La Parroquia de San Juan de Marchena expuso a la veneración el pasado 22 de Enero una reliquia de gran valor histórico: el colmillo de San Vicente Mártir coincidiendo con la festividad del santo. La reliquia se extrajo por el Obispo de la tumba del santo en la catedral de Lisboa y se depositó en 1709 en Santa María de Marchena.
La reliquia, cuyo traslado a Marchena se documenta en un pliego firmado el 1 de marzo de 1709 por Dª Maria de Guadalupe Alencastre y Cárdenas, duquesa de Aveiro y de Maqueda, tiene una historia fascinante. Según el relato, el obispo de Lisboa, en un gesto de amistad y parentesco, extrajo el colmillo del cuerpo del santo, que reposaba en un arca de jaspe, y se lo entregó a su hijo. Este, a su vez, lo depositó en la iglesia de Santa María de Marchena. El documento finaliza con la aprobación del arzobispo de Sevilla, Juan, para que la reliquia sea expuesta al culto y veneración de los fieles.
En el mismo documento, la duquesa expresó su deseo de que la reliquia se colocara en una de las iglesias de su casa y que cada año se celebrara una fiesta en memoria del santo, pidiendo su protección ante la Divina Majestad. Este deseo se materializa una vez más este año, con la celebración de la Santa Misa en el día de San Vicente Mártir.
La historia de San Vicente Mártir, diácono de Zaragoza data del siglo IV, cuando a pesar de ser sometido a torturas durante la persecución de los cristianos bajo el emperador Diocleciano, San Vicente mantuvo firme su fe, convirtiéndose en un símbolo de resistencia.
El documento expresa como «yo María de Guadalupe Lancaster y Cárdenas, Duquesa de Arcos, de Maqueda, Marquesa del Carpio. El cuerpo de San Vicente que se guarda en la Iglesia Catedral de Lisboa como dice la historia de aquel reino, con muchos, y grandes prodigios.
Abriéndose el arca de jaspe en que yace su cuerpo, el arzobispo que fue Cardenal y asistió a esta función sacó por sí mismo este colmillo que me envió a mi con quien teníamos amistad y parentesco y yo lo he conservado por la veneración que se debe a tan grande tesoro.
Pero atendiendo a que solamente en la Iglesia se puede dar el culto que se debe y participarlo de encomendarse presencialmente a este gran santo la entregué a mi hijo que la coloque en una de las iglesias de su casa y cada año se celebre alguna fiesta a la memoria del santo y nos sirva de protector.
Madrid a primero de Marzo de mil seiscientos y nueve años María Guadalupe. Don Diego de Herdosía contador mayor y juez de la Audiencia de la Casa y Estado de Arcos certificó que la reliquia que incluye esta urna es la misma y contiene certificación de esta otra parte dada por la excelentísima Señora Duquesa de Aveiro, la cual me remitió su excelencia encajonada para colocarla en la Iglesia de Santa María de la Mota de Marchena. Tres de Mayo de 1709.