La Peña Flamenca nombró socio de honor al jerezano Rafael Infante, uno de los pioneros en llevar el flamenco a la Universidad
José Antonio Suárez López
En el nombramiento de Rafael Infante -el pasado Viernes- director de la cátedra de Flamencología de la Universidad de Sevilla por su incalculable contribución de más de 50 años al flamenco desde la Universidad, se escuchó el aplauso más largo y entusiasta de la historia de la Peña Flamenca de Marchena. Dicha proeza la arrancó del público su paisano Ezequiel Benítez por Seguiriyas.
Juan M. Reyes Campos. Peña Flamenca de Marchena.
En una noche de absoluta armonía y apertura a las esencias del más puro arte flamenco, la metafórica Cueva de Graná en Marchena, volvió a vivir una noche memorable de flamenco. Un Ezequiel Benítez, absolutamente pletórico y embrujado por la guitarra de Paco León, dibujaron en la noche del merecidísimo homenajeado, un retablo renacentista imaginario que quedará en el recuerdo de todos los flamencos y flamencas que allí estábamos.
El Público de Marchena, respetuoso y entendido donde los haya, se rindió en aplausos y reconocimiento ante estos dos grandes jerezanos. No se puede pedir más en el ámbito peñista, donde perdura y se protege este patrimonio de la humanidad, mediante la forma de sentir el flamenco de verdad, sin alaracas, y sin el marketing desmedido que a veces decepciona las abultadas inversiones de los grandes formatos, que en muchísimas ocasiones no colman las expectativas del aficionado noble que siempre se entrega sin esperar nada a cambio.
Ezequiel tiene el don que tiene que tener cualquiera que aspire ser un gran cantaor, que es único, lo que en él se ve, y lo que te pueda transmitir, no te lo transmite igual nadie, eso solo lo pueden certificar los grandes artistas.
Ezequiel se entregó en nuestra peña como si hubiera firmado un contrato comercial que le abriera las puertas de la fama del mismo Hollywood. Esa es la nobleza de un flamenco que sin tener en cuenta donde está, se rompe el alma en cada quiebro y en cada melisma revestido de un grandísimo conocimiento y respeto hacia cada palo que tiró al cielo con el reconocimiento de un público entregado a su singular expresión flamenca.
Vino acompañado de Paco León, uno de los guitarristas más queridos de la actualidad flamenca que no ya no necesita presentación en ningún sitio. Todo el mundo quiere cantar con Paco León, no hay artista flamenco que este en nivel, joven o viejo, hombre o mujer, que no desee la guitarra de Paco León. Cuando lo veo tocar con tanta gente, la evidencia lo delata, y de ello solo puede deducirse, que es un guitarrista que se adapta al cantaor y lo engrandece como lo hacían en sus mejores tiempos Don Enrique de Melchor o Paco Cepero.
Empezó por tientos que en el fondo hacia recordar a Fernando Terremoto, con unos recogimientos en los bajos que hacían brotar nuevos tonos en la guitarra de Paco León. Unas letras remozadas e inspiradas en la más profunda prosa flamenca. Su tono, en el tres por medio, cuando subía del “do” al “fa “en un no poder pudiendo, arrancando las fatigas que transmiten, llegando al cielo nítido y por derecho, para luego caer Impresionantemente a tierra rematando como el mejor torero, con una estocada hasta el fondo de cada tercio, redondeando con más fatigas todavía, finalizando el cante con una maestría única y personal que hizo vibrar al público más exigente y entendido. Ezequiel por tientos demostró tener personalidad propia y un saber estar lleno de frescura y profundidad al mismo tiempo.
Llego después el turno para el recuerdo de Pericón, Sellé y Canalejas por alegrías, todo un juego de tonalidades abajo y arriba que recordaba el cante de siempre, con un remate precioso a los titirimundis con nueva letra muy bien engarzada en la archiconocida melodía final de la alegría tradicional.
Cerró su primer acto antes del homenaje a don Rafael, por unas soleares de Alcalá o lo que es lo mismo de tío Joaquín, llegado con Serneta a Utrera y a Jerez. Un cante bien trenzado de nuevo llevado a su especial forma de decir el cante.
