La Sala Carrera de Marchena se llenó el pasado domingo 16 de noviembre para rendir homenaje al guitarrista y cantaor Antonio Cortés Suárez, “Antoñito el de Modesto”, en un acto organizado por la Peña Flamenca de Marchena con la colaboración del Ayuntamiento. La cita, celebrada coincidiendo con el Día del Flamenco, reunió a familiares, amigos, peñistas y aficionados de varias localidades en una tarde que combinó mesa redonda, recital flamenco y reconocimiento institucional a toda una vida entregada al arte jondo y a su peña.
Desde el inicio, el presidente de la Peña Flamenca, Antonio Jesús Hidalgo, dejó claro el sentido del encuentro: un acto “entrañable e íntimo, pero no por ello menos solemne”, para reconocer públicamente a quien, en palabras de muchos intervinientes, “lleva el flamenco puesto como un traje hecho a medida”. La velada estuvo estructurada en tres partes: testimonios, actuaciones y homenaje formal.
La primera parte tomó forma de mesa redonda moderada por Javier Carmona, que subrayó la dimensión humana del homenajeado: “Antonio es, antes que artista, una persona fundamentalmente buena, un gitano de Marchena querido por toda la comunidad”. Amigos de toda la vida como Chema Martín, Merchor Jiménez “Merchor Chico” o Mercedes Pliego, hija del recordado Juan el Caeno, compartieron recuerdos de juergas en la Plaza Arriba, noches de aprendizaje y convivencia familiar. Se recordó a su padre Modesto, a la saga cantaora de la que procede y a su papel como socio fundador y “columna vertebral” de la Peña Flamenca, siempre dispuesto a limpiar la sede, preparar el escenario o buscar cantaores cuando hacía falta.
No faltó tampoco la voz de quienes, desde fuera de Marchena, han compartido escenario y amistad con Antonio. El cantaor Curro Cueto envió un emotivo vídeo desde Almería excusando su ausencia por la lluvia y resumiendo el sentir general: “Marchena te quiere, Antonio, y yo también”.
Tras los testimonios llegó el turno del cante. El escenario se convirtió en un pequeño festival flamenco en el que participaron, de forma desinteresada, artistas de varias generaciones y procedencias. Abrieron cartel el saetero y cantaor marchenero Luis Fuentes y el guitarrista Merchor Chico, que dedicaron su actuación al homenajeado. A continuación intervinieron Manuel “El Bareta”, acompañado a la guitarra por Antonio Moreno “El Chino”; Soledad Madrid, con el joven guitarrista granadino Pablo Campos; Joaquín Ramírez “El de Paradas”, también con Campos; y la cantaora de La Puebla de Cazalla María Jesús Bernal, de nuevo con Merchor Chico al toque. Todos ellos ofrecieron un repertorio de malagueñas, mineras, soleares y fandangos con la emoción puesta en Antonio, al que dedicaron palabras de cariño desde el micrófono antes de cantar.
En la tercera parte del acto, el sociólogo y activista gitano Juan Reyes trazó un amplio retrato de Antonio Cortés en el contexto de la historia del flamenco y del pueblo gitano. Bajo el título “El flamenco como reivindicación, los gitanos desde el reconocimiento y el personaje desde su ejemplo”, recordó el papel de las familias gitanas en la conservación del cante, la trayectoria de Antonio como guitarrista de concursos y peñas de Sevilla, Córdoba y Málaga, y su entrega a la Peña Flamenca de Marchena desde su fundación en 1998. “Antonio es un gitano de ley, querido dentro y fuera del pueblo gitano, que ha puesto su saber al servicio de causas sociales, coros, zambombas y de todo lo que huela a flamenco”, resumió.
A continuación, el secretario de la Peña, José Manuel González, dio lectura al acta de la junta directiva por la que se acordaba, por unanimidad, la concesión del homenaje “por sus cualidades artísticas y humanas y por su entrega apasionada, constante y desinteresada en pro de la entidad y del flamenco en general en Marchena”. El presidente de la Peña entregó a Antonio un cuadro conmemorativo, mientras que la alcaldesa, María del Mar Romero, le ofreció un azulejo en nombre del Ayuntamiento. Mercedes Pliego hizo entrega de un ramo de flores a Pastora Heredia, esposa del homenajeado, reconociendo también el apoyo de la familia.
El escritor y artesano Jesús Solano sumó un gesto especialmente simbólico: regaló a Antonio una de sus guitarras ergonómicas construidas por él mismo, “para que la toque y la guarde con todo mi corazón”. Representantes del Centro de Participación Activa de Mayores de Marchena y de la Peña Flamenca “Miguel Vargas” de Paradas aportaron igualmente obsequios y palabras de reconocimiento.
Visiblemente emocionado, Antonio Cortés agradeció el homenaje “en nombre de mi familia” a la Peña Flamenca, al Ayuntamiento, a los artistas y al público. “Me habéis demostrado que me queréis —dijo—. Solo puedo decir gracias, gracias y gracias”. A pesar de confesar que le costaba cantar tras la intensidad del acto, cerró la jornada haciendo lo que mejor sabe: ponerse la guitarra al hombro y dejar salir por fandangos y bulerías la voz y el compás que lo han hecho referente del flamenco marchenero. La sala entera le respondió en pie, entre palmas, olés y un largo aplauso final.
El homenaje concluyó con un arroz de convivencia ofrecido por la Peña Flamenca de Marchena, prolongando en torno a la mesa el mismo espíritu que ha guiado la trayectoria vital de Antonio Cortés: la familia, la amistad y un flamenco vivido desde la raíz, como forma de estar en el mundo.

