El episodio de los leones de «Don Quijote de la Mancha», es un homenaje a un vecino de Marchena, en el que Cervantes hace referencia a Manuel Ponce de León, convirtiendo a Don Quijote en un «segundo y nuevo don Manuel de León, que fue gloria y honra de los españoles caballeros». Esta mención honra las aventuras y el espíritu caballeresco de los Ponce de León, ligando sus históricas hazañas con la ficción literaria de Cervantes.
Los Ponce de León, señores de Marchena, han dejado una notable huella en la historia y la cultura españolas, influyendo en la literatura del Siglo de Oro español. En particular, Don Manuel Ponce de León es destacado como un caballero andante idealista en el estilo de Don Quijote, retratado como un héroe novelesco que, después de ser expulsado injustamente de Marchena por su hermano, se aventura en África en busca de justicia y aventuras. Esta figura de Don Manuel se ha convertido en una leyenda, incluyendo relatos de él entrando en una jaula de leones para recuperar el guante de una dama, un hecho considerado ficticio pero que ha inspirado obras literarias a lo largo de los siglos.

Manuel Ponce de León, pleiteó contra su hermano por la posesión del Estado de Arcos argumentando que mientras el era de la líinea legítima, Rodrigo era bastardo. El pleito durío varias generaciones y fue su nieto el primero en conseguir el objetivo de Manuel obteniendo el condado de Bailén. Fue este nieto del mismo nombre para el que trabajó Cervantes.
Conocido como «El Valiente», fue un aventurero y héroe del romancero fronterizo nacido en Mairena del Alcor (Sevilla) en 1447 y fallecido en Sevilla en 1515. Hijo del II conde de Arcos, se involucró en luchas banderizas y acciones militares desde joven. Su relación se deterioró con su hermano Rodrigo tras la muerte de su padre, llevándolo a cambiar de bando y establecerse en Sevilla. Su vida y hazañas, incluyendo aventuras en África, inspiraron la literatura del Siglo de Oro.