La casa fábrica de curtidos o tenería de la villa de Marchena en el siglo XVIII
José Antonio Suárez López
Juan Romana, marchenero de 43 años, es el último de una larga tradición de artesanos de la piel de 500 años en Marchena, y el último guarnicionero que queda en la localidad y uno de los pocos de la provincia de Sevilla. Comenzó trabajando en su casa y en 2009 abrió taller en la calle Las Torres.
Se ha especializado en el mundo del caballo y realiza todo tipo de complementos en piel para caballos y tiene clientes por toda Andalucía y otros puntos lejanos como Navarra.
Juan trabaja la piel ya curtida. La última curtiduría tradicional de España está en Castilla-León aunque quedan otras donde la piel se fabrica con máquinas y procesos químicos. Desde Castilla llegan hasta Sevilla las pieles de vaca, cordero, cabra, gamuza o gacela, que es la más delicada y tiene habitualmente color blanco.
Juan Romana usa especialmente las pieles de vaca, según su grosor y dureza que usa para elaborar sus monturas, también restaura monturas antiguas, cinchas, cabezales para caballos pero también cinturones para hombre y en su tienda también se puede encontrar gorras, botas de cuero, polainas y zapatos.
QUE ES UNA TENERÍA
En la tenería las pieles se convertían en cuero a través de un proceso de limpiado, curtidos, recurtido y tinturado, quitando el pelo y la grasa, para producir el cuero terminado.
El curtido se hacía tradicionalmente con tanino, que evita la descomposición y da color. El tanino lo producen naturalmente la corteza de algunos árboles, como encina o castaño que se encuentran en Montepalacio.
Se necesita abundante agua que se encontraba profusamente en el solar de la tenería de Marchena que venía de la explanada de Santa Maria y bajaba hasta la fuente de Las Cadenas según Morales Corrales.
LAS TENERÍAS DE MARCHENA
Las ordenanzas municipales de 1525 ya indicaban que existían tenería en Marchena. El fiel medidor tenía que inspeccionar dos veces al año «las dichas tiendas de mercaderes e traperos e las de los zapateros e la tenería e corambre».
El 1-8 de 1586 Diego Cardoso, el «viejo», paga a Rodrigo Ponce de León Toledo, III duque de Arcos, rentas de una tenería y una zapatería en Marchena «por traspaso que me hizo de ella Diego Cardoso el Mozo»·
El 17 de Enero de 1793 el Rey Carlos IV autoriza a la duquesa de Arcos-Benavente sacar a subasta la casa fábrica de curtidos o tenería de la villa de Marchena, que arrienda a Manuel Diosdado, por 700 reales anuales siendo Pedro Leguey administrador de la Casa de Arcos.
La casa fábrica de curtidos o tenería estaba situada en la puerta del Berral, «que confina con el mesón o posada propia del Hospital de la Santa Misericordia de este villa y casas del mismo Manuel Diosdado» y se la vende por veinteseis mil reales.