Galería: El viento deslució la noche de velas y música en las plazas del barrio de San Juan
José Antonio Suárez López
Después de año y medio sin apenas programación cultural, periodo en el que los artistas y músicos marcheneros lo han pasado mal sin contar con el apoyo de sus autoridades, el retorno de los eventos culturales, no cumplió las expectativas creadas en torno al evento. Además los músicos contratados para este evento, eran de fuera de Marchena.
La banda Sagrado Corazón de Marchena no cobró en su concierto en la Plaza del Ayuntamiento en la mañana del Jueves de Corpus al objeto de recaudar fondos para la Asociación Medalla Milagrosa interpretando el Himno Eucarístico entre otras interpretaciones. Desde hace siete años viene colaborando con el Ayuntamiento ofreciendo un concierto gratuito en las vísperas del Corpus.
Frente a la versión triunfalista oficial, lo cierto es que el evento dejó puntos clave a corregir para futuras ediciones.
Aunque sobre el papel la actividad resultaba atractiva, a la hora de la verdad, con 4000 velas colocadas en las tres plazas por una empresa de Utrera, uno de los grupos musicales también vino de Utrera- el viento deslució la noche de vísperas del Corpus, apagando la velas en las Plazas de San Juan y Ronda de la Alcazaba, donde las velas dispuestas, estuvieron apagadas buena parte de la noche.
Teniendo en cuenta que el mayor atractivo era la luz de las velas, el evento quedó así deslucido, y las velas encendidas resultaron escasas, pero eso sí, la música brindó a los marcheneros una veladas agradable, deseosos de reencontrase con algún evento de ocio y cultura, ante el abandono de la actividad cultural, del último año y medio que no se justifica con la pandemia, -muchos pueblos han tenido cultura incluso durante la pandemia- sino con una falta de voluntad.
Al abrigo de Las Murallas, en el interior del Arco de la Rosa, alrededor de un centenar de velas sí pudieron lucir para darle encanto a la belleza del lugar, siempre con personas de la organización pendientes de encender las velas. Buen momento para recordar que en esta plaza -que también ha sido pintada recientemente- había una fuente, que dejó de refrescar el lugar hace décadas y que sigue sin funcionar y que el Arco de la Rosa nuestro principal monumento civil, sigue sin poder ser visitado, ante la incapacidad institucional de acordar horarios y establecer acuerdos con la propiedad para facilitar la visita.
En la Plaza de San Juan algunos espectadores se animaban a encender las velas pagadas para darle algo más de realce a la noche.
El repertorio musical escogido estuvo en la línea de los clásicos populares, tales como la banda sonora de la película La Misión, Adele, Imagine Dragons, -piezas interpretadas en el Arco de la Rosa- intercalado con algunas piezas clásicas.
En la Ronda de la Alcazaba, cuya fuente aparecía remozada y repintada tras meses sin funcionar, los músicos del cuarteto de clarinetes ‘Arghul’, -músicos procedentes de la Banda de Música Ciudad de Utrera- con un repertorio de Mozart o Albinoni entre otros, tuvieron que cambiarse de lugar para evitar el viento, buscando el respaldo de las viviendas. En la plaza de San Juan, el ‘Dúo Stella’ con un repertorio de piano y violonchelo, terminó antes de tiempo, ya que la actividad se desarrollaba de diez a doce.
La idea de la noche de las velas se ha extendido en las últimas décadas por los municipios turísticos del interior de la Costa del Sol, como el festival de la luna Mora de Guaro, donde 25.000 velas iluminan la noche acompañando a artistas de primera fila como Triana o Niña Pastori en una celebración de la cultura andalusí y muchos otros municipios de la Costa del Sol, como actividad veraniega para favorecer algún aspecto cultural.
En Marchena la elección de la vísperas del Corpus, carece de argumentación y además un Miércoles en donde los marcheneros que no viven del dinero público, tienen que trabajar al día siguiente, muchos de ellos se tienen que levantar temprano para buscarse la vida fuera de nuestra localidad, ante la falta de oportunidades dentro de un municipio, de puertas cerradas para quien no muestra afinidad o simpatía.