En la Plaza Alvarado se encuentra un monumento dedicado a Francisco de Alvarado, conocido como «El Filósofo Rancio». El monumento fue originalmente instalado frente a la puerta de San Juan, inaugurado el 25 de abril de 1912. Sin embargo, con la llegada de la II República, el monumento fue desmontado en 1932 y el busto fue donado al Museo Provincial en 1934.
El 25 de abril de 1912 se inauguró en Marchena el monumento al Padre Alvarado con motivo de las fiestas del Centenario del Filósofo Rancio, Francisco José Marcos Alvarado Téllez según publica «La lectura dominical» de Madrid el 20 de abril de 1912. la fiesta se convirtió en una protesta contra el centenario de las cortes de Cádiz.. El monumento incluye un busto de Francisco de Alvarado, y una placa de bronce representando un desfile de personajes históricos que simbolizan «la Tradición».
La celebración estuvo promovida por el jefe regional en Andalucía del partido Juventud Tradicionalista el marchenero José Diez de la Cortina.
El dominico Padre Francisco Alvarado nació en Marchena el 25 de Abril de 1756 y se convirtió en el mayor azote de las cortes de Cádiz publicando célebres artículos de opinión en la prensa de 1808 que firmaba como Filósofo Rancio. Alvarado luchó contra los liberales especialmente contra el diputado LLorente. Alvarado nació en la calle Las Torres, hijo de labradores, fue educado por los jesuitas de Santa Isabel (Calle Compañía) y con quince años ingresó en los dominicos de Sevilla. Con la llegada de los franceses se exilia a Tavira, Portugal.
El diario Republicano El Pais de 28 de abril de 1812 definía al Filósofo Rancio como un mastín, que sobresalía en cultura del resto de los frailes destacando el diario republicano sus dotes como escritor y «periodista clerical» que se destacó en la defensa del tribunal de la Inquisición que tenía su sede en los conventos dominicos de la mayoría de las ciudades. El monumento al Padre Alvarado que estaba en la Plaza de San Juan fue atacado en varias ocasiones por sus rivales políticos y fue instalado en la plaza que lleva su nombre.
Las Cortes de Cádiz proponen que se aboliese el Tribunal del Santo Oficio, el 8 de Diciembre do 1812. El 5 de Febrero de 1813 terminó el debate, y con él la Inquisión, que fue restaurada en 1814 para ser surpimida definitivamente en 1820.
La definición como mastín viene de las palabras que el mismo Francisco Alvarado escribió donde decía que el era un mastín o guardián de los obispos.
«Ellos son los pastores, nosotros los mastines (porque entre los perros los hay buenos como los mastines, y dañinos como los de presa). Vela, pues, el pastor sobre el rebaño y sus mastines, y velan los mastines en auxilio de su pastor. Si el que viene es lobo, y en esto no hay duda, el buen mastín debe hacer presa de él y retenerlo hasta que el pastor venga á darle el chocazo. Pero si lo que viene no se sabe si es lobo ó buey, ladrón o amigo, al buen mastín corresponde ladrar y más ladrar hasta que lo mande callar el pastor.»
A esta fiesta asisiteron numerosos obispos de varios puntos de España y el Ayuntamiento de Marchena bajo mazas. El día 25, á las nueve de la mañana, se celebraró una función religiosa en la iglesia de San Juan Bautista, por los Padres Dominicos, y se estrenó el himno al Padre Alvarado, con música del maestro Gabiola, y letra de D. Manuel G. Sañudo.
A las dos de la tarde, el alcalde de Marchena descubrirá la lápida en la fachada de la casa donde nació el ilustre Padre Alvarado en la calle Las Torres y luego se entregó al Ayuntamiento el monumento al Filósofo Rancio, obra del insigne escultor D. Lorenzo Coullaut Valera, levantado en la plaza del Cardenal Spíno pagado por la Comunión tradicionalista. Después hubo en San Agustín un Certamen literario, con discursos de Manuel Rojas Marcos, D. José L. Vivigo y Rafael Díaz Aguado Salaberry.
A las diez de la noche del mismo día se abrió la exposición de los pasos de las Hermandades de Marchena en sus respectivos templos, y por la tarde una comida en la plaza de B. Zorrilla (Plaza del Ayuntamiento) para fines benéficos. Como sucedía cada año con la feria hubo trenes especiales con grandes rebajas de precios.
El busto de Francisco de Alvarado, conocido como «El Filósofo Rancio», que fue donado al Museo Provincial en 1934, volvió a Marchena en diciembre de 1936, después de haberse instruido los trámites para su devolución iniciados en noviembre de ese año. Posteriormente, en 1938 se solicitó restablecer el monumento, aunque no en su antiguo emplazamiento, sino en la plaza que lleva el nombre del personaje, la Plaza Alvarado. La reinauguración del monumento se acordó para la fecha simbólica del 18 de julio de 1939.
Con la llegada de la II República, el monumento instalado frente a la puerta de San Juan fue desmontado en 1932. En 1934, el busto fue donado al Museo Provincial para ser ubicado en la Sala de Arte Moderno, con la reserva del derecho a la propiedad de dicha escultura. La placa fue colocada en el salón de sesiones del Ayuntamiento.
En noviembre de 1936, iniciada la Guerra Civil, se instruyen los trámites para solicitar la devolución del busto. El busto regresó a Marchena en diciembre de 1936. En 1938 se solicitó restablecer el monumento, aunque no en su antiguo emplazamiento, sino en la Plaza Alvarado. La reinauguración del monumento se acordó para la simbólica fecha del 18 de julio de 1939.