Fuentes de Andalucía reabre su castillo del Hierro con la presentación del libro de Antonio Manuel
José Antonio Suárez López
Antonio Manuel Rodríguez Ramos, es autor de «Flamenco: Arqueología de lo Jondo’ publicado por Almuzara libros, que se presenta este viernes 16 en el Castillo del Hierro, en Fuentes de Andalucía a las 21:30, pondrá la palabra, José María Cala el cante y Carlos Llave en la guitarra.
El Ayuntamiento de Fuentes de Andalucía compró en 2016 el Castillo del Hierro, ubicado en el centro de la localidad y ha ejecutado prospecciones arqueológicas, elaborado un Plan Director para abrir al público el histórico edificio y ahora se plantea hacerlo accesible.
Patio del castillo antes de la restauración.
El Castillo del Hierro, acogerá la colección museográfica de Fuentes, y servirá para desarrollar un proyecto de socialización patrimonial. Para ello contará con la colaboración y asesoramiento de David Ruiz García que ha convertido la colección museográfica de su pueblo, Gilena, en un referente en España por la participación de voluntarios y ser un museo vivo y motor económico y cultural.
El Castillo del Hierro en la Plaza de España es una construcción almohade del siglo XII, adaptado a Palacio de los Señores de Fuentes en el siglo XIV y XV, y alojamiento del rey Carlos V el 15 de mayo de 1.526.
En los últimos dos años se ha rehabilitado una vivienda como acceso al castillo ubicada en la calle Monjas como acceso a la Plaza de Armas del propio Castillo ahora convertido en espacio lúdico al aire libre con un pozo del aljibe desde donde se accede a la torre del homenaje y a la senda de visitantes periférico al lienzo de muralla.
También se ha recuperado el primitivo acceso a la Torre del Homenaje, en base al estudio realizado por arqueólogos, y se ha restaurado dicha Torre incluyendo cámara baja, cámara alta, garita, cubierta, matacanes asegurando su consolidación estructural. Este espacio será usado como Centro de Interpretación, dotándola de maquetas explicativas y de elementos audiovisuales.
ANTONIO MANUEL PRESENTA ARQUEOLOGIA DE LO JONDO
Antonio Manuel Rodríguez aprendió árabe para rescatar el significado de muchos elementos de la cultura flamenca que hasta ahora desconocíamos y acercarla a todos los públicos con un lenguaje emotivo y cercano. «La huella morisca», el Al-Andalus que llevamos dentro, es el libro que lo hizo popular en Andalucía y participó en «Las llaves de la memoria» el documental de Jesús Armesto (Écija, 1978).
Jurista, activista social, escritor, y presidente de la Federación Ateneos de Andalucía, tiene una gran capacidad de comunicar desde la emoción, y despertar la parte dormida de la memoria de los andaluces. Advierte de que la globalización está poniendo en peligro la cultura andaluza.
«El libro tenía que tener duende flamenco tanto en la forma como en el fondo. No obedece a los cánones clásicos del academicismo que demasiadas veces no se corresponde con unos aspectos divulgativos. Y demasiadas veces no consigue llegar al público que necesita leerlas. Pensé que la mejor manera de alcanzar al público era usar un lenguaje similar al que habían utilizado el mismo Federico García Lorca uniendo forma y fondo» explica Antonio Manuel.
«Hay un vacío enorme en la restauración de la memoria de Andalucía, de una parte de nuestra historia que sin embargo ha conservado su memoria. La grandeza de los débiles y de pueblo andaluz ha sido custodiar todo su pasado en una alacena de los sentidos que es el flamenco, patrimonio intangible. A pesar de que ha sido amputado de la historia, de los estudios clásicos. El que no aparezcan huellas de Al Andalus» añade.
«Encontré la necesidad de este libro a partir de mi anterior libro, la huella morisca. Con la rehabilitación permanente de la Memoria de Andalucía se puede completar el vacío de la historia y se puede construir un relato correcto que corrija el relato extranjerizante del nacional catolicismo español que se funda precisamente en un solar vacío de historia y ocupado permanentemente por extranjeros. Algo insostenible desde el sentido común e impugnado por la generalidad de las universidades del mundo ni admite ninguno de los pensadores importantes» añade.
