Leonard Cohen, el famoso cantautor, mantuvo una relación importante con su amante y musa noruega, Marianne Ihlen, quien inspiró muchas de sus baladas más emotivas. Se conocieron en la década de 1960 en la isla griega de Hydra, y su relación fue de algún modo un producto de esos tiempos y de ese lugar particular. Marianne llegó a Hydra en 1958 y conoció a Cohen en la primavera de 1960. Este periodo de su vida, y su relación, se reflejó en varias canciones clásicas de Cohen, como «So Long Marianne», «Hey, That’s No Way to Say Goodbye» y «Bird on the Wire».
La relación entre Cohen e Ihlen es el centro de un documental titulado «Marianne & Leonard: Words of Love», dirigido por Nick Broomfield. Este documental ofrece una visión única de la relación entre la pareja, sobre todo por el hecho de que Broomfield no es un observador imparcial, ya que también fue amante de Ihlen durante uno de los periodos de separación en su relación con Cohen. Este aspecto de la historia contribuye a la riqueza y profundidad del documental, proporcionando una visión interna de la relación entre Cohen e Ihlen.
Cohen en esa época se convirtió en el más famoso ejemplo del hedonismo: subia al escenario colocado, tenia cuantas mujeres quisiera, dinero y éxito, casi tanto como el vacío que sentía.
El documental fue estrenado en el Festival de Cine de Sundance 2019 y ha recibido generalmente críticas positivas. Aunque algunos críticos notaron que la película tiene un enfoque algo unilateral, también destacaron que ofrece una visión absorbente de un capítulo fascinante en las vidas de Cohen e Ihlen. En particular, el documental ha sido elogiado por su representación de la contracultura de los años 60 y cómo se manifestó en Hydra.
Después de muchos años de exceso Cohen se internó por propia voluntad en un monasterio budista para descurbri, con gran sorpresa que su mejor amiga y responsable de cuidar todos sus bienes se lo había robado todo y le había dejado sin un duro por lo que no le quedó más remedio que salir de nuevo de gira volviendo a recuperar su fortuna.
Leonard Cohen tuvo una profunda relación con España y, más específicamente, con el poeta español Federico García Lorca. Esta conexión comenzó en su juventud, cuando Cohen descubrió la poesía de Lorca. Profundamente conmovido por la poesía del granadino, Cohen atribuyó a Lorca un cambio significativo en su forma de ser y pensar, incluso afirmó que la poesía de Lorca le enseñó que podía ser pura y profunda a la vez que popular.
Además de influir en su visión de la poesía, Lorca también tuvo un impacto directo en la vida personal de Cohen. Nombró a su hija, nacida en 1974, Lorca en honor al poeta español. Durante su carrera musical, Cohen realizó 31 recitales en España, muchas veces acompañado por músicos españoles como el multinstrumentista aragonés Javier Mas.
La influencia de Lorca y España también se manifestó en la obra de Cohen. Por ejemplo, su canción «Take this waltz», basada en el «Pequeño vals vienés» de Lorca, fue grabada originalmente en una antología creada en España, titulada «Poetas en Nueva York».
En su discurso de aceptación del Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2011, Leonard Cohen reconoció explícitamente la gran influencia de Lorca en su obra. Dijo que solo cuando leyó las obras de Lorca, comprendió que tenía una voz.
En 1986, Cohen visitó Granada y quedó maravillado por la ciudad. También visitó la casa del poeta en Fuente Vaqueros. Según los informes, se arrodilló delante de una foto del poeta y practicó yoga.
Finalmente, la obra de Leonard Cohen también influyó en la comunidad musical de Granada. Artistas como Lagartija Nick y Enrique Morente han sido influenciados por el trabajo de Cohen. En resumen, la relación de Cohen con España y Lorca fue mutuamente beneficiosa, impactando tanto en la vida y obra de Cohen como en la cultura musical de Granada y más allá.