La investigación sigue poniendo en valor las tradiciones locales como El Mandato de Marchena
José Antonio Suárez López
Manuel Jesús Roldán, Jesús Romanov y Andrés Luque, historiadores del arte han recorrido en el programa cofrade de 101 TV «Al cielo», la historia de la devoción del nazareno y su imaginería en la escuela Sevillana, apareciendo en varios momentos del programa El Mandato de Marchena como ejemplo de tradiciones perdidas de la ciudad de Sevilla que sin embargo se conservan en los pueblos sevillanos.
Manuel Jesús Roldán señaló que el sermón de Pasión o mandato de Marchena está haciendo que «la participación del pueblo no sea el de mero espectador, y momentos como las bendiciones» que son excepcionales, a juicio de este experto. «Todas estas ceremonias ponían al pueblo muy en contacto con la imagen» donde el pueblo participaba como protagonistas de la acción, y al mismo tiempo recibía conocimientos de catequesis que a menudo no tenían.
Coincide además en un tiempo en que se expulsa a los moriscos y los que no se fueron se bautizan y es necesario explicarles los fundamentos de la nueva religión de forma gráfica y sencilla.
La hermandad sevillana del Silencio perdió en torno a 1770 su ceremonia de Pasión, para facilitar el paso a otras hermandades como Gran Poder, y la propia hermandad de la Macarena lo realizaba a la salida en la explanada del Hospital de las Cinco Llagas. ceremonias perdidas en Sevilla por el celo del clero Ilustrado que «abominaba de la religiosidad popular», explicó Romanov. «Afortunadamente en los pueblos mas alejados o en donde las órdenes políticas de la ilustración se hacía mas la vista gorda, pues se ha podido conservar este riquísimo patrimonio» dijo Romanov.
Desde la primera imagen procesional de Jesús Nazareno que hizo Marcos Cabrera para Utrera en 1597, inusual por tener lágrimas o la del Nazareno de la Candelaria hispalense la devoción al nazareno se fue colocando en el lugar central de las devociones de Sevilla y provincia a partir de 1610.- momento cuando se expulsa de toda España a los moriscos- sin llegar a sustituir del todo el lugar central que tenían desde el medievo los crucificados como el de San Agustín en Sevilla, devoción promovida por los Ponce.
Tal y como ya defendió en Marchena Jesús Romanov, las cruces y túnicas enriquecidas con materiales nobles están presentando a Jesús como Rey triunfante con todos los elementos simbólicos de la realeza, que además de representar la realidad física y sufriente del momento, están transmitiendo una serie de valores simbólicos que van más allá de lo evidente y cuyos códigos de lectura con que fueron hechos no se entienden hoy y que Romanov ha puesto en valor en muchas ocasiones defendiendo el uso de túnicas bordadas en nazarenos y otros símbolos.
Hasta ahora se sabía que varias hermandades nazarenas de Sevilla provincia tenían costumbres peculiares, que las hacían única, tradiciones centenarias conservadas, de forma aislada y sin aparente conexión entre sí. Las mismas hermandades no sabían cual era su origen y a que patrones obedecían de modo que muchas se han ido perdiendo.
La mayoría de las hermandades de Nazarenos tuvieron a lo largo de la historia Mandatos o Sermones de Pasión imitando el que hacía en la Plaza del Duque la Madre y Maestra Hermandad del Silencio de Sevilla, hasta el XVIII cuando lo pierde al crearse la carrera oficial.
Pero una investigación de Vicente Romero ha encontrado patrones comunes en estas tradiciones o peculiaridades en la provincia sevillana formando parte de ocho rituales con una serie de pregones, que iban narrando la pasión de Cristo. Unos se han conservado en uno pueblos y otros en otros, pero el Sermón de Pasión que mejor se conserva y el único que aún conserva la Bendición de Jesús es Marchena.
La mayoría nacen a raíz del Concilio de Trento ante la necesidad de dar a conocer al pueblo el mensaje de Cristo. Ocurría que nadie apenas conocía lo que decían las escrituras. Las misas eran en latín, que casi nadie entendía, la gran mayoría no sabía leer así que el Viernes Santo, el día central de la Semana Santa era el momento idóneo para narrar la Pasión de Cristo con las imágenes de forma que todo el mundo entendiese.
Para recuperar e investigarlas estas tradiciones se crea la Congregación de Hermandades Nazarenas Singulares, cuyo vicepresidente es el ex hermano mayor del Nazareno de Marchena Antonio Martín.
En algunos pueblo como La Puebla se conserva el sermón de Judas, en otros como Gilena se conserva el lavatorio, en Alcalá de Guadaira se conserva el encuentro en el Monte Calvario que se refleja en un vídeo de 1920.
Vicente Romero cree que el futuro de las hermandades en el medio rural sevillano pasa por investigar y recuperar estas tradiciones únicas que se escapan del modelo sevillano que de una forma u otra ha contribuido a una estandarización y una pérdida de tradiciones propias de los pueblos sevillanos, que ante la falta de investigación y de conocimiento se han ido abandonando para abrazar otras tradiciones sevillanas por incultura y desconocimiento y eso ha derivado en una pérdida de autenticidad.
Al contrario de lo que sucedía en el pasado cuando la imitación del cánon sevillano se hacía de forma sistemática incluso en la propia Marchena llegando a copiar el paso del Gran Poder hispalense, ahora son los propios expertos los que señalan el valor de las tradiciones únicas conservadas en la provincia.
Como ejemplo la ceremonia del encuentro en el monte Calvario de Alcalá de Guadaira que estando a pocos kilómetros de Sevilla mantiene seis mil espectadores en la mañana del Viernes Santo, mientras que otras procesiones del mismo pueblo tienen cada vez menos espectadores en la calle al ser similares a las de la capital, por lo que muchas personas optan por irse a Sevilla.