Según ABC la Fiscalía tiene documentos en los que «se aprecia un sobrecoste de Marzo a Junio de 2019 entre la factura presentada oficialmente y el coste real de los servicios inconfesables» de 38.841 €, que a partir de ese momento fue compensando mensualmente la contabilidad oficial.
Según ABC el jefe de la planta de de reciclaje de Marchena gestionada por Urbaser como concesionaria y Campiña 2000 como ente gestor participado por los Ayuntamientos, obligaba a un proveedor de la planta a pagarle todos los meses a su esposa entre 1400 y 2600 € de sueldo y además le pedía que le pusiera una interna en su casa para las labores de limpieza doméstica, en un artículo publicado en ABC y firmado por el Alberto García Reyes, en relación con la investigación de la Fiscalía en torno a presuntas irregularidades en la Mancomunidad Campiña 2000.
En la factura que se pagaba irregularmente como un sueldo a la esposa del jefe de la planta aparece el Concepto: «Servicios profesionales de gestión comercial» publica ABC.
Según ABC el jefe de la concesionaria llevaba una doble facturación para ocultar los fondos que destinaba otros fines, lo que le permitía pagar servicios «que no podrían justificarse», indica ABC. Entre ellos «supuestas comisiones a cargos públicos». La persona que denuncia estos hechos «insiste en que entregó un sobre en el centro comercial Nervión Plaza», indica ABC. Incluyendo el «supuesto pago de un sueldo mensual a la esposa del jefe a través de una factura falsa» aclara ABC.
Cuando se despidió al responsable de la planta de reciclaje tras conocerse su imputación por la gestión de la Mancomunidad de Utrera «quedaron pendientes de pago 13.233 € con el proveedor que ha decidido ir a los tribunales» según ABC.
«Teníamos que pagarle todos los meses porque según él cobraba muy poco, y su jefe en el reparto de todo lo que sacaban, no le daba lo suficiente, cogía mucha parte según decía el para pagar a los políticos» publica ABC.
ESCRITO DE LOS TRABAJDORES
ABC indica que Teresa Jiménez conocía esta situación al menos desde Febrero de 2018 cuando los trabajadores le dirigen un escrito denunciando diversas irregularidades en el proceso de tratamiento de basura que «era ficticio simulando la separación de los resíduos, y que venían en realidad de otras plantas». Según este escrito a la planta llegaban «tráilers cargados con pacas de otras plantas de reciclaje, que en la de Campiña 2000 se descargan se rompen las pacas y se mezclan el producto con el producto de nuestra planta y sale etiquetado con la etiqueta de Campiña 2000» según dicho escrito publicado en ABC.
De esta forma «se estaba inflando la cantidad de toneladas recicladas aprovechando las pacas procedentes de otras centrales» indica ABC y se «descargaba basura directamente en el vertedero sin pasar por la báscula para no dejar constancia». Según esta denuncia «los tickets se hacían a mano» por lo que el pago que esta empresa hiciera el responsable de la planta no consta.
Además los trabajadores denunciaron a Teresa Jiménez el vertido de lixiviado a los campos circundantes procedentes de la planta que «vecinos de la zona han corroborado a este periódico» situación que según ABC conoce la directiva de Campiña 2000 y que además los dueños de los campos circundantes denuncian que «hasta la fecha no se han tomado medidas para solucionarlo».