El director territorial de la Fundación Secretariado Gitano-Andalucía, Juan Manuel Reyes, ha calificado como «demoledor» el impacto de la COVID-19 en las personas gitanas, ya que ha supuesto un «agravamiento de las conductas discriminatorias» contra esta población.
Reyes, que ha comparecido en la subcomisión parlamentaria de Políticas Sociales y demás servicios esenciales de la comisión de recuperación de Andalucía, ha sostenido no obstante que la crisis sanitaria y socioeconómica «supone una oportunidad para la comunidad gitana».
«Solo a partir de la eliminación de barreras estructurales podemos hablar de una verdadera ciudadanía de la población gitana», ha dicho Reyes, que ha denunciado que la «mala imagen» de las personas gitanas «ha incidido en la creencia de que han sido culpables de la expansión del virus».
Ha denunciado que tanto en medios de comunicación como en redes sociales «ha cundido el discurso antigitano difundiendo bulos» y que algunas actuaciones policiales han tenido el mismo sesgo, por lo que ha considerado «urgente» la aprobación de la ley de igualdad de trato.
Reyes ha recordado que en Andalucía habita más del 45 % de la población gitana de toda España, en torno a 350.000 personas, y que ya antes de la COVID-19 el 46 % de ellas se encontraban en situación de pobreza extrema, con baja presencia en el mercado laboral, especialmente en el caso de las mujeres, con un 65 % de paro.
«Si no se ponen medidas en la próxima década nuestra población se verá relegada a liderar la capa más frágil de nuestra sociedad», ha denunciado.
Ante esta situación Reyes ha propuesto medidas para poner en marcha durante el proceso de reconstrucción tras la crisis, como garantizar un sistema de protección y rentas mínimas que saque de la pobreza extrema a las familias o la rebaja de los 23 a los 20 años para poder acceder al ingreso mínimo vital.
Además ha abogado por la elaboración de un plan de choque para reducir el fracaso escolar incorporando la digitalización y otro para erradicar el chabolismo.