La Hermandad de la Esperanza de Triana fue fundada en 1418 según Montoto
José Antonio Suárez López
En 1418 se funda la hermandad de luz de la Esperanza, gremio de ceramistas en la Parroquia de Santa Ana, como la más antigua de Triana, fecha reconocida por el Arzobispado (Santiago Montoto, Cofradías Sevillanas) y en 1542, se fusiona con la hermandad de San Juan Evangelista, del gremio de pescadores (Juan Carrero, Anales). En Santa Ana se celebraba la fiesta de la Expectación el 18 de diciembre con procesión claustral.
Estando en el convento del Espíritu Santo, calle Betis, donde embarcaban los frailes de esta orden que iban a América se convierte en la hermandad de los marineros, y gana un pleito a la Veracruz por el derecho a usar cera y túnica verde (1598) y en 1579 ocupaba el puesto catorce entre las más antiguas de Sevilla (Francisco de Siguenza).
En 1608 se funda la Hermandad de las Tres Caídas y la Virgen de los Dolores en el convento de las Mínimas de Triana, que se muda en 1616 al Espiritu Santo y allí se fusiona con la Esperanza que en 1676 se obliga a asistir a los hermanos hospitalarios.
En 1719 el marinero y hermano de la Esperanza de Triana Cándido Lupiáñez embarca en la Nao María de Begoña en dirección a las Antillas llevando una tabla con una pintura de la Virgen y naufraga muriendo gran parte de la tripulación. Solo se salvó el grumete Manuel Gómez Vestilla, que rescató la pintura, llevándola a la aldea de Coxecorcume, donde recibió culto público por primera vez en América.
Tras un pleito con los hospitalarios se traslada a Santa Ana en 1736 hasta 1755 cuando la abandona por el terremoto de Lisboa iniciando un periplo por el Convento de los Remedios (1756-1776), capilla de la Encarnación, hospital del Espíritu Santo (1815), capilla de los Marineros, (1868), San Jacinto (1871) y vuelta a la Capilla de los Marineros (1879) que compra en 1939 y de donde sale desde 1962.
La primera estación de penitencia a la Catedral de Sevilla, fue en 1845, pasando con dificultad por el puente de barcas. A finales del XIX la hermandad sufre una crisis por escasez de hermanos y deja de salir, saliendo la Virgen de la Esperanza con el cristo del Cachorro (1879-1888). La Virgen de la Esperanza la restaurdó Juan de Astorga en 1816 pero se quemó en 1898 en un incendio en San Jacinto por lo que Gumersindo Astorga la retoca.
El sustancial cambio en los rasgos de la Esperanza, llevó al descontento y la añoranza de aquella gracia y color moreno de antaño que poseía antes del desafortunado incendio. Causa de esto debió ser la restauración que realizó José Ordóñez Rodríguez en 1913 y en 1929 Antonio Castillo Lastrucci la restaura de nuevo y en 1981 Alvaez Duarte quien dijo que era obra de la escuela sevillana del XVII.
Un papel colocado en el busto sirvió durante muchos años de recordatorio de aquel suceso: “Esta imagen de la Virgen de la Esperanza, sufrió un terrible incendio en la tarde del día 2 de Mayo de 1898, en que fue destruida en gran parte, encargándose de su restauración el antiguo escultor sevillano D. Gumersindo Jiménez Astorga, que la dejó en su más perfectísimo estado, y costeó su restauración Dª D.G.A., señora muy piadosa”. A través de un pleito la Esperanza vuelve a su hermandad en 1889 cuando salia con San Juan y la Magdalena.
La infanta Doña Luisa de Órleans crea el besamanos en 1927 y desde 1925 visita a los presos de la Cárcel del Pópulo y sale en la Velá de Santa Ana. En los años 20 y 30 un grupo de alfareeros de Triana reflota la hermandad y encarga a artistas ceramistas el diseño del nuevo palio y manto basado en diseños de cerámica trianera del XVI.
En 1962 la hermandad donó el dinero previsto para las flores a los damnificados por inundaciones y la familia Mouguet, floristas valencianos donaron las flores introduciendo el exorno exótico y de gran volumen en las esquinas.
En 1972 se fusiona con la Sacramental de Santa Ana y desde entonces organiza el Corpus Chico de Triana. Fue coronada el 2 de junio de 1984, construye una Escuela de Teología y un Centro de Apoyo Infantil y amplía su capilla en 2010 inaugurando un museo. En 2015 estrena altar para el Cristo de las Tres Caidas.