios del siglo XVI junto con otros tres crucificados muy similares, el Cristo de la Veracruz de Huévar, el Cristo de la Veracruz de Carmona, que acaba de ser expuesto en el Museo del Prado y el Cristo de la Sangre de la Hermandad del Baratillo de Sevilla.
La importancia capital de estos cuatro crucificados estriba en que se trata de las primeras obras de imaginería documentadas que vinieron desde un taller mexicano realizado por indígenas adiestrados por los frailes franciscanos del taller de Pedro de Gante hasta la metrópoli sevillana, lo que les confiere características únicas tanto a nivel artístico como histórico, siendo consideradas por este motivo piezas únicas por su vinculación con México.
BIOGRAFIA DE PEDRO DE GANTE
Cristo de la Veracruz de Carmona expuesto en el Museo del Prado que ya se puede visitar en San Pedro.
El investigador Fernando Villa afirma que toda la documentación histórica que sustenta estas afirmaciones está en su poder y que dicha documentación que incluyen datos esclarecedores y determinantes sobre quién es el verdadero autor del Cristo de San Pedro y de los otros tres, en qué año fue hecho, quién los trajo a España, cuáles fueron las razones de su llegada a nuestro país y otros detalles relacionados con unas obras únicas en la historia de la imaginería española, forman parte de un proyecto de investigación aún inédito, debido a la falta de apoyo de instituciones y organismos. Su intención es dar a conocer todos los detalles y documentos de esta apasionante y desconocida historia a través de una publicación escrita asociada a un proyecto divulgativo o expositivo que sin duda vendría a enriquecer la historia de la imaginería sevillana con aportaciones únicas procedentes del Nuevo Mundo.
Cristo de la Veracruz de Huévar.
Además Fernando Villa ha realizado un informe técnico y estudio de los cuatro crucificados, entre ellos el Cristo de San Pedro de Marchena que conoce tras haberlo visitado en Santo Domingo. Además Fernando Villa pone en valor que el hecho de que el Cristo de la Veracruz de Carmona haya sido restaurado y expuesto en el Museo del Prado, ha sido gracias a sus investigaciones y al conocimiento que ha compartido con la comunidad científica en México. Por el momento el estudio no está publicado aunque el investigador espera que vea la luz cuando encuentre el apoyo necesario.
Cristo de la Sangre de la Capilla del Baratillo, Sevilla.
Todo depende de que de una vez por todas se le dé la debida importancia a la investigación y a los investigadores y a la correcta divulgación de la documentación histórica que en los últimos años vive un declive importante en nuestro país debido a la falta de apoyo institucional.
Cristo de la Veracruz, hermandad de la Sangre de Huevar del Aljarafe,
Pedro de Gante, era un fraile franciscano nacido en Gante y familia del Emperador Carlos V que respondiendo a la llamada del emperador tras la toma de México por Cortés, salió del puerto de Sevilla en 1523, hacia México para convertirse en primer evangelizador y educador europeo de los indios de América, fundando el primer colegio y taller donde educaba e instruía a los indios para que realizaran todo tipo de arte sacro, para así nutrir a los templos mexicanos.
La circunstancia de que emprendieran este viaje seleccionados y autorizados únicamente por Carlos V, sin intervención del Papa o de algún superior de la Orden, hizo que muchos puristas de entonces no los consideraran como los primeros evangelizadores de México por carecer de la denominada “misión canónica”, aunque en realidad sí lo fueron.
Estatua a Pedro de Gante en la ciudad de México.