José A. Fernández Cabrero: «No me gustan las hermandades si no son fraternas, caritativas y sociales»
José Antonio Suárez López
¿Que le falta a las hermandades hoy para cumplir su cometido en cuento a la caridad?. Según el hermano mayor de la Macarena José Antonio Fernández Cabrero que hoy ha abierto el ciclo Viernes de Cuaresma de Jesús Nazareno, «voluntad, tenacidad y perseverancia. Y desde luego para un ejercicio bueno de la Caridad se necesita no solamente querer hacer caridad sino que para que la Caridad sea útil y que sirva a los demás hay que tener audacia imaginativa y tenacidad ejecutiva, porque la sociedad nos pone trampas todos los días para evitar que hagamos Caridad».
Lo que más sorprende de Fernández Cabrero no solo es que lejos de la reserva habitual, cuente abiertamente que su hermandad con 15.000 hermanos y más de un millón de euros de presupuesto anual, gasta en caridad 600.000 euros, 400.000 por que está en las reglas dedicar un 15% a fines sociales, «mas lo que hemos objetivo de un festival taurino lo cual suman 600.000 euros».
Su idea es que las hermandades deben destinar de sus fondos y recursos de personas y tiempo un tercio a formación, otro tercio a caridad y otro tercio a cultos.
Además impacta su discurso cercano, realista y desmitificador, lleno de autocrítica sobre lo mucho que deben mejorar las hermandades en el campo de la caridad y la ayuda social, precisamente, una autocrítica desde dentro de las hermandades que viene a decir lo que todo el mundo piensa pero nadie se atreve a manifestar.
«No me gustan las hermandades si no son fraternas, caritativas y sociales. No me gustan las hermandades si confunden el culto con los oficios, y no me gustan las hermandades si no tienen claro que hay que amar al prójimo com oa sí mismos. Cuando las hermandades cumplen esto, están diciéndole a la sociedad cual es el espíritu y la finalidad de una hermandad, fuera de ahí tenemos cosas que decir pero no tan importantes como la caridad y la misericordia» explicó Fernández Cabrero.
Un tono y una forma de hablar clara y sincera poco común en el mundo cofrade hispalense «dicen que puedo ser un poco transgresor, pero yo creo que lo que digo es la verdad y a veces conviene que nos digamos la verdad. No hablarnos con palabras edulcoradas, que tienden al engaño y a un conformismo que no aporta nada. Yo creo que los hombres inconformistas en las hermandades hacen progreso. Los hombres conformistas, no vamos a ir con ellos a ningún sitio. Hay que hacer siempre más cosas y hacer una sociedad más justa».
Fernández Cabrero antes de ocupar el cargo de hermano mayor en la corporación de San Gil fue responsable de Caridad en la institución sevillana. Una parcela donde fue muy activo y que hacen del conferenciante una de las voces más autorizadas de las hermandades, en esta materia.
Destacó la labor social que lleva a cabo la hermandad de la Macarena, como las becas que se conceden a estudiantes; los acuerdos con la mayor parte de los hospitales de la capital hispalense, o que la cofradía de San Gil es la que más aporta al Fondo Común Diocesano.
Los voluntarios de la hermandad de la Macarena despliegan una importante labor social en su barrio, acompañando a personas mayores que viven en soledad, creado un banco de alimentos propio con una superficie de 147 metros cuadrados o atendiendo al importante número de inmigrantes que viven en el barrio de la Macarena. Un 60 por ciento de la población atendida por el área de inmigración de la hermandad son musulmanes.
«El barrio de la Macarena tiene muchísimos inmigrantes, ahora mismo podemos estar en un 50% de población islámica y un 30-40% de suramericanos, fundamentalmente paraguayos, ecuatorianos» señala Fernández Cabrero.
También trabajan con prostitutas, diez mujeres de varias nacionalidades, que han sido objeto de trata de blancas a las que entregan fondos «aunque lo que mas agradecen son los servicios de los psiquiatras y los jóvenes de la hermandad las ayudan a insertarse. Además ayuda económicamente a nueve conventos porque tal y como advierte Fernández Cabrero al Arzobispado, las monjas necesitan ayuda económica y apoyo «porque se sienten solas».
Además entregan 14.800 euros al año dan para el Seminario y 20.000 euros para el Fondo diocesano y un grupo de maestros voluntarios dan clases clases particulares a los niños del barrio.
Además este año la hermandad ha buscado trabajo fijo a 37 personas, la mayoría en el sector de la hostelería. El año que viene se cumplen 450 años de la fundación de la hermandad de La Macarena y ya anuncia que la virgen no saldrá sino que sus esfuerzos se destinarán a mejorar los cultos y la formación espiritual.