Javier López imaginero y escultor cordobés recibe la Medalla de Oro de las Bellas Artes de Francia
José Antonio Suárez López
El imaginero lucentino de 37 años Javier López del Espino, ha recibido este 16 de Octubre la Medalla de Oro de las Bellas Artes de Francia que hace cuatro años le premió con la medalla de plata. Tiene su taller en la calle Julio Romero de Torres de Lucena, de donde han salido encargos para la mismísima familia real de Abu Dabi o el Vaticano.
Con apenas 12 años vio un vídeo de Luis Alvarez Duarte y desde entonces, la escultura es su vida, y lo que busca es emocionar con sus creaciones. “Hay clientes que han llorado cuando les he enseñado el encargo de una persona que ya no está y entonces pienso: he acertado”.
De momento no quiere moverse de su pueblo donde se alimenta de la detallista y exigente tradición imaginera andaluza pero también trabaja una línea de arte contemporáneo.
Su pasión por el arte le lleva a estudiar a los grandes maestros clásicos y a los vanguardistas, expresionistas o futuristas, buscando la comprensión de la esencia del lenguaje plástico, lo que le abrió las puertas de la abstracción y la geometría.
Es precisamente esta versatilidad la que asombra por ser capaz de conectar con lo más profundo del alma humana transmitirendoemociones a través de materias inertes emocionando por igual con la mirada de un Cristo Resucitado que con un modelado de barro impresionista, lo cual solo está al alcance de unos pocos genios que nacen pocas veces.
Su preocupación por transmitir emociones humanas le lleva a trascender los volúmenes de la escultura y hablar a través de su obra de un estado de ánimo, un lenguaje que llega al alma humanoa y va más allá de la mera belleza formal o la sorpresa.
Lo que hace únicas sus piezas es la capacidad de proyecctar de sus propias emociones, fruto de una introspección para mostrar la luminosidad del alma en los sentimientos representados y a través de los colores utilizados. En sus retratos, busca capturar la fisonomía pero también el alma y el carácter humanos.
Se puede decir que López del Espino es un genio único de nuestro tiempo porque su conocimiento domina y abarca todas las técnicas desde imágenes de museo, galerías de arte, imaginería, esculturas monumentales hasta esculturas de corte impresionista. Tiene un gran conocimiento de la anatomía humana y del estudio de proporciones que le permiten esculpir imágenes de gran equilibrio y alta calidad.
Su arte ha sido reconocido ya en el extranjero, y el mayor reconocimiento son los premios que ya le ha entregado la República Francesa además de desarrollar proyectos para California (EEUU), Rep. Dominica, México y prepara exposiciones de obra contemporánea para Barcelona, Madrid, París, Mónaco o Zúrich. Todo esto le hace ser uno de los escultores másimportantes de España, y andalucía donde no es fácil destacar por la gran cantidad y calidad de obra en escultura e imaginería.
Su escultura de Juan Pablo II realizada para el Vaticano fue bendecida por el Papa Fco I.
El Ministerio de Cultura de la República de Francia, a través de la Academia artes ciencias y letras de París, le entregó la medalla de plata de Bellas Artes en 2016 y en España también ha sido reconocido al ser nombrado Consejero de Número del Real Instituto de Estudios Históricos Alfonso XIII y Miembro del Consejo General de Academias de España.
Su perfil de Instagram tiene más de 100.000 seguidores y en este canal le llegó hace un año uno de los encargos más importantes, el retrato del jeque de abu Dabi Zayed Al Nahyan, fallecido en 2004.
Para México está preparando un cristo velado como el que se conserva en la capilla de Sansevero de Nápoles (Italia), obra de Giuseppe Sanmartin, un encargo muy especial porque desde 1720 no se ha hecho otro igual. Ya ha escogido la piedra en las canteras de Carrara, el mismo lugar donde ‘nació’ el David o La Piedad de Miguel Ángel y prepara los bocetos peroanuncia que no seráuna copia sino que tomará el de Nápoles como una referencia.
La lista de espera de hermandades y particulares que le han hecho encargos alcanza ya varios años y él mismo reconoce que su responsabilidad y perfeccionismo le lleva a pasar noches sin dormir por los plazos y compromisos adquiridos pero prefiere por el momento trabajar él mismo todas sus piezas y no delegar ni dejar en manos de ayudantes sus encargos.