Porqué miles de personas en América y España llevan el apellido Marchena
José Antonio Suárez López
No todos los días se conocen personas como Kenneth de Marchena. Descendiente de Abraham de Marchena, enterrado desde 1603 en Amsterdam, a donde llegaron en 1500, los judíos que huían de la Inquisición de España y Portugal. Kenneth afirma que un millón de personas en América llevan el apellido Marchena.
Kenneth tiene esa sabiduría de los hombres sencillos, de los hombres grandes. Conocerlo ha sido una experiencia única e irrepetible. El viaje lo ha hecho desde el corazón, no desde la mente. El iba con el corazón por delante allí por donde iba.
Llegó a Marchena, Sevilla, el 16 de agosto de 2018, con 35 grados y una levita negra, cabeza rapada, piel roja y una pequeña coleta asiática trenzada y una mirada limpia dispuesto a redescubrirlo todo. Al poco de conocerlo se conocía que su carácter era el de un andaluz: no paraba de hablar.
Tenia necesidad de comunicar ya fuera en un paseo por el campo, viendo las murallas y torres marcheneros o en los bares. Le encanta hablar con la gente sencilla. Le encanta saludar y abrazar a la gente. En Holanda apenas hay gente así, me decía y yo le respondía que en Andalucía todo el mundo es así. En el futuro a el le gustaría vivir en la costa española. En Marchena a todo el mundo le abrió las puertas, iglesias, archivos y casas.
Realizar una bienvenida a alguien que no conoces, -primer judío que vuelve a tu pueblo natal 500 años después-, sonaba extraño, pero los participantes, unas 40 personas, teníamos la convicción de que era lo que debía hacerse. Kenneth personifica a los descendientes de judíos de Sefarad que desearían poder vivir el reencuentro que él ha vivido.
Cumplir su destino era venir a Marchena, Sevilla, Sefarad donde en todo momento se mostró muy feliz, siempre con el recuerdo de su madre enterrada en la isla de Curazao.
El homenaje se hizo al anochecer del viernes, casualmente coincidiendo con el inicio del Shabat, -sábado, dia sagrado judío- en una casa de la calle Padre Marchena, 19, junto a donde se cree que estuvo la judería, en torno a la calle Sastres.
Pudimos sentir la magia de rencontramos con una parte de nuestro pasado. Las palabras de Pepa Rull, Fundación Legado Sefardí y Kenneth de Marchena, nos ayudaron un poco más entender el periplo de los judíos sefarditas que salieron de España.
No es lo mismo leer sobre historia en un libro, que sentir las nanas sefardíes, como «Drume drume», canción de cuna sefardí.
La dueña de la casa Macarena García vivió el acto como un auténtico regalo y nos dió las gracias. Al día siguiente nos invitó a todos a desayunar productos típicos locales entre ellos una joya de la gastronomía, el mollete, una pieza de pan ácimo, sin levadura dentro de la tradición judía, que es el típico y una seña de identidad de Marchena.
Compartimos intuiciones y certezas sobre la posible pervivencia de la tradición judía hoy en España a través de la cultura.
Gracias a este acto se ha pronunciado en público la palabra judío a nivel local tras 500 años por primera vez, hemos buscado los orígenes judíos de la localidad, a través de vídeos medios de comunicación y redes sociales, el acto ha llegado a Canadá, Holanda, Nueva York, Amsterdam y Caribe.
Kenneth y Pepa Rull de Fundación Legado Sefardí encontraron en los libros de bautismo de la iglesia de San Juan, registros de tres personas apellidadas De Marchena a partir de1530. En el resto de parroquias no encontraron nada, ya que el apellido nació cuando los judíos salieron de Marchena y solo existe fuera del municipio. También encontramos en los libros de bautismo de San Juan, registros de personas con la inscripción «cristianos nuevos», en su mayoría judíos.
La noche de su despedida a las puertas del antiguo Palacio Ducal del duque que acogió a los judíos en 1481, en cuyo convento él se alojaba, Kenneth pidió ayuda para escribir un libro donde plasmar su historia y prometió volver al año siguiente.
Al día siguiente con Pepa Rull fue a visitar el Archivo de Indias donde hay miles de documentos de la historia de América y donde su director les contó que sabía que los nobles y duques de la época ayudaron a los judíos y que sabía que algunos judíos de España acabaron en la isla de Aruba.
Detrás de el vendrán más personas a Marchena, Andalucía, a buscar sus raíces. Si hubiera que elegir un título para el libro de Kenneth sería «El Hombre que buscaba sus raíces».