Según reconoce el Ayuntamiento las lluvias de las ultimas horas provocaron un socavón en la Plaza Alvarado a la altura del Arco de la Rosa que comprometieron la estabilidad de los taludes de la obra en la calle Rojas Marcos provocando inestabilidad en la zona. Para evitar dicha inestabilidad se acometieron anoche obras de emergencia que se desarrollaron hasta bien entrada la madrugada.
Con las obas de urgencia realizadas durante la madrugada de ayer que han servido para colocar nuevos tubos en la zona de Rojas Marcos y la ausencia de lluvias en las últimas horas, los técnicos y el Ayuntamiento de Marchena pueden respirar algo más tranquilos, -al menos de momento y si sigue sin llover- tras los desperfectos causados por las lluvias en las últimas horas en la calle Rojas Marcos, a la altura del Arco de la Rosa donde es conocido la abundancia de aguas subterráneas, más crecidas en época de lluvias como ahora.
De cara a la próxima semana el pronóstico de Aemet indica nuevas lluvias de Lunes a Jueves.
Los vecinos manifiestan que han vivido dos días de preocupación y falta de información institucional, a lo que se suma el ruido de la pasada noche de la maquinaria pesada trabajando hasta altas horas de la madrugada en la colocación de tubos. Mientras se afirmaba que todo estaba bajo control, y que no había motivo de preocupación, una decena de técnicos de distinta procedencia visitaban las obras, evidenciando la gravedad del asunto y ya por la noche la maquinaria pesada .grúas, excavadoras, y camiones de gran tonelaje- tomaron la Plaza Alvarado aprovechando la ausencia de lluvias para estabilizar taludes y colocar nuevas tuberías. Los vecinos lamentan el miedo que han pasado por no saber qué estaba sucediendo y la falta de información.
«Lo de menos es la Semana Santa, el problema es que podría haber ocurrido una desgracia» exponen los vecinos que prefieren guardar anonimato.
Al mal estado de las conducciones subterráneas en la zona, puesto de manifiesto hoy por la Alcaldesa en pleno, se une la existencia de un manantial subterráneo junto al Arco de la Rosa, que recoge buena parte del agua de lluvia del casco urbano. Los vecinos manifiestan la necesidad de la obra pero expresan que se ha hecho con «poca cabeza porque todo el mundo sabe que en esta zona cada vez que se hacen obras hay problemas porque aparece mucha agua» subterránea.
Los vecinos más cercanos al Arco de la Rosa veían cómo los adoquines del acerado del Arco de la Rosa iba cayendo poco a poco en el torrente de agua. Incluso en algunos momentos ha llegado a haber vigilantes de seguridad privada para evitar que ninguna persona resbalara o cayera en el torrente de agua y pudiera ser llevado por la corriente. Tal y como expresa otro vecino «las obras es mejor hacerlas en verano». Parte del acerado más cercano al Arco de la Rosa ha cedido y ha sido sujeto con plásticos especiales. Esto ha provocado que aumente la preocupación por la estabilidad y la duda de si la situación ha afectado al propio monumento medieval que es uno de los emblemas de Marchena y uno de nuestros mayores bienes patrimoniales.
También hay quejas de vecinos con propiedades colindantes a las obras que manifiestan haber comunicado verbalmente a los responsables de la constructora la aparición de fuertes ruidos en las estructuras de sus edificios, de nueva planta, lo que hizo aumentar la preocupación entre los habitantes de la zona si bien no han podido constatar ni documentar la aparición de grietas con el con siguiente alivido para el Ayuntamiento que en caso de desperfectos de viviendas podría enfrentarse a demandas como responsable civil subsidiario. «Comuniqué verbalmente a uno de los albañiles mi preocupación por la existencia de crujidos en la estructura de mi casa, que nunca antes había escuchado» expresa este vecino, que como todo los demás prefiere guardar anonimato.
RELLENAR EL SOCAVÓN PARA «EVITAR UNA DESGRACIA»
A preguntas de la oposición la Alcaldesa ha manifestado en pleno del Ayuntamiento esta mañana que la empresa adjudicataria ha trabajado de emergencia para «rellenar el socavón» causado por las lluvias de las últimas horas, y así «evitar una desgracia, incluyendo los derrumbes de los colindantes» según expresó María del Mar Romero «es decir que el ruido en ese caso de emergencia es lo menos que podíamos soportar como impedimento».