Acto seguido llegó el momento del homenaje a Don Rafael Infante, director de la cátedra de flamencología de la Universidad de Sevilla. Merecidísimos honores a una persona, también “jerezano de pro”, que ha dedicado gran parte de su vida a la divulgación del flamenco, en un foro que no suele ser habitual para los flamencos. Con él la universidad y el flamenco se unen para formar una simbiosis fundamental. A través de la persona de don Rafael, por un lado la universidad toma contacto con la cultura del pueblo y por otro el flamenco se dignifica y es tratado como ciencia digna de estar presente en los paraninfos.
Antes de que el homenajeado subiera a recoger su nombramiento de Socio de Honor de la Peña Flamenca de Marchena, su presidente invitó a subir al escenario a Enrique Yerpes, Presidente de la Federación Provincial de Entidades Flamencas de Sevilla, quien verbalizó la importancia de la donación hecha por don Rafael, unos documentos sonoros históricos de mucho valor para el flamenco, que recogen conferencias magistrales en distintas universidades de los artistas más importantes de nuestro género, Pepe Marchena, Antonio Mairena, El Lebrijano……., 65 CDS de obligada escucha para el aficionado flamenco. Enrique, comunicó a los asistentes que estos documentos formaran parte de la biblioteca virtual que la federación pondrá en marcha en breve para que todo el aficionado que quiera acceda gratuitamente y pueda disfrutar de tan valioso material.
Acto seguido fue requerida la presencia de Antonio Martin, un marchenero, ingeniero por la Universidad de Sevilla, que se doctoró en sistemas inteligentes en la escuela técnica superior de ingeniería informática. Actualmente es profesor del departamento de tecnología electrónica en la Escuela Politécnica Superior de la Universidad de Sevilla y profesor del área de inteligencia artificial de la Escuela Tecnica Superior de Ingeniería Informática de la UNED.
Antonio, fue el encargado de mostrar el perfil humano de don Rafael, hizo una reseña de su vida ensalzando su pasión y entrega al flamenco. Al fin subió don Rafael a ejercer de Socio de Honor de nuestra Peña. En su discurso se refirió anecdóticamente al orden que le había dado a los Cd ´s, confesando su adicción por las matemáticas (no en vano es catedrático de esta materia), y por su pueblo. Los múltiplos de 5 están dedicados a Jerez, es decir, el CD nº 5, el 10, el 15, así sucesivamente hasta al 65 están dedicados a artistas de Jerez. Su momento culmen fue cuando dijo que él había aportado muy poco al flamenco y que es flamenco quien se lo dio todo. “sin el flamenco no seria nadie, el flamenco me rescató”, dijo terminando su discurso, arrancando un sincero aplauso del publico asistente. El reconocimiento se lo entregó su paisano Ezequiel Benitez.
Después del acto institucional Ezequiel siguió con su fantástica actuación. Comenzó el segundo acto por malagueñas, interpretando muy bien “a buscar la flor que amaba” de Manuel Torres, y remató con la del Mellizo metiéndola muy inteligentemente a compás de abandolaos. Un tercio que sorprendió al público que reconoció favorablemente su atrevimiento.
El momento culmen de su actuación fue cuando puso la cejilla al cuatro por medio y cantó por seguiriyas premiadas con el aplauso más largo que se ha dado en la Casa Fabrica, fueron 3 minutos de aplausos continuados que parecían que nunca iban a acabar, Ezequiel no sabia ya como ponerse, se le veía la cara de plena satisfacción y al mismo tiempo se desprendía de su semblante un agradecimiento sincero por ese regalo que todo artista quiere, el mejor y el mas largo de los aplausos. Eso se llevo Ezequiel de Marchena.
Continuó su actuación con una serie de fandangos poniendo al público en pie con los del Pichichi. Redondeo su actuación con unas magnificas bulerías de Jerez que dejó al público con un magnifico sabor de boca.
En definitiva una noche repleta de sensaciones que dejaron en el aire de la Cueva de Graná en Marchena una vez mas la mas pura esencia flamenca.