Sevilla recibió con gran emoción la visita de la imagen peregrina de la Virgen de los Desamparados, en un recorrido que comenzó en Marchena y continuó por la capital hispalense, reuniendo a fieles sevillanos y valencianos residentes en la ciudad.
El jueves, la imagen llegó a Marchena, donde fue acogida en el marco del 375 aniversario de la Hermandad de la Caridad, que rinde culto a una imagen de la Virgen de los Desamparados. Al día siguiente, viernes, inició su visita a Sevilla, en una peregrinación organizada por la Asociación Virgen de los Desamparados de Sevilla, con sede en la iglesia de San Vicente Mártir.
Esperanza Aleixandre, presidenta de la asociación y valenciana residente en Sevilla, destacó la importancia de esta visita, asegurando que “nunca antes la Virgen había venido a Sevilla” y que los fieles valencianos buscan mantener viva su devoción.
Un programa cargado de actos religiosos y encuentros
La peregrinación incluyó un intenso programa de actos. El viernes, la imagen fue acogida en el Hogar de las Madres Desamparados, donde se celebró un encuentro con niños, el rezo del Ángelus y una misa. Por la tarde, tuvo lugar un Rosario juvenil, un concierto de la Banda Juvenil Virgen de los Reyes, y una eucaristía de bienvenida en la capilla del Hogar.
El sábado, la Virgen visitó el Hospital de San Lázaro, el barrio de Parque Alcosa, la Hermandad de los Desamparados, y las Hermanitas de los Pobres en la calle Luis Montoto. Posteriormente, acudió a la Hermandad de San Esteban y, a las 14:00 horas, llegó a la parroquia de San Vicente, donde fue expuesta antes de la solemne procesión de la tarde, que la llevó hasta la Basílica de Jesús del Gran Poder.
El domingo, último día de la visita, se celebró una misa de despedida en San Vicente a las 12:00 horas, seguida de una visita a la Casa Regional Valenciana y un encuentro con hermandades de Triana, antes de concluir la peregrinación a las 15:00 horas.
Esta histórica visita, que estaba prevista para noviembre pero fue aplazada por la DANA, dejó una profunda huella en Sevilla, consolidando los lazos entre los fieles valencianos y sevillanos que veneran a la Virgen de los Desamparados.