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Franco Battiato, el artista que hablaba con la eternidad

Muchas de sus canciones nacían de una inspiración espiritual. Quizás una de las más interesantes sea «La sombra de la luz» que nació de una inspiración particular durante la meditación que estaba practicando.
Franco Battiato nació en Jonia el 23 de marzo de 1945 y falleció el 17 de Mayo de 2022 en su casa de Milo, Sicilia a la edad de 76 años y ha sido enterrado hoy en un funeral íntimo en su finca familiar donde vivía en las laderas del volcán Etna. En 2017 se había retirado de la vida pública debido al Alzheimer lo que le obligó a interrumpir conciertos y giras y que también se llevó a su propia madre años atrás.
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Pintura de Franco Battiato.
Muy unido a su madre Grazia, que murió en 1994, y tras la muerte de su padre se mudó a Milán, centro de la industria musical italiana. En 1965 se presentó al Festival de San Remo y en 1968 obtuvo su primer contrato musical con Philips .
Su canción más famosa ‘La cura’ la compuso en 1996 y es definida como un homenaje a la madre de Battiato, que estaba enferma de Alzheimer. Habla del amor en su forma más elevada, alguien a quien proteger y cuidar. Pero también es  una oración en la que Dios le habla al hombre y lo considera «un ser especial» a quien cuidará.
Con Battiato crecimos más libres. Era  un erudito que no solo cantaba, también hizo cine, documentales, pintura o componía ópera.  Como era un espíritu libre mantuvo su pensamiento anticlerical, y contra cultural.
Toda su vida fue un buscador espiritual sincero y honesto, que había hecho de la búsqueda de lo divino un propósito de vida y una fuente de su arte, convencido de que la muerte representaba una puerta hacia otro mundo y no un final.
No profesaba una religión concreta sino que practicaba un misticismo a medio camino entre Africa, Europa y Oriente, que traducía a la investigación musical y se tradujo  en documentales como «Atravesando el bardo», donde místicos cristianos y monjes budistas describían al detalle la disolución del yo tras la muerte y el proceso del alma después de separarse del cuerpo o experiencias como el desdoblamiento astral. Todo esto aparece descrito en el Bardo Todol o libro de los muertos tibetano.
A partir de 1987, Battiato también se dedicó a producir óperas clásicas. Tal es el caso de Genesi (1987), Gilgamesh (1992), Messa arcaica (1994) e Il Cavaliere dell’ intelletto. Esta última fue la única de las 4 que no fue publicada en CD.
Se había acercado mucho al cristianismo en sus últimos años. Mucho antes, en 1989 había cantado Un océano de silencio ante el Papa Juan Pablo II en el Aula Pablo XI gracias a unas canciones plenas de profundidad y de paz como «un océano de silencio».
Meditaba desde los años 70 y decía que gracias a eso estaba preparado para morir y que el momento del nacimiento y la muerte son los dos únicos reales en la vida y que todo lo demás es sueño. Fue defensor de la inteligencia en un mundo absurdo, un filósofo, un hombre libre que nunca se ha rendido a las tendencias ni a las modas. Un irónico librepensador que practicaba el arte de la provocación y que también tuvo una corta experiencia (no remunerada) como concejal de la Región de Sicilia que duró poco.
Desde el ’93 hasta la actualidad, ha expuesto como pintor en varias exposiciones personales en Roma y Catania, Estocolmo, Miami, Florencia y Gotemburgo. Las obras figurativas producidas son alrededor de ochenta, entre pinturas y tablas doradas.
Desde 1971, Battiato se dedicó a experimentar con la música electrónica, produciendo una serie de LP que pasaron desapercibidos, pero que hoy en día son considerados discos de culto.
En 1979 publicó L’Era del Cinghiale Bianco, su primer trabajo con la italiana Emi. Le siguen Patriots (1980) y, en 1981, La voce del Padrone, que se mantuvo en lo más alto de la clasificación italiana durante un año, vendiendo más de un millón de copias. Battiato se convierte en un «caso», de estudio para los intelectuales y una fuente de inspiración para los músicos.  Compuso varias óperas líricas, Gilgamesh, debutó con éxito en el Teatro dell’Opera di Roma el 5 de junio de 1992.
Para Battiato España fue la puerta del mercado internacional, ya que sus representantes le dijeron que hasta que no cantara en español no entraría en el mercado latinoamericano como así sucedió.
Aunque siempre ha estado lejos de las actitudes militantes, nunca ha ocultado sus simpatías por la izquierda y con «Povera patria» firmó uno de los retratos más reales de la degradación sociopolítica del sur de Europa.
Incluso hay un asteroide del cinturón principal (18556) que lleva el nombre de Battiato, descubierto en 1997. Battiato era miembro honorario de una asociación astronómica siciliana, la Associazione Astrofili Ionico-Etnei. A través del telescopio observaba el Universo, inspirándose para sus canciones.
Participó en el Festival de la Canción de Eurovisión 1984 junto con Alice cantando los Trenes de Tozeur obteniendo el quinto puesto.
Entre sus películas está «Nada es como parece» 2007  Musicanten de 2006  Perdutoamor Amor perdido (2002) o Saludos don Gesualdo (2010).
El Observatorio Etna del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanalogía (Ingv) en Catania despide hoy a Franco  Battiato con una imagen de la erupción del Etna en la madrugada de anoche 18 al 19 de Mayo que define como «la fuente de Franco Battiato».  «Queremos pensar que hasta la madre de todo el Etna, nuestra montaña viviente que nos cuida y nos golpea a todos quiso llorar con esta fuente de lava».